1. La Crisis del Antiguo Régimen
A finales del siglo XVIII, el Antiguo Régimen entró en crisis debido al rechazo a los planteamientos políticos y sociales en los que se sustentaba. Las críticas provenían del sector radical del movimiento ilustrado, con figuras como Voltaire, Rousseau y Montesquieu, quienes argumentaban que las reformas implementadas por los monarcas ilustrados eran meros retoques para mantener las esencias del absolutismo.
1.1. Los Planteamientos Ideológicos
Los planteamientos ideológicos que condujeron a la crisis del Antiguo Régimen se basaban en el rechazo al poder absoluto del monarca y a su origen divino, así como en la disconformidad con una sociedad donde los individuos eran diferentes ante la ley, debido a la existencia de estamentos.
Los ilustrados defendían que el poder residía en la Nación y consideraban que todos los individuos eran iguales ante la ley. Rechazaban los privilegios del clero y la nobleza, y abogaban por una carta magna elaborada por los representantes de la nación, a la que todos estuvieran sometidos, incluyendo al monarca.
Luchaban por la separación de los poderes legislativo, ejecutivo y judicial. El legislativo debía representar al conjunto de la sociedad, el judicial debía ser independiente y el monarca simbolizaría el poder ejecutivo.
Los ilustrados también planteaban la demolición de las estructuras de poder del Antiguo Régimen y la creación de un nuevo orden donde los súbditos se transformaran en ciudadanos, sin la necesidad de pertenecer a un determinado estamento.
En Francia, a finales de la década de 1780, la grave situación de la hacienda real, el rechazo de los grupos privilegiados a pagar impuestos, y las malas cosechas que extendieron el hambre por campos y ciudades, provocaron la Revolución Francesa. Esta revolución tuvo como consecuencia el desmantelamiento de las bases políticas, sociales y económicas del Antiguo Régimen.
1.2. El Reinado de Carlos IV: Revolución y Reacción
Los acontecimientos en Francia a partir de 1789 llevaron a los ministros de Carlos IV a plantear un cierre de fronteras para evitar la difusión de las ideas revolucionarias en España. Este fue el llamado «cordón sanitario» establecido por Floridablanca.
La España de Carlos IV se mantuvo expectante ante los acontecimientos de Francia. Sin embargo, tras la ejecución de Luis XVI, Madrid declaró la guerra al gobierno de la Convención (la Guerra del Rosellón). La guerra comenzó con la invasión del Rosellón por las tropas españolas dirigidas por el general Ricardos. Las victorias iniciales se convirtieron en derrotas, y finalmente se firmó la Paz de Basilea con Francia. España, bajo el reinado de Carlos IV, volvió al absolutismo y se alió con la Francia revolucionaria.
2. La Influencia Francesa y la Guerra con Gran Bretaña
La política en Francia no alteró la alianza establecida en Basilea, que convirtió a la España de Godoy en un satélite de Francia, tras la llegada al poder de Napoleón Bonaparte.
Esta situación condujo a la guerra contra Gran Bretaña, cuyo episodio más importante fue la batalla naval de Trafalgar, donde España perdió la potencia naval restaurada por los ministros de Fernando VI y Carlos III.
3. Los Inicios del Liberalismo: La Constitución de 1812
(En este apartado se desarrollaría el tema de la Constitución de 1812 y el inicio del liberalismo en España)