1. Impacto de la Revolución Francesa en España
Después de la Revolución Francesa, el gobierno de Carlos IV en España reaccionó con temor ante la posibilidad de que la revolución se extendiera al país. Su objetivo principal era evitar cualquier tipo de «contagio revolucionario».
Todo cambió cuando en Francia, después del verano de 1792, la monarquía cayó, se proclamó la República y se procesó al rey Luis XVI por traición.
2. La Ejecución de Luis XVI y la Ruptura con Francia
La ejecución de Luis XVI en enero de 1793 provocó la ruptura de la tradicional alianza entre España y Francia. España se unió a una coalición internacional y participó en la Guerra de la Convención. La derrota militar española fue rápida y contundente.
El fracaso militar precipitó la firma de la Paz de Basilea y el regreso a la tradicional alianza con Francia, esta vez contra Inglaterra.
3. La Deriva Diplomática y la Ascensión de Napoleón
Se inició entonces una deriva diplomática en la que el ascenso al poder de Napoleón en 1799 y la debilidad del gobierno de Godoy llevaron a España a una creciente dependencia de la política exterior francesa y, por consiguiente, al enfrentamiento con Inglaterra.
4. Ministro Godoy
Manuel Godoy fue un noble y político español, favorito y primer ministro de Carlos IV. Fue duque de Alcudia y de Sueca, y príncipe de la Paz por su negociación de la Paz de Basilea.
Godoy ascendió rápidamente al poder gracias a Carlos IV, quien le concedió títulos, honores, una inmensa riqueza y los más altos cargos del Estado, ante la incapacidad de las camarillas cortesanas del inicio de su reinado.
Como secretario de Estado entre 1792 y 1798, estuvo al frente del gobierno de España durante la crisis europea provocada por la Revolución Francesa y las ambiciones de Napoleón Bonaparte. Esta crisis culminó con la invasión francesa de 1808 y la Guerra de la Independencia, pocos meses después de la caída de Carlos IV y del propio Godoy a causa del Motín de Aranjuez.
5. Napoleón Bonaparte
Napoleón Bonaparte fue un militar, rey de Italia y emperador de Francia entre 1804 y 1815. Era astuto, con un extraordinario talento y muy trabajador.
Napoleón solicitó permiso al rey de España para atravesar su territorio con el propósito de invadir Portugal. Sin embargo, tras su triunfo en Portugal, las tropas francesas no se retiraron de España.
El rey Carlos IV, al advertir el engaño de Napoleón, renunció al trono de España en favor de su hijo Fernando VII, apodado «El Deseado» porque fue retenido en Francia y los españoles lucharon por sus ideas, deseando su regreso.
Napoleón no reconoció a Fernando VII como rey y lo citó para una reunión en Bayona. Ante esto, Carlos IV reasumió el trono y asistió a Bayona, donde cedió a la presión de Napoleón y abdicó la Corona de España. Finalmente, Napoleón nombró a su hermano, José Bonaparte, rey de España.
1.4 El Desarrollo de la Guerra
La victoria en la Batalla de Bailén (19 de julio de 1808) obligó a José I a abandonar Madrid. El 2 de diciembre, Napoleón llegó a Madrid con su ejército y José I también regresó.
Entre noviembre de 1808 y enero de 1809, el emperador francés implementó dos reformas de corte revolucionario: la supresión de la Inquisición, el régimen señorial y los conventos.
En agosto de 1808, un ejército inglés desembarcó en la península para apoyar a los portugueses.
La victoria francesa en Ocaña en octubre de 1809 y el avance hacia el sur permitieron que Napoleón ocupara casi toda España. En 1812, había caído el reino de Valencia, excepto la ciudad de Alicante.
Tras las batallas de Ciudad Rodrigo y los Arapiles, José I y los franceses se vieron obligados a abandonar Madrid y dirigirse a Valencia.
La derrota en Vitoria (junio de 1813) obligó a José I a abandonar Valencia en julio.
En diciembre, Napoleón firmó con Fernando VII el Tratado de Valençay, por el cual Fernando VII fue repuesto en el trono y se concluyó la Guerra de la Independencia.
1.5 Patriotas, Liberales y Afrancesados
La evolución política generó una confrontación entre afrancesados y patriotas, y entre liberales y absolutistas, que se vio reflejada en las Cortes de Cádiz desde septiembre de 1810.
Todo esto tuvo tres centros de acción:
Las Juntas:
Estas juntas locales dieron lugar a las juntas provinciales, y estas a la Junta Central (septiembre de 1808). Integradas por obispos, capitanes generales y figuras cuyo prestigio se basaba en el valor mostrado ante la ocupación. Esa diversidad se veía incluso en la Junta Central, presidida por Jovellanos o el conde de Floridablanca. La iniciativa estuvo del lado de los partidarios de reformas políticas y sociales.La Guerrilla:
Instrumento de aparición del pueblo llano contra el invasor. Surgió de forma espontánea y fue regulada por la Junta Central. Su mayor auge fue entre 1811 y 1812, con 16 grandes partidas y otras de menor entidad, con unos 55.000 hombres al frente de 70.000 soldados. Eran sobre todo campesinas y algunas cayeron en el bandolerismo.Convocatoria de Cortes:
Elegidas por sufragio universal masculino indirecto y su representación era nacional, no por estamentos. Esto dio comienzo a las Cortes de Cádiz.
Los patriotas: Defensores de la monarquía borbónica y contrarios a la nueva dinastía de Napoleón.
- Unos vieron la invasión como una oportunidad para reformar la monarquía, adoptaron el liberalismo como ideario y fueron defensores de las reformas emprendidas por las juntas y las Cortes.
- Otros eran absolutistas y querían mantener el sistema.
El bando afrancesado: Hubo quienes apoyaron a José I y colaboraron con él. Hubo afrancesamiento cultural (Meléndez Valdés), político o comprometido (Llorente, Azanza) y de conveniencia. La obra más importante fue el Estatuto de Bayona en 1808. Desde 1814, hubo una dura persecución contra ellos.