La crisis del sistema de turno y el problema militar (1902-1907)

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 A comienzos del Siglo XX, España presentaba diversos problemas que se intentaron resolver mediante una revolución desde arriba, es lo que llamamos sistema de la Restauración. En el año
1898 se produjo la pérdida de las colonias españolas, pero esto no supuso una repercusión se continuó con el turnismo. En 1902 accedíó al trono Alfonso XIII y hasta 1907 se continuó con el intercambio de partidos al frente del gobierno.
Maura, jefe de gobierno de ese año, instauró un programa reformista que conllevó una serie de protestas y la crisis de la Semana Trágica. Maura fue destituido gracias a la uníón de izquierdistas y liberales. Esto hizo que ascendiera al poder Moret y conllevó la ruptura del Pacto de El Pardo. Más tarde Canalejas sustituyó a Moret e implantó un programa regeneracionista. Gobernó hasta 1912, fecha en la que fue asesinado.          Con la muerte de Canalejas, el sistema entró en decadencia y en 1917 se produjo la gran conmoción revolucionaria que afectó al sector militar, al obrero y al parlamentario. Estos hechos fueron coetáneos con la Primera Guerra Mundial, de la cual España quedo fuera, y se le sumaron la confrontación entre los aliadófilos: izquierdistas, liberales y burgueses; y los Germánófilos: derechistas y militantes.           Los oficiales que combatían en Marruecos tenían una injusta ventaja sobre los militantes de la península, ya que ellos recibían más aumentos de salario y ascensos más rápidos. Además el material militar seguía siendo pobre y el sector desconfiaba de los políticos. Así se inició la crisis de 1917, con la aparición de un movimiento militar reivindicativo que se concretó en las Juntas de Defensa, las cuales estaban presididas por Benito Márquez y que reclamaban unas condiciones justas. Esto provocó la caída del Gobierno liberal y la del conservador y se decretó la Ley del Ejército en 1918, que establecía al ejército al frente del gobierno, del orden social y también actuaba en política.            Por otra parte, otro hecho que contribuyó a la gran crisis de 1917 fue la abolición por parte de las fuerzas del orden público de una Asamblea de Parlamentarios en Barcelona formada por políticos reformadores. Esta Asamblea solicitaba una convocatoria de Cortes Constituyentes y una petición reformadora.             Debido a la Guerra, se produjo una gran subida de precios que conllevó a una huelga general. La UGT, la CNT y el PSOE apoyaron esta huelga y esta se extendíó por todo el país, pero debido a su mala organización, la huelga fue abolida por el ejército en muy poco tiempo.


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A comienzos del Siglo XX, España presentaba diversos problemas que se intentaron resolver mediante una revolución desde arriba, es lo que llamamos sistema de la Restauración. En el año 1898 se produjo la pérdida de las colonias españolas, pero esto no supuso una repercusión se continuó con el turnismo. En 1902 accedíó al trono Alfonso XIII y hasta 1907 se continuó con el intercambio de partidos al frente del gobierno. Maura, jefe de gobierno de ese año, instauró un programa reformista que conllevó una serie de protestas y la crisis de la Semana Trágica. Maura fue destituido gracias a la uníón de izquierdistas y liberales. Esto hizo que ascendiera al poder Moret y conllevó la ruptura del Pacto de El Pardo. Más tarde Canalejas sustituyó a Moret e implantó un programa regeneracionista. Gobernó hasta 1912, fecha en la que fue asesinado. Tras su muerte, el sistema decayó y en 1917 se dio una gran crisis iniciada por las Juntas de Defensa y que se caracterizó por la Asamblea de Parlamentarios en Barcelona y por una huelga general.        Después de esta crisis se intentó formar gobiernos de concentración nacional, pero fracasaron. La conflictividad social aumento debido al triunfo de la Revolución Rusa y se llegaron a conflictos armados entre sectores obreros del Sindicato Único y el Sindicato Libre, formado por pistoleros a sueldo. En 1921 ocurríó un desastre militar en Annual, Marruecos. Los izquierdistas estudiaron el desastre y encontraron al gobierno y al propio rey implicados en los hechos. En esta etapa Cataluña empieza a reclamar su autonomía. Debido a la acumulación de tantos graves problemas, en 1923 el capitán general Miguel Primo de Rivera llevó a cabo un Golpe de Estado que le puso al mando del Gobierno y que suspendíó la Constitución de 1876.        La dictadura de Primo de Rivera no fue fascista, se basaba en el regeneracionismo. Estaba controlada por los caciques, los terratenientes y la burguésía; y a ellos se opónían las clases medias urbanas, los intelectuales y los estudiantes. Además Primo de Rivera tuvo que enfrentarse a los nacionalismos periféricos de una manera cada vez más hostil. El movimiento obrero también estaba en contra de la dictadura, pero el PSOE y la UGT colaboraron con ella hasta el año 1928.           La dictadura duró siete años, hasta 1930, y presenta dos tipos de gobierno: un directorio militar y un directorio civil.          Durante el directorio militar, la Administración pasó a manos del ejército, se fundó la Uníón Patriótica en 1924 como partido nacional imitando el fascismo italiano, se llevó a cabo una reforma fiscal y se promulgó un Estatuto Municipal que controlaba los ayuntamientos. Primo de Rivera consiguió abolir el problema de Marruecos con la ayuda de Francia y disminuyó la conflictividad social.         Durante el directorio civil, se crearon corporaciones de carácter laboral  como la Asamblea Nacional Constitutiva para sustituir los partidos políticos y al Parlamento. Esa Asamblea estaba formada por la oligarquía agraria. También se potenció la educación, creando más escuelas, como las de trabajo para satisfacer la demanda de mano de obra de la industria. Y por último, se avanzó en infraestructura, mediante la creación de nuevas carreteras, la modernización de la red ferroviaria y una nueva política hidráulica. Todo esto disminuyó el paro, pero aumentó en gran medida la deuda pública.        El fin de la dictadura de Primo de Rivera se vio generado por los numerosos enfrentamientos con