La Liquidación del Imperio Colonial Español: Cuba, Filipinas y el Desastre del 98
La Independencia de Cuba, Puerto Rico y Filipinas
Los primeros movimientos independentistas cubanos surgieron durante el Sexenio Democrático con el Grito de Yara, liderado por Céspedes. Figuras como José Martí y Antonio Maceo se alzaron como líderes rebeldes. Con la llegada de Alfonso XII, se implementaron medidas para apaciguar el descontento cubano, como la amnistía a presos rebeldes y la abolición de la esclavitud. Esto llevó a una breve reconciliación con la Paz de Zanjón en 1878.
Sin embargo, la abolición de la esclavitud se retrasó debido a presiones de Estados Unidos y terratenientes cubanos, reavivando el descontento y un nuevo conflicto en 1879, que fue sofocado por el ejército español. Las exigencias rebeldes, incluyendo la liberalización del comercio monopolizado por España, continuaron creciendo. A pesar de la abolición final de la esclavitud en 1886, el conflicto resurgió en 1891.
El gobierno conservador intentó, sin éxito, otorgar autonomía a Cuba debido a presiones internas. En 1895, el Grito de Baire, liderado por José Martí, inició la Guerra de Independencia cubana. El general Martínez Campos, enviado para combatir las guerrillas rebeldes, no logró controlar la situación. El general Weyller implementó una dura política de represión, incluyendo campos de concentración, lo que generó la enemistad de la población. Finalmente, el gobierno central cedió a Cuba igualdad de derechos y libertades, incluyendo la Constitución y la libertad de comercio.
A pesar de la aparente resolución, el presidente estadounidense McKinley envió el acorazado Maine a Cuba con el pretexto de proteger a los ciudadanos estadounidenses. El atentado contra el Maine y la subsiguiente campaña mediática llevaron a Estados Unidos a declarar la guerra a España. La opinión pública española se dividió, pero la regente envió tropas simbólicamente. La superioridad técnica y numérica de la armada estadounidense resultó en la derrota española en el puerto de La Habana. Cuba y Puerto Rico quedaron bajo la protección de Estados Unidos.
Paralelamente, surgieron revueltas independentistas en Filipinas alrededor de 1890. La Liga Filipina, partido independentista del Dr. José Rizal, ganó amplio apoyo popular. Tras la derrota española en la Guerra Hispano-estadounidense, Filipinas también pasó a manos de Estados Unidos, formalizado en la Paz de París. Cuba, Puerto Rico y Filipinas fueron entregadas a Estados Unidos con cierta independencia.
La Crisis del 98 y sus Repercusiones
La pérdida de las colonias, conocida como el Desastre del 98, tuvo consecuencias negativas para España:
- Pérdida de ingresos económicos.
- Frustración social por el fin del imperio.
- Pérdida de prestigio internacional del ejército.
España se mantuvo al margen de la expansión colonialista europea en África y Asia. Intelectuales propusieron el Regeneracionismo, buscando la europeización de España y la mejora de la educación y la economía, resumido en el lema de Joaquín Costa: «Cultura y despensa».
La crisis provocó inestabilidad política. El gobierno de Sagasta fue reemplazado por el partido conservador, liderado por Silvela. El pueblo español perdió la confianza en el sistema del turnismo.