El Doctor Belisario Porras nació en Los Santos el 28 de noviembre de 1856 y murió el 28 de agosto de 1942 en la ciudad de Panamá. En 1881 obtuvo el título de Doctor en Derecho y Ciencias Políticas en Colombia. De regreso a Panamá trabajó durante un año como abogado de la Compañía Universal del Canal Interoceánico. Ocupó varios cargos judiciales durante la vigencia del Estado Soberano y desde muy joven se vinculó al Partido Liberal.
En 1895, junto con Francisco Filós editó el folleto: «Causas célebres, jueces falsificadores ante los tribunales y la opinión pública «. Por entonces también publicó numerosos artículos en los periódicos locales. Vivió largas temporadas en Centroamérica donde ejerció la docencia, principalmente en Honduras y Guatemala. Entre 1899 y 1902, participó activamente en la Guerra de los Mil Días.
Al producirse la separación de Panamá de Colombia en 1903, Porras se opuso al movimiento , pero en junio de 1904 regresó al país y de inmediato se incorporó a la vida pública. Al año siguiente, fue elegido concejal en el Municipio y llegó a ocupar la presidencia del mismo. Sin embargo, ese mismo año la Corte Suprema de Justicia le quitó la nacionalidad panameña por haberse opuesto a la separación. En 1906 se le restituyeron sus derechos ciudadanos y al año siguiente fue designado delegado de la República al Tribunal Internacional de La Haya. Tres años después se le designó Ministro de Panamá en Costa Rica para buscarle solución al problema limítrofe, y poco después suscribió con el Secretario de Estado Philander Knox, una convención aceptando el arbitraje norteamericano en el diferendo.
En 1910, durante el gobierno de Pablo Arosemena fue nombrado Ministro de Panamá en Washington. En las elecciones de 1912 resultó electo Presidente de la República. Durante los siguientes doce años dominó el panorama político nacional y emprendió una obra reformista y modernizadora sin precedentes. Cuando Porras asumió la presidencia en 1912, la deuda pública era de un millón de balboas y las arcas del Estado se encontraban vacías. El nuevo mandatario tuvo que recurrir a William Nelson Cromwell para que le prestara a Panamá 150 mil dólares a fin de echar a andar la maquinaria burocrática. A esta situación de penuria fiscal se sumó el hecho de que Porras heredó un país decimonónico , atrasado y desorganizado que se propuso insertar en el siglo XX. Profundamente influenciado por las ideas positivistas de progreso a ultranza decidió,contra viento y marea, modernizar la República.
El plan de modernización contemplaba aspectos tales como : construcción de vías de comunicación, medios de transporte, incremento de la población, educación, salud, organización de nuevas instituciones propias de un Estado moderno, redacción de los Códigos Nacionales y fomento de la agricultura, entre otros.
Uno de sus primeros objetivos fue dotar a Panamá de vías de comunica-ción y penetración para lo cual había que construir caminos, carreteras y puentes. La idea era comunicar los centros productores con las plazas consumidoras, así como con los puertos exportadores en forma rápida y económica. Dentro de este proyecto, el Ferrocarril de Chiriquí ocupó un lugar fundamental. Para construir este ferrocarril el gobierno tuvo que recurrir a la contratación de empréstitos en los Estados Unidos. Asimismo, modernizó y extendió el sistema de correos y telégrafos.
Este proyecto estaba estrechamente vinculado con el incremento de la población con el fin de aumentar la producción agrícola. «Poblar para gobernar» era lo que había planteado el argentino Faustino Sarmiento y lo que, en 1912, intentó aplicar Porras. Con una población de 340 mil habitantes diseminada en 77.000 Kms2, la República ofrecía indicadores demográficos muy por debajo de lo deseado, apenas algo más de 4 habitantes por Km2. Para estimular el crecimiento de la producción había que aumentar la población y para ello era necesario recurrir a la inmigración. En consecuencia, se incentivó el establecimiento de colonias agrícolas de europeos, al tiempo que se creó la Escuela de Agricultura. Aunque ninguna de las dos medidas resultó exitosa, Porras prosiguió insistiendo al respecto.
Para disminuir el índice de analfabetismo, se adoptaron medidas en dos sentidos. Por una parte, se fundaron más y mejores escuelas en todo el país, se reformaron los planes y programas de educación y se creó una policía escolar para obligar a los padres a enviar a sus hijos a la escuela.
Por la otra, se dedicó a mejorar las condiciones de salubridad e higiene de la población, construyendo acueductos, pozos artesianos en el interior del país, pavimentando las calles, construyendo hospitales y centros de salud, así como iniciando una enérgica campaña de vacunación y contra la uncinariasis.
En 1916, se realizó la Exposición Universal para conmemorar el cuarto aniversario del descubrimiento del Mar del Sur realizado en 1513. En la misma participaron varios países y se levantaron seis edificios en los terrenos del Hatillo. Para ello, se creó el Barrio de la Exposición. Los seis edificios fueron ocupados al fin del evento por el Asilo Bolívar, la Escuela Normal de Señoritas, el Museo Nacional, la Secretaría de Relaciones Exteriores y las Embajas de Cuba y España.
También durante su primera gestión se crearon el Registro Público, el Registro Civil y el Archivo Nacional y se dio inicio a la labor de codificación nacional con la redacción de los Códigos Civil, Administrativo, Penal y Judicial.
Otro aspecto de importancia fue la civilización de los indígenas iniciada durante el gobierno de Amador Guerrero. Porras concibió una solución anticlerical, acorde con su pensamiento liberal y, para ello, desechó la solución misionera que había imperado hasta entonces. Propuso la fundación de colonias agrícolas y el establecimiento de destacamentos militares. Para ello, en 1915, se creó la Intendencia de San Blas con sede en El Porvenir y se instalaron puestos de policía, allí y en Narganá. Pero tampoco este sistema dio resultados positivos. La brutalidad desplegada por la policía así como la incomprensión del problema indígena y la instalación de empresas extranjeras dedicadas a la explotación de la riqueza, tendría consecuencias nefastas para la región y conduciría a la Rebelión de Tule, en 1925.
Para acometer esta labor reformista Porras contrató, durante sus mandatos, dos grandes empréstitos en los Estados Unidos. El primero, en 1914, por 3 millones de dólares sirvió para financiar la construcción del Ferrocarril de Chiriquí. El otro fue por 4.5 millones y se negoció en 1923.
Sus tres períodos presidenciales abarcaron de 1912 a 1916, de 1918 a 1920 y de 1920 a 1924. A los pocos meses de inaugurar su último mandato, Costa Rica invadió Panamá, en febrero de 1921, lo que dio origen a la Guerra de Coto, en la que nuestro país desempeñó un brillante papel que se vio opacado por la ingerencia norteamericana. En efecto, los Estados Unidos obligaron a nuestro país a acatar el Fallo White y a entregarle tierras a Costa Rica que habían estado en poder de Panamá desde tiempo inmemorial.
En 1936 fue nuevamente candidato a la presidencia. Entre sus obras sobresalen: Memorias de las campañas del Itsmo 1900, El Tratado Herrán-Hay o la venta del Itsmo, y De los Derechos del ciudadano y de sus grandes virtudes en nuestra democracia.