El Siglo XIX español arrancará con un primer tercio marcado por conflictos como la Guerra de la Independencia (1808-14) y
El reinado de Fernando VII (1814-33). Durante esta franja de tiempo hemos de significar cómo en el marco español asistimos
Al resquebrajamiento de las estructuras propias del Antiguo Régimen y a la enunciación de un modelo liberal que tiene como
Referente legislativo fundamental la obra de las Cortes de Cádiz. No obstante, la consolidación del citado modelo se producirá
Progresivamente a lo largo del reinado de Isabel II, en el que podemos distinguir dos fases: (p.158)
A) Isabel II (1833-1843): las Regencias de Mª Cristina (1833-40) y Espartero (1840-43)
B) Isabel II (1843-1868): el reinado efectivo.
En la primera fase, minoría de edad de Isabel II, asistiremos a un progresivo desmantelamiento del Antiguo Régimen y a la
Consolidación de la división del liberalismo en dos corrientes principales, división que se mantuvo a lo largo de todo el
Reinado de Isabel II:
• Por un lado estaban los liberales moderados, partidarios de una fórmula intermedia entre el absolutismo y la
Soberanía popular. Consideraban que la corona debía contar con amplios poderes y que el sufragio debía ser muy
Limitado (solo para los más ricos). Eran partidarios de un liberalismo atenuado y conservador.
• Por otro, los liberales progresistas: partidarios de la labor legislativa de las Cortes de Cádiz y de una profunda
Reforma social y política que limitase el poder del rey en favor del Parlamento.
María Cristina e Isabel II se mostraron partidarias de los moderados, a los que favorecieron siempre. Solo ofrecieron el
gobierno a los progresistas cuando la situación social o política amenazaba la estabilidad de la monarquía.
1. LA REGENCIA DE MARÍA Cristina. (1833 – 1840). (p.158)
Tras la muerte de Fernando VII y para asesorar a la Regente María Cristina, se establecíó un Consejo de Gobierno presidido
Por Francisco Cea Bermúdez. Este gobierno estaba formado en su mayoría por absolutistas moderados con el objetivo de
Llegar acuerdos con los carlistas, En esta época se realizó la división de España en provincias, por Javier de Burgos.
A.-El Régimen del Estatuto Real (1834-35)
El inicio de la guerra carlista y la necesidad de que los liberales apoyaran a Isabel hizo que el gobierno de Cea fuera sustituido
Por otro gobierno capaz de conseguir la alianza de los liberales. Para liderar a este nuevo gobierno se nombró primer ministro
A Francisco Martínez de la Rosa, liberal moderado que se encargó de redactar y aprobar el Estatuto Real de 1834 con el
Objetivo de preparar la transición desde el absolutismo hacia el liberalismo . El Estatuto Real contribuyó a acercar a los
Liberales a la causa isabelina y demostró que María Cristina estaba dispuesta a cambiar la forma de gobierno para satisfacer a
Los liberales. No era una constitución, sino tan sólo un conjunto de reglas que no hacía referencia a la soberanía nacional ni a
Los derechos fundamentales. Únicamente permitía el establecimiento de unas Cortes formadas por dos Cámaras y con escasas
Competencias:
• Cámara Alta (Estamento de Próceres), constituida por personas elegidas por la reina entre nobles, jerarquías de las
Iglesia y burgueses adinerados.
• Cámara Baja (Estamento de Procuradores), elegida por un sufragio muy restringido e indirecto. Más de 30 años y una
Renta anual superior a los 12.000 reales. En total, sólo se le concedíó el derecho de voto a los 16.000 hombres más
Ricos del país
Las funciones de las cortes eran muy limitadas y carecían de iniciativa legislativa. Lo que se pretendía era que en el gobierno
Hubiera representación tanto de las viejas élites dirigentes del Antiguo Régimen (alta nobleza y alto clero), como de los nuevos
Grupos burgueses influyentes y poderosos. Aunque con este estatuto el monarca deja de concentrar todos los poderes de
Manera absoluta, siguió conservando los poderes de mayor importancia, como por ejemplo, que la aprobación del rey era
Imprescindible para la elaboración y aprobación de una ley.
Este Estatuto Real reflejó los principios del liberalismo moderado, pero no logró satisfacer a los liberales más radicales
(progresistas), que querían reformas más profundas y ampliar las libertades. La Corona apoyó en un principio a los liberales
Moderados, pero la necesidad de conseguir apoyos sociales firmes y recursos financieros contra el carlismo en la primera
Guerra carlista, forzó a la monarquía a aceptar un gobierno progresista que iniciase un profundo proceso de reformas liberales.
Así, en 1835, el Gobierno de Martínez de la Rosa, se veía incapaz de vencer a los carlistas y las protestas de los liberales
Radicales se materializaron en violentas revueltas urbanas.
