La Autocracia Zarista en Rusia
La autocracia zarista (Rusia) a comienzos del siglo XX el imperio de los zares era un inmenso país donde aún pervivía el absolutismo monárquico. Además, su economía y sus estructuras sociales eran de las más atrasadas del continente europeo. Políticamente, el zarismo era una autocracia, es decir, el zar estaba investido de un poder absoluto: gobernaba por decreto, no estaba sujeto a ninguna constitución ni tenía que responder ante un parlamento. La agricultura era la principal actividad económica y la tierra estaba en manos de unos pocos terratenientes que pertenecían a una aristocracia privilegiada. En algunas zonas del imperio (Moscú, San Petersburgo, Urales…) se había iniciado un proceso industrial impulsado en buena parte por capital extranjero. Allí había surgido un numeroso proletariado industrial que trabajaba en grandes fábricas por unos salarios miserables. Entre los obreros, se había difundido el marxismo y en 1898 se fundó el Partido Socialdemócrata Ruso que en 1912 se escindió entre mencheviques y bolcheviques. Estos últimos, liderados por Lenin, defendían la necesidad de impulsar en Rusia la revolución social.
Revolución de Febrero
La coyuntura de la Primera Guerra Mundial creó en Rusia las condiciones para un estallido revolucionario. Ni la economía ni la organización política y militar rusas estaban preparadas para una guerra tan larga, dura y costosa. En consecuencia, los desastres militares se sucedieron. La movilización de millones de campesinos comportó el descenso de la producción agrícola, en un momento en el que la mayor parte de los recursos económicos se dedicaron a la guerra. En consecuencia, el hambre apareció en las ciudades y se extendió el malestar entre obreros y campesinos. Todo ello desacreditó al zar Nicolás II y a su gobierno, que se mostraba incapaz de dar un giro a la situación. La población estaba desmoralizada y empezó a organizarse en soviets, es decir, consejos de obreros, campesinos y soldados, que exigían al zar la retirada de la guerra y el fin de la autocracia. La oposición política al zar aprovechó las circunstancias y tanto los partidos burgueses (liberales o radicales) como los campesinos (social-revolucionarios) y los obreros (mencheviques y bolcheviques) exigieron su abdicación.
Estalinismo
La política estalinista impuso una economía y una sociedad colectivizadas, con el objetivo de provocar un crecimiento que hiciera de la URSS una gran potencia industrial. Para ello, se prohibió la propiedad privada y las tierras, fábricas, bancos… se convirtieron en propiedad estatal. Se dio prioridad a la industria pesada con el objetivo de construir las infraestructuras necesarias. Se sustituyó una economía dirigida por el estado que elaboraba planes quinquenales para planificar la producción agrícola e industrial. Hubo una gran industrialización, pero la agricultura sufrió un retraso considerable como consecuencia de su subordinación a la industria, y además la prioridad de la industria pesada descuidó la producción de bienes de consumo y buena parte de las necesidades de la población quedaron desatendidas. Stalin ejerció una verdadera dictadura en la que el Partido Comunista controlaba todos los órganos del estado. Su liderazgo quedó reforzado por el culto a la personalidad que se daba a su persona. Todo sospechoso de oponerse a Stalin fue acusado de enemigo del socialismo y la represión afectó al conjunto de la sociedad, incluyendo al Partido Comunista. En los grandes procesos de Moscú (1936-1938), un violento aparato policial depuró a los disidentes.
Hitler y el Partido Nazi
Hitler Partido Nazi En 1920 Adolf Hitler fundó el Partido Nacionalista de los Trabajadores Alemanes, conocido como Partido Nazi, del que se convirtió en líder indiscutible. El partido también formó una organización paramilitar, las Secciones de Asalto (SA). La ideología de Hitler fue recogida en el libro ‘Mi Lucha’ (Mein Kampf), donde expresó su desprecio por la democracia parlamentaria, el antisemitismo (es decir, el odio a los judíos), la superioridad de la raza aria y la necesidad de conseguir un gran imperio (Reich) que uniese a todos los pueblos de habla alemana. Según Hitler, los responsables de la crisis alemana se opusieron violentamente a la democracia. Los grupos paramilitares nazis se opusieron violentamente a la república y protagonizaron varios intentos insurreccionales. También se enfrentaron a las organizaciones y a los militares comunistas, y se presentaron como una garantía de orden social frente a la agitación revolucionaria.
Alemania Después de la Guerra
En 1918, apunto de finalizar la Primera Guerra Mundial, el Kaiser Guillermo II abdicó de su cargo y se proclamó la república. La capital se estableció en Weimar y se hizo una constitución democrática. Alemania tuvo que asumir la derrota militar en la guerra y aceptar las duras condiciones de paz impuestas por los vencedores del Tratado de Versalles. Los años de posguerra fueron para Alemania de crisis económica, miseria y paro, lo que provocó el descontento de amplios sectores de la población.
Nazismo al Poder
El periodo entre 1924-1929 fue de relativa mejora de las condiciones económicas y de una cierta estabilidad social, pero las consecuencias de la crisis de 1929 resultaron muy duras en Alemania. En 1932 había más de 6 millones de parados, en las elecciones de 1932 el Partido Nazi consiguió 13 millones de votos y en enero de 1933 el presidente de la república, Hindenburg, nombró canciller a Hitler. Poco meses después, cuando murió Hindenburg, Hitler se proclamó Führer y canciller del Tercer Reich (Imperio).
Dictadura Nazi
A partir de 1934, los nazis transformaron Alemania en una dictadura. En primer lugar, se disolvieron todos los partidos y sindicatos, se clausuró el parlamento, se suprimieron las elecciones y las libertades individuales y se inició la persecución sistemática de sus opositores. Solo quedó autorizado el estado nazi aspiraba a una total cohesión de la sociedad alemana, basada en la superioridad de la raza aria y la ideología nacional-socialista. Las universidades, el sistema educativo, la cultura y el arte debían seguir las consignas nazis. Por lo que muchos artistas e intelectuales fueron perseguidos y huyeron del país, se censuró toda la producción literaria y artística y se controlaron todos los medios de comunicación, para asegurar el adoctrinamiento de las nuevas generaciones de jóvenes el ocio y la educación de los jóvenes.
Caida del Zarismo
En febrero de 1917 estalló una revolución en San Petersburgo que provocó la caída del zarismo. El poder pasó a un gobierno provisional, dirigido por Kerensky y apoyado por los partidos liberales de la Duma (parlamento) que inició una serie de reformas. Rusia se convirtió en una república democrática.