La Crisis del Estado Liberal y el Ascenso del Fascismo: España en la Primera Mitad del Siglo XX

Contexto: La Crisis del Estado Liberal y el Ascenso del Fascismo

Terminada la Primera Guerra Mundial, las democracias liberales entraron en un período de profunda crisis. Al mal funcionamiento del parlamentarismo se sumó la crisis de los partidos políticos, acusados de preocuparse más por sus intereses que por los de la nación. El estado liberal democrático se vio atacado desde dos frentes: el socialismo y el fascismo. Aunque solo triunfó en Italia y Alemania, el fascismo se extendió por casi toda Europa.

La Revolución Social en España (1917-1923)

Después de los sucesos de 1917, España entró en una etapa revolucionaria. Entre 1917 y 1923, se vivieron años de intenso malestar social, manifestado en huelgas y en la gran violencia de las agitaciones campesinas. Los trabajadores se afiliaron en masa a los sindicatos y la CNT vivió momentos desbordantes. Se lograron de este modo algunas ventajas laborales, como la jornada de 8 horas. El buen estado que vivía el mundo obrero español no se debió solamente a factores internos, sino también a la influencia de la revolución bolchevique triunfante en Rusia, aunque la afiliación a la Tercera Internacional fue rechazada por la CNT, la UGT y el PSOE. Como consecuencia de dicho rechazo se fundó el Partido Comunista Obrero. El ejemplo bolchevique intensificó la violencia.

El Asesinato de Eduardo Dato y el Desastre de Annual

Dos hechos vinieron a agravar la situación política: el 8 de marzo de 1921 caía asesinado por unos anarquistas el jefe del gobierno Eduardo Dato y en julio del mismo año se producía el desastre de Annual en la guerra de Marruecos. Ambos sucesos fueron la causa de que se produjera el golpe de estado de Primo de Rivera el 13 de septiembre de 1923.

La Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930)

Tras el golpe del 13 de septiembre, Alfonso XIII encargó a Primo de Rivera formar gobierno. Para ello, suprimió el sistema parlamentario, suspendió la Constitución de 1876 y disolvió las Cortes, terminando así la Restauración.

Aceptación y Fases de la Dictadura

La dictadura primorriverista no fue mal recibida. Tuvo el apoyo de la llamada masa neutra, cansada del caos civil, militar y social de los últimos cinco años. En la dictadura se distinguen dos fases:

  • La primera se caracteriza por la consecución de la paz social. Se consiguió uno de los principales retos del régimen: terminar con la guerra de Marruecos. Para ello contó con la ayuda de Francia, que colaboró en el éxito del desembarco de Alhucemas. Primo de Rivera consiguió mucho prestigio por los logros y cuando todo el mundo pensaba que daría por terminada la dictadura, este decidió perpetuar el sistema incluyendo en el gobierno a algunos políticos civiles. Se formó así el llamado Directorio Civil.
  • La dictadura primorriverista se justificó siempre por sus relaciones, al no contar con un soporte ideológico.

Logros Sociales y Económicos

  • La creación de los comités paritarios supuso un importante logro social.
  • La dictadura emprendió una política económica intervencionista fomentando la producción nacional. Las industrias básicas aumentaron enormemente su producción.
  • También se favoreció el incremento del turismo, se crearon magníficas carreteras y se mejoraron los ferrocarriles. Pero los enormes gastos que esto llevó consigo aumentaron considerablemente la deuda pública.

Intentos de Reforma Política

Desde el punto de vista político, se intentó establecer un partido único, la Unión Patriótica, así como elaborar una nueva constitución.

La Crisis de 1929 y la Caída de Primo de Rivera

El cambio en la economía iniciado con la depresión de 1929 afectó a la economía española. Apareció el paro, cerraron empresas… Criticaron a los antiguos políticos. Primo de Rivera se encontró solo ante la crisis y desmoralizado presentó la dimisión a Alfonso XIII el 30 de enero de 1930.

La Debilidad de la Monarquía y el Camino hacia la República

Ante esto, el rey encargó a Dámaso Berenguer la formación de un nuevo gobierno. La monarquía había quedado muy debilitada tras el respaldo prestado por Alfonso XIII a Primo de Rivera, al ser este acusado de haber violado la Constitución de 1876 cuando disolvió las Cortes y no convocó nuevas elecciones.

El Gobierno de Berenguer y el Pacto de San Sebastián

Tras la dimisión de Primo de Rivera, Don Alfonso, consciente de la gravedad de la situación, encargó formar gobierno al general Dámaso Berenguer con el propósito de restablecer la normalidad constitucional sin hacer peligrar al rey. Berenguer gobernó por decreto y dilató la convocatoria de elecciones a Cortes Constituyentes durante un año. Los políticos de izquierda firmaron el 27 de agosto de 1930 el Pacto de San Sebastián para terminar con la monarquía. Casi al mismo tiempo se organizaba la Asociación Republicana Militar que integraba a personas como Ortega y Gasset, Pérez de Ayala… En este tiempo es cuando Ortega escribe el artículo La Monarquía debe ser destruida.

El Fracaso de la Monarquía y la Proclamación de la República

El fracaso de las gestiones con Santiago Alba y con Sánchez Guerra, impidió dar un paso hacia adelante con la izquierda monárquica. Alfonso XIII no tuvo más salida que encargar formar gobierno a Juan Bautista Aznar, que organizó un gobierno con personalidades de los viejos partidos dinásticos. Con la intención de dar libertad pero sin exponerse al fracaso, se convocaron elecciones municipales. El resultado dio el triunfo a los republicanos menos en las zonas rurales que seguía el dominio monárquico. El rey, aconsejado por Romanones, cesó en sus funciones y salió hacia el exilio desde el puerto de Cartagena.

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