La Caída de la Segunda República: Elecciones de 1936 y el Estallido de la Guerra Civil

Elecciones de 1936 y el Camino a la Guerra Civil Española

Contexto Político y las Elecciones de Febrero de 1936

En febrero de 1936 se celebraron las últimas elecciones de la Segunda República. Su resultado fue un equilibrio entre los dos bloques en los que se había dividido España. El triunfo del Frente Popular (izquierdas) fue seguido de movimientos revolucionarios. Frente a la violencia de la extrema derecha y la extrema izquierda, el gobierno era débil.

La campaña electoral de las elecciones de febrero de 1936 fue tensa y agitada, pero no hubo alteraciones del orden público. Los partidos de izquierda en enero de 1936 formaron una gran alianza, el Frente Popular, resultado de un acuerdo electoral entre los dos partidos republicanos de izquierda, los socialistas y los comunistas. Estos presentan un programa basado en una amnistía general para los encarcelados por los sucesos de octubre de 1934 y la recuperación de la política reformista del primer bienio.

Las derechas y el centro se presentaron desunidas. La CEDA (coalición de derechas) consiguió unos pactos electorales puntuales con republicanos conservadores y radicales. Su programa se centró en la revisión de la constitución (1931). Los monárquicos alfonsinos y los carlistas constituyeron el Bloque Nacional, encabezado por Calvo Sotelo y reanudaron la conspiración para derribar la república por la fuerza e instaurar un Estado autoritario.

Resultados Electorales y Formación del Gobierno

Los resultados dieron una victoria ajustada del Frente Popular, aunque esa diferencia aumentó en su traslado a escaños. El sistema mayoritario establecido por la ley electoral otorgó una amplia mayoría en las Cortes del Frente Popular.

La victoria del Frente Popular fue acogida con alegría en muchos sitios y con manifestaciones, peticiones de amnistía y de readmisión de todos los trabajadores despedidos debido a la huelga general de 1934.

Alcalá Zamora encargó a Azaña la formación del gobierno, compuesto solo por los republicanos de izquierda, ya que los socialistas se negaron a formar una coalición con los republicanos.

Crisis de la República y Aumento de la Tensión Social

La intensificación de los conflictos sociales aceleró la puesta en marcha de la reforma agraria de 1932, en un intento del gobierno para controlar la situación. Desde la derecha y los más conservadores, fueron percibidos como una subversión y una amenaza al orden social. También volvió al primer plano la confrontación entre Iglesia y República, que ya había sido motivo de desequilibrio en el primer bienio de izquierdas.

En cuanto a la crisis de la república, una vez constituidas las nuevas cortes se inició esta que debilitó aún más el gobierno republicano. Las cortes destituyeron a Alcalá Zamora de presidente de la república y fue sustituido por Azaña, que intentó crear un gobierno de coalición de republicanos y socialistas presidido por Prieto, pero no se logró y se formó un gobierno de republicanos de izquierda.

El problema más serio al que se enfrentó fue a la crisis económica, que aumentó rápidamente los precios, la caída de la peseta, la reducción de la producción y el aumento de desempleo. También empresarios abandonaron las empresas y la evasión de capitales fuera del país. En mayo y junio hubieron muchas huelgas que llevaron consigo manifestaciones a gran escala, algunas violentas, sobre todo las de la CNT.

La debilidad del gobierno se notó al verse desbordado por los conflictos y la violencia política. En abril aumentaron los desórdenes que originaron choques con las fuerzas de seguridad.

Los dos grandes partidos con mayor representación en las Cortes fueron, el PSOE y la CEDA, contribuyeron también a la inestabilidad de la república. En la izquierda triunfaban los anarquistas de la UGT, dirigidos por Largo Caballero. La CEDA entró en crisis tras su derrota electoral.

Aumento de la Violencia y Preparativos para el Golpe Militar

Ante el crecimiento de los enfrentamientos, entre militantes de la izquierda y de la derecha, principalmente impulsadas por las milicias armadas falangistas, hizo que el gobierno detuviera a José Antonio Primo de Rivera y cerró las sedes de la Falange. La violencia callejera y crímenes políticos siguieron aumentando por ambas partes.

Las viejas oligarquías monárquicas y masas católicas de la CEDA amenazaban a la república, pero sin el ejército no podían echarla abajo.

El gobierno republicano trató de desarticular la trama golpista haciendo cambios y traslados en cargos sospechosos, como por ejemplo a Franco se le quitó el título de Jefe del Estado Mayor y se le destinó a Canarias, a Goded fue a Baleares y a Mola a Navarra. Pero esto no sirvió para frenar el golpe militar. En marzo se reunió un grupo de generales, Mola era uno, y acordaron un alzamiento militar para restablecer el orden y que la jefatura de la sublevación quedara en manos del general Sanjurjo. La sublevación fue apoyada por los monárquicos alfonsinos, carlistas y falangistas.

El general Mola, fue el protagonista de la organización de la rebelión, consistía en una sublevación simultánea de las guarniciones en todo el país, una violenta represión. El asesinato de Calvo Sotelo fue una represalia por el asesinato del teniente Castillo, y esto aceleró el proceso.

Estallido de la Guerra Civil

El 17 de julio comenzó la sublevación en Marruecos y el día siguiente en la Península. El fracaso de la rebelión militar en la mayor parte de las grandes ciudades supuso la Guerra Civil que duró 3 años.

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