La crisis del Siglo XI los reinos de taifas

3.2 En el año
1031 una rebelión depuso al último califa, Hisham III y Al-Ándalus se fragmentó ennumerosos reinos de Taifas, en árabe facción o bandería, que se fueron reduciendo sobre todo por la incorporación de los más pequeños a otros mayores. Seguían siendo territorios prósperos económicamente y en algunos casos tuvieron gran importancia cultural pero su supervivencia dependía, con frecuencia, del pago de parias o tributos. A finales del siglo XI ante el avance de los reinos cristianos, que en el 1085 conquistan Toledo, reclamaron el apoyo de los almorávides, musulmanes ultra ortodoxos, que habían formado un gran Imperio en el norte de África. Su dirigente Yusuf ibn Tashfin llegó a la península en el año 1086 y vencíó a Alfonso VI en la batalla de Sagrajas (Badajoz) tras lo que regresó a África. Pero en el 1090 retornó a la península con el objetivo de conquistar los reinos taifas que caerán en su poder. Aunque este poder no llegó a consolidarse del todo y en el siglo siguiente caería el poder almorávide establecíéndose los segundos reinos de taifas hacia el año 1145. Al mismo tiempo que los almorávides eran derrotados en al-Ándalus, su Imperio africano desaparecía y un nuevo Imperio, el Almohade, surgía y los derrotaba en África. El dominio almohade de la Península se inició en 1147 con la ocupación de Sevilla, pero no terminó hasta 1172. Lograda la unificación de Al-Ándalus, los almohades aumentaron su ataque contra los reinos cristianos. En 1195 el califa Yusuf II aplastó al ejército castellano dirigido por Alfonso VIII en la batalla de Alarcos. La gravedad de la situación obligó a los reyes cristianos a relegar sus diferencias internas para hacer un frente común contra los almohades. En el año 1212 las tropas cristianas destrozaron al ejército almohade en la batalla de las Navas de Tolosa. Con esta derrota el poder de los almohades en la Península quedó prácticamente aniquilado.





3.2 En el año 1031 una rebelión depuso al último califa, Hisham III y Al-Ándalus se fragmentó ennumerosos reinos de Taifas, en árabe facción o bandería, que se fueron reduciendo sobre todo por la incorporación de los más pequeños a otros mayores. Seguían siendo territorios prósperos económicamente y en algunos casos tuvieron gran importancia cultural pero su supervivencia dependía, con frecuencia, del pago de parias o tributos. A finales del Siglo XI ante el avance de los reinos cristianos, que en el 1085 conquistan Toledo, reclamaron el apoyo de los almorávides, musulmanes ultra ortodoxos, que habían formado un gran Imperio en el norte de África. Su dirigente Yusuf ibn Tashfin llegó a la península en el año 1086 y vencíó a Alfonso VI en la batalla de Sagrajas (Badajoz) tras lo que regresó a África. Pero en el 1090 retornó a la península con el objetivo de conquistar los reinos taifas que caerán en su poder. Aunque este poder no llegó a consolidarse del todo y en el siglo siguiente caería el poder almorávide establecíéndose los segundos reinos de taifas hacia el año 1145. Al mismo tiempo que los almorávides eran derrotados en al-Ándalus, su Imperio africano desaparecía y un nuevo Imperio, el Almohade, surgía y los derrotaba en África. El dominio almohade de la Península se inició en 1147 con la ocupación de Sevilla, pero no terminó hasta 1172. Lograda la unificación de Al-Ándalus, los almohades aumentaron su ataque contra los reinos cristianos. En 1195 el califa Yusuf II aplastó al ejército castellano dirigido por Alfonso VIII en la batalla de Alarcos. La gravedad de la situación obligó a los reyes cristianos a relegar sus diferencias internas para hacer un frente común contra los almohades. En el año 1212 las tropas cristianas destrozaron al ejército almohade en la batalla de las Navas de Tolosa. Con esta derrota el poder de los almohades en la Península quedó prácticamente aniquilado.


3.3. La organización económica y social. La base económica de Al-Ándalus era la agricultura, se perfeccionaron las técnicas de regadío y se introdujeron cultivos como el algodón, el arroz o el azafrán. Seguían predominando los latifundios, pero los grandes propietarios residían en ciudades, que se convirtieron en centros de consumo, estimulándose la artesanía y el comercio. Se potenció el comercio exterior, sobre todo con la exportación de aceite. Y se propició la circulación monetaria. Socialmente se distinguían distintos grupos según su origen étnico, su religión, su riqueza y su poder. Dentro de los musulmanes existían una aristocracia de origen árabe y otra de origen sirio, entre las que se dieron frecuentes tensiones. Los bereberes establecidos en tierras más pobres protagonizaron rebeliones como la del 741. Los muladíes, hispanos convertidos al islam, lo que les facilitó la integración social y les eximía de tributos especiales. Las minorías no musulmanas pudieron mantener sus leyes y autoridades a cambio del pago de tributos. Dentro de ellas estaban los judíos que gozaron de una política de tolerancia y colaboraron en el inicio de la conquista con los musulmanes y los mozárabes, cristianos que fueron disminuyendo de número por las conversiones y por la emigración a reinos cristianos.
Aunque no eran una pieza clave en la economía, la base de la estructura social la formaban los esclavos: los eslavos, prisioneros de guerra de origen europeo y negros de origen Sudánés.


3.3. La organización económica y social. La base económica de Al-Ándalus era la agricultura, se perfeccionaron las técnicas de regadío y se introdujeron cultivos como el algodón, el arroz o el azafrán. Seguían predominando los latifundios, pero los grandes propietarios residían en ciudades, que se convirtieron en centros de consumo, estimulándose la artesanía y el comercio. Se potenció el comercio exterior, sobre todo con la exportación de aceite. Y se propició la circulación monetaria. Socialmente se distinguían distintos grupos según su origen étnico, su religión, su riqueza y su poder. Dentro de los musulmanes existían una aristocracia de origen árabe y otra de origen sirio, entre las que se dieron frecuentes tensiones. Los bereberes establecidos en tierras más pobres protagonizaron rebeliones como la del 741. Los muladíes, hispanos convertidos al islam, lo que les facilitó la integración social y les eximía de tributos especiales. Las minorías no musulmanas pudieron mantener sus leyes y autoridades a cambio del pago de tributos. Dentro de ellas estaban los judíos que gozaron de una política de tolerancia y colaboraron en el inicio de la conquista con los musulmanes y los mozárabes, cristianos que fueron disminuyendo de número por las conversiones y por la emigración a reinos cristianos.
Aunque no eran una pieza clave en la economía, la base de la estructura social la formaban los esclavos: los eslavos, prisioneros de guerra de origen europeo y negros de origen Sudánés.

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