El Fascismo Italiano y la Crisis de la Posguerra
La situación italiana de la posguerra era grave como consecuencia de la crisis económica, la inflación y el paro. Esto se tradujo en numerosas ocupaciones de tierras por parte de campesinos empobrecidos y en un incremento de la conflictividad obrera en las grandes ciudades industriales. Además, los italianos se sintieron defraudados por los acuerdos de Versalles porque, a pesar de figurar como vencedores, no vieron satisfechas sus aspiraciones y sus demandas sobre algunos territorios (tierras irredentas).
El Ascenso de Mussolini y el Partido Fascista
Mussolini aprovechó este descontento para formar, con jóvenes de la burguesía y excombatientes, unas fuerzas paramilitares (fasci di combattimento) que, a partir de 1919, actuaron contra las organizaciones de izquierda con brutales palizas y asesinatos. En 1921, Mussolini fundó el Partido Nacional Fascista (PNF). Dotó al partido de un programa populista en lo social, pero defensor de la propiedad, nacionalista y militarista. También adoptó una simbología propia: la camisa negra como uniforme, el saludo a la romana, con el brazo en alto, y el fascio como emblema.
La Marcha sobre Roma y la Toma del Poder
En 1922, los fascistas consiguieron abortar una huelga general convocada por las organizaciones de izquierda. En octubre de ese mismo año, organizaron un golpe de Estado encubierto, la «marcha sobre Roma«, una serie de manifestaciones y actos de fuerza que tuvieron por escenario diversos lugares del país. La marcha finalizó cuando el rey Víctor Manuel III, presionado por políticos conservadores, por la Confederación de empresarios, los militares y los nacionalistas, encargó a Mussolini la formación de un nuevo gobierno.
La Instauración de la Dictadura Fascista
A partir de 1922, Mussolini fue el jefe de un gobierno de coalición con liberales y católicos. Elaboró una nueva ley electoral que otorgaba a la fuerza más votada los dos tercios de los diputados en el Parlamento y convocó elecciones. El PNF obtuvo la mayoría absoluta, en parte porque antes de las elecciones atacaron y amenazaron a los partidos y sindicatos de izquierda. Las denuncias de la oposición sobre la existencia de fraude y manipulación de las elecciones fueron contestadas con el secuestro y asesinato del diputado socialista Matteotti. En 1925, Mussolini inició la instauración de la dictadura fascista, que se caracterizó por:
- Supresión de la democracia: Suspensión de los derechos constitucionales, encarcelación de gran parte de la oposición, disolución del Parlamento, prohibición de los partidos y sindicatos de clase, sometimiento de la prensa a censura y creación de una policía política para perseguir el antifascismo.
- Concentración de todos los poderes: Mussolini se proclamó jefe de Gobierno y jefe del Partido Fascista, aunque mantuvo a la monarquía como forma de Estado, con el consentimiento del monarca.
- Creación de un Estado corporativo en el que unas corporaciones que reunían a empresarios y trabajadores se convirtieron en los nuevos organismos representativos de la sociedad en detrimento de las instituciones elegidas por sufragio.
- Establecimiento de las relaciones con el Vaticano mediante el convenio de Letrán (1929), por el que se procedía al reconocimiento mutuo y se otorgaba una posición de privilegio social e institucional a la Iglesia.
- Inicio de una política exterior expansionista que pretendía llevar a la formación de un imperio. Mussolini conquistó Abisinia en 1936 y liquidó la resistencia indígena en Libia, Eritrea y Somalia.
- Aprobación de leyes raciales dictadas en 1938 que impedían el matrimonio entre blancos y negros e introducían el antisemitismo, sobre todo a causa de la relación con Alemania, aunque no era el sentimiento generalizado en Italia.
El Estado Totalitario Fascista
El nuevo orden fascista pretendía un estado totalitario en el que Estado y partido fascista, unidos, debían reglamentar todos los aspectos de la vida económica y social. El régimen fascista promovió el intervencionismo económico con el objetivo de implantar la autarquía y conseguir que Italia fuese económicamente autosuficiente. Para ello, redujeron al mínimo las importaciones e intensificaron y controlaron la producción agrícola e industrial. También tomaron medidas para aumentar la producción de cereal y se creó el IRI en 1933 (Instituto para la Reconstrucción Industrial), que controlaba los sectores básicos: electricidad, siderurgia, construcción naval y orientaba la industria a la producción militarista mediante encargos estatales. Asimismo, se construyeron autopistas, se desecaron marismas, etc. Esta política generó grandes beneficios para las oligarquías industriales y financieras, pero la contención de salarios y la ausencia de derechos laborales provocó un fuerte descenso del nivel de vida de los obreros italianos.