B.-Los gobiernos progresistas (1835-1837) (p.159-160)
Estos hechos intimidaron a la regente que, para frenar estas protestas, tomó la decisión de formar un nuevo gobierno con el
Conde de Toreno y el progresista, Juan Álvarez Mendizábal. En este nuevo Gobierno, Mendizábal inició la reforma del
Estatuto Real y sentó las bases para desarrollar un amplio proceso desamortizador; además reformó la ley electoral para
Hacerla más participativa; se suprimieron los gremios; reorganizó la Milicia Nacional para luchar contra los carlistas (de
30.000 a 400.000 hombres)…
La desamortización de Mendizábal consistíó en la nacionalización por parte del Estado de las propiedades rústicas y urbanas
De la Iglesia, que se vendieron después en subastas públicas a particulares. Con ello se pretendía crear una clase de nuevos
Propietarios adictos a la causa liberal y sanear la deuda pública. Los planes de Mendizábal no dieron resultado, pues la guerra
1
Continuó y el intento de sanear la deuda fracasó
Cuando el gobierno de Mendizábal decretó la desamortización de los bienes del clero, los privilegiados presionaron a la
Regente para que lo destituyese en 1836. La sustitución de Mendizábal por un liberal moderado, Francisco Javier Istúriz,
Provocó la protesta de los liberales progresistas y estallaron revueltas en muchos lugares a favor del restablecimiento de la
Constitución de 1812 y se produjeron quemas de conventos. Además, la protesta de los progresistas dio lugar al
Pronunciamiento de los sargentos en la Granja de San Ildefonso (Segovia), en Agosto de 1836, que irrumpieron en el Palacio
real y obligaron a la regente a anular el Estatuto Real y a restablecer la Constitución de 1812 y entregar el gobierno a los
Progresistas. Tras esto, el gobierno, ahora progresista, convocó elecciones a Cortes y decidieron elaborar una nueva
Constitución ante la dificultad de adaptar la Constitución de 1812. Este gobierno será el encargado de elaborar la Constitución
De 1837, recuperaba algunos aspectos del liberalismo de 1812 a la vez que aceptaba algunos planteamientos del ideario
Moderado. De esta forma se realizó un texto que pretendía ser de consenso entre las dos corrientes del liberalismo.
Los cambios más destacados respecto de la Constitución de 1812 fueron:
Se reforzó el poder de la corona. Aunque reconocía el principio de soberanía nacional, este se matizó, puesto que la
Potestad legislativa se atribuyó conjuntamente a las Cortes y el rey. Esto significaba cierta aproximación al principio de
Soberanía compartida defendido por los moderados. La corona también tenía derecho de veto, es decir, podía rechazar una ley,
Y podía disolver las Cortes.
Las Cortes pasaron a ser bicamerales. El Parlamento se dividíó en dos cámaras, que se llamaron, por primera vez en la
Historia de España, Congreso de los Diputados y Senado.
Amplia declaración de derechos (derecho de imprenta, de asociación…) Se afirma la libertad religiosa pero se establece
El compromiso del Estado a mantener económicamente al clero católico, que había perdido gran parte de sus tierras como
Consecuencia de la desamortización.
Además se crea la Ley Electoral que fija un sufragio censitario muy restringido, aunque amplió el censo electoral del 0,15 %
Del Estatuto Real al 2,4 %. Tenían derecho al voto los españoles mayores de 25 años que pagasen 200 reales en sus
Contribuciones.
C.- El trienio moderado (1837-1840) (p.161 – 162)
Las elecciones de Octubre de 1837 dieron el triunfo a los moderados, que gobernaron hasta 1840 y pusieron fin al espíritu de
Conciliación de la Constitución de 1837.
En 1840, el gobierno moderado intentó preparar una serie de cambios moderados; una ley electoral más restrictiva, una
Limitación en la ley de imprenta, una Ley de Ayuntamiento que daría a la Corona la capacidad de nombrar a los alcaldes (antes
Elegidos por los vecinos de cada municipio), y leyes que favorecerían al clero (devolver los bienes expropiados al clero secular
Y reimplantar el diezmo). Debido a este intento de reformas, el general Espartero, jefe del Partido Progresista, se enfrentó a la
Regente por que apoyaba a los moderados. Los progresistas impulsaron un movimiento revolucionario con la formación de
Juntas en muchas ciudades. La regente, para resolver esta crisis va a nombrar a Espartero como presidente de gobierno.
Espartero, reclamó compartir la regencia. María Cristina se negó y fue obligada a renunciar a su cargo en Octubre de 1840 y se
Marchó de España. Aquí comienza la regencia de Espartero.
2.-LA REGENCIA DE Espartero. (1840 – 1843). (p. 164-165)
Una vez en el trono, como regente, Espartero disolvíó las Juntas Revolucionarias y convocó Cortes donde se nombró al
Gobierno en donde la mayoría eran progresistas. Su reinado se caracteriza por su autoritarismo; Apenas contaba con la Cortes
Y gobernó apoyándose simplemente en su camarilla de militares (ayacuchos). Esto provocó una ruptura dentro de su partido ya
Que se aisló de los progresistas y perdíó su popularidad. En su política, el hecho que tiene mayor trascendencia fue la
Aplicación, en 1842, de una política librecambista, por la cual abría el mercado español a los tejidos ingleses. La industria
Textil catalana no era capaz de resistir la competencia de los productos ingleses, por lo que esta política va a producir una
Protesta generalizada en Barcelona, en el que se vieron involucradas la burguésía y las clases populares que veían peligrar
Sus puestos de trabajo. Para sofocar esta revuelta Espartero mandó bombardear la ciudad hasta calmar el levantamiento.
Este acontecimiento desprestigió al regente y los moderados aprovecharon la división de los progresistas para realizar un
Pronunciamiento de moderados y progresistas disidentes, dirigido por el general Narváez. Tras esto Espartero renunció a su
Cargo en 1843 y se marchó a Londres. Tras el fracaso de las dos Regencias, la única alternativa de las Cortes fue declarar la
Mayoría de edad de Isabel II, con sólo trece años.