A nivel social, se pretendió controlar y dirigir a toda la sociedad mediante una política demográfica destinada a favorecer el crecimiento de la población, impulsando la natalidad y limitando la emigración. También se estimuló la afiliación al partido y a los sindicatos fascistas; se creó la Opera Nazionale Balilla, en la que era obligatorio inscribir a todos los niños hasta la edad adulta; se fundó la Opera Nazionale Dopolavoro, que organizaba el tiempo libre fuera del trabajo. De este modo, mediante el control de la educación, la propaganda y los actos de masas se adoctrinaba en los valores fascistas y en el culto a Mussolini.
La Nazificación de Alemania
El Ascenso de Hitler al Poder
Tras su nombramiento como Canciller, Hitler procedió a establecer, en un plazo extraordinariamente breve, un régimen totalitario en Alemania. En febrero de 1933, se promulgó un decreto por el que se establecen limitaciones al derecho de reunión y a la libertad de prensa; un total de 16 periódicos socialistas y comunistas fueron clausurados, y las fuerzas policiales ocuparon la sede del Partido Comunista. El incendio del edificio del Reichstag el 27 de febrero de 1933, atribuido sin pruebas a los comunistas, sirvió de pretexto para desencadenar una violenta persecución contra sus militantes y para provocar un nuevo decreto por el que quedaban suprimidos los derechos fundamentales reconocidos en la Constitución (expresión, asociación, inviolabilidad de las comunicaciones, etc.).
La Consolidación del Régimen Nazi
Las elecciones de marzo de 1933, ya sin garantías democráticas, depararon un nuevo triunfo del partido nazi, que alcanzó los 288 diputados pero no la mayoría absoluta. Tras llegar a un acuerdo con los nacionalistas y los miembros del Partido de Centro Católico, Hitler aprobó una ley de plenos poderes que le facultaba para gobernar durante 4 años al margen del Parlamento y para anular el contenido de la Constitución siempre que lo considerase necesario para el bien de Alemania. A partir de este momento, cualquier atisbo de democracia, y la propia República de Weimar, podían darse definitivamente por enterradas.
A partir de 1933, una serie de medidas completaron el proceso de nazificación de Alemania:
- Ilegalización de los partidos socialdemócratas y comunistas, cuyos dirigentes fueron detenidos y enviados a campos de reeducación, y sus bienes, confiscados. Esta medida se hizo extensiva poco después a las restantes organizaciones políticas y, a partir de julio de 1933, habría por ley un régimen de partido único: el NSDAP o Partido Nazi. Idéntica suerte corrieron los sindicatos, reemplazados este mayo por el frente alemán del trabajo, Sindicato Único y controlado por el Partido Nazi.
- Unificación de los Länder (estados federados) mediante la supresión del sistema federal y la disolución de los parlamentos territoriales.
- Depuración de la administración, excluyendo de los escalafones oficiales a todos aquellos funcionarios no arios o no presumiblemente no adictos al régimen. También fueron perseguidos los intelectuales y artistas contrarios al régimen.
- Reforzamiento de la represión, dotando de funciones policiales a las SS y creando la Gestapo (1934), un cuerpo de policía política.
- Eliminación de la disidencia. En las SS se habían producido críticas a la concentración de poder en manos de Hitler y a la deriva capitalista del partido. En junio-julio de 1934 (Noche de los cuchillos largos), Röhm y los principales dirigentes de las SA fueron asesinados. Se consagró así la hegemonía de las SS de Himmler, cuerpo de élite dentro del partido y Estado.
- Conquista del espacio vital (lebensraum) que garantice la expansión territorial necesaria para el desarrollo de la raza aria y para llevar a cabo la rectificación del Tratado de Versalles.
- Nombramiento de Hitler como jefe de Estado después de morir el presidente Hindenburg en agosto de 1934. Se convirtió en Führer, es decir, en caudillo y canciller del III Reich (Imperio).
La Política Económica Nazi
El objetivo de la política económica nazi era convertir Alemania en una gran potencia industrial y eliminar el grave problema del paro. Para conseguirlo, reforzaron el sistema capitalista alemán, posibilitando los beneficios de la grande industria. Las principales directrices económicas fueron:
- La autarquía económica, convirtiendo Alemania en un país autosuficiente que debía producir todo lo que necesitaba y sustituir las importaciones de productos.
- Impulsar obras públicas con inversiones del Estado.
- Controlar precios y salarios para impedir la inflación y garantizar los beneficios empresariales.
- Fomentar la industria pesada, sobre todo la de armamento, para remitir militarizar el país.
En 1939, Alemania era la 2ª potencia mundial. Se había conseguido el pleno empleo, pero con sueldos muy bajos y con un cambio radical de las relaciones laborales, al perder los trabajadores sus derechos y su capacidad de organización.
Descolonización y Nuevos Conflictos
La Partición de la India
La extensa zona geográfica denominada India ha constituido a lo largo de la historia un crisol de etnias, culturas y lenguas. Antes de la independencia, dominaban dos grupos religiosos: hindúes y musulmanes. A finales del siglo XIX, se desarrolló un movimiento indio nacionalista que desembocó en la creación del partido del Congreso Nacional, que inició movilizaciones para conseguir la independencia del imperio británico. La minoría musulmana no se sintió representada por el nuevo partido y fueron pocos los que se alinearon en él. La desconfianza de los musulmanes aumentó en 1900 cuando la administración británica accedió a las demandas hindúes e hizo del hindi la lengua oficial en algunos Estados. Esta nueva situación agravó los temores de los musulmanes de que la mayoría hindú procurara suprimir la cultura y la religión musulmanas en la India independiente. Las discrepancias se evidenciaron en sus diferentes propuestas: mientras los dirigentes hindúes defendían un estado único que agrupara a hindúes y musulmanes, los musulmanes defendían la partición en dos Estados a partir de la religión. Las negociaciones con Gran Bretaña concluyeron en 1947 con la creación de dos Estados: India y Pakistán. Como consecuencia de la partición, 14 millones de personas tuvieron que desplazarse. Este éxodo cruzado estuvo acompañado de violencia y de masacres que costaron la vida a más de 200,000 personas.
La Creación del Estado de Israel y la Cuestión Palestina
Finalizada la Segunda Guerra Mundial, y en un contexto internacional impactado por el horror de la Shoá (Holocausto), los judíos plantearon la necesidad de reagruparse, así como se inició una campaña a favor de la creación de un estado judío en los territorios históricos de este pueblo. En noviembre de 1947, una resolución de la ONU propuso la partición de la Palestina bajo mandato británico en dos Estados: uno judío, con el 30% de la población y el 55% del territorio, y el otro palestino. En 1948, terminó el mandato británico y Ben Gurión proclamó el Estado de Israel. Miles de palestinos musulmanes abandonaron la zona y huyeron a Jordania, Líbano y Egipto, donde constituyeron campamentos de refugiados cuya existencia se prolonga hasta la actualidad. El nuevo estado hebreo judío no fue reconocido ni por los palestinos ni por los musulmanes de la zona (Egipto, Siria, Jordania, Arabia Saudí, Irak, Líbano y Yemen), porque consideraban que este territorio les pertenecía. Aquel mismo año estalló la Primera Guerra árabe-israelí (1948 y 1949), que fue seguida por 3 más en 1956, 1967 y 1973. Los enfrentamientos finalizaron con la victoria israelí y, a lo largo de este proceso, Israel amplió paulatinamente su territorio a costa de la zona Palestina que en la práctica nunca llegó a constituir un estado independiente. La resolución internacional de crear un estado judío intentó solucionar un problema, pero generó otro que dio lugar a un interminable conflicto que se mantiene vigente en nuestros días.
Otros Procesos de Descolonización
Bóeres: colonos europeos procedentes de países Bajos, Francia y Alemania (protestantes) que empezaron a llegar a África a mediados de siglo XVII. Los bóeres lograron establecer varias repúblicas independientes que fueron aplastadas por los británicos en dos guerras de finales de siglo XIX. Los bóeres o afrikáans se hicieron de nuevo con el control de la Unión Sudafricana en 1910.
El Movimiento de Países No Alineados y el Neocolonialismo
La Conferencia de Bandung y el No Alineamiento
En el contexto internacional de la Guerra Fría y en pleno proceso de independencia de las colonias asiáticas, en 1955 se celebró en Bandung la conferencia de pueblos afroasiáticos que supuso la entrada de los nuevos Estados en el primer plano de la política internacional. Asistieron 29 Estados que agrupaban a la mitad de la población mundial liderados por los gobernantes de los países recientemente descolonizados (Sukarno por Indonesia, Nasser por Egipto y Nehru por la India). Los asistentes a la conferencia proclamaron su neutralidad frente a Estados Unidos y la URSS. La declaración de Bandung incluyó el derecho de los pueblos a la independencia, la igualdad entre todas las naciones, la condena de la intervención en los asuntos de otros países y su oposición al armamento nuclear. Esta postura dio origen al Movimiento de Países no Alineados al que se sumaron una buena parte de los nuevos países deseosos de mantener su neutralidad respecto de la política de los bloques.
El Neocolonialismo: Una Nueva Forma de Dominación
La independencia política de los países de Asia y África no supuso crecimiento económico, el desarrollo social y cultural y la estabilidad política de los nuevos países. Éstos carecían en muchos casos de grupos sociales suficientemente preparados para dirigirles y se veían sometidos a la influencia económica e incluso a la tutela militar de las antiguas potencias coloniales. Esta nueva forma de influencia en la que coexisten gobiernos propios a menudo derivados de golpes de Estado y sublevaciones con la presencia de empresas inversiones de capital e intereses de las antiguas metrópolis condicionan el desarrollo económico, se denomina neocolonialismo. Constituye una nueva forma de dominación menos visible, una situación de dependencia y el mantenimiento de la pobreza. Esta situación de pobreza y subdesarrollo económico se ha convertido en un estado permanente en el que los países que lo sufren ven incrementar las distancias que les separan de los países más desarrollados económicamente.
Características del Neocolonialismo
- Intercambio desigual: Los países subdesarrollados exportan productos agrícolas y materias primas cuyos precios son controlados por los países desarrollados e importan productos elaborados muchas veces a partir de sus propias materias primas pero cuyos precios son mucho más elevados, esto da lugar a una deuda externa permanentemente en continuo crecimiento.
- Dependencia tecnológica: La falta de tecnología propia obliga a importarla pagando los productos que necesitan a precios elevados o muchos royalties. Esta dependencia tecnológica incrementa su deuda externa e impide el desarrollo social y económico.
- Falta de capitales y deuda externa: El predominio de una actividad económica de subsistencia la dependencia tecnológica y la elevada deuda exterior hacen que los países subdesarrollados no cuenten con capitales propios para impulsar el crecimiento económico. Ello les obliga a solicitar préstamos a otros países que no siempre son invertidos de forma eficaz en beneficio del conjunto del país.
Las Reformas de Gorbachov y el Fin de la URSS
La Perestroika y la Glasnost
La llegada al poder en la URSS de Mijaíl Gorbachov en 1985 inició la llamada perestroika, un conjunto de reformas que pretendían cambios en profundidad en todos los aspectos del sistema soviético sin alterar al mismo tiempo los principios socialistas fundacionales de la URSS. Además, el nuevo líder quería que el pueblo tuviese conocimiento de las reformas y participara de ellas, impulsando una política de transparencia (glasnost).
Las reformas de Gorbachov se centraron en:
- En política interior, el objetivo era conseguir formas de gobierno parlamentarias y democráticas. Para ello se promovió la participación política de la población, se propuso la elaboración de una nueva Constitución y de una ley electoral y se emprendió la lucha contra toda forma de corrupción. Se permitió además que los medios de comunicación difundieran noticias que antes se censuraban.
- En política exterior se manifestó el deseo de abandonar el uso de la fuerza y de abrir relaciones amistosas con el resto de países, así como promover el desarme.
- En economía se intentó aumentar la producción y la productividad. También se quiso introducir incentivos salariales, impulsar la creación de cooperativas y promover formas de propiedad individual y relaciones de mercado libre.
- El último gran problema a abordar era el de la cohesión en un estado federal de las repúblicas de la URSS, que representaban a muy diversas nacionalidades.
El Impacto de las Reformas y la Desintegración de la URSS
Las dificultades para estos cambios fueron muchas en un país tan centralizado y sin tradición democrática. Además, pasar de una economía planificada a una de libre mercado dio lugar a problemas que disgustaron a algunos sectores de la población. Igualmente, el enorme conglomerado de naciones, etnias y religiones que era la URSS se había mantenido unidos por un sistema fuertemente centralista y autoritario, pero si se permitieron nuevas relaciones más libres, la URSS podría desintegrarse.
La Caída del Bloque del Este
La democratización del sistema comunista impulsada por Gorbachov tuvo un impacto directo en los países del Este. Estimuló la voluntad de cambio político y las aspiraciones nacionalistas y de separación de la URSS; todo ello agravado por un contexto de fuerte crisis económica. La decisión de Gorbachov de no intervenir y de respetar la soberanía de los países fue determinante para el triunfo de estos:
- El arranque de este proceso se dio en Polonia. Las huelgas y protestas, con el apoyo de la Iglesia Católica y del Papa Juan Pablo II, consiguieron la convocatoria de elecciones libres en 1989.
- También en Hungría el Partido Comunista y los sectores reformistas aceptaron la convocatoria de elecciones libres.
- La caída del muro de Berlín por la presión ciudadana (1989) precipitó los acontecimientos en Alemania y abrió el paso a la reunificación del país.
- En Checoslovaquia, la movilización popular también fue decisiva para el triunfo pacífico de la revolución.
- Solo en Rumanía se produjo una interrupción violenta que acabó con el asesinato de Ceaucescu tras la represión con la que este dirigente comunista respondió a las demandas sociales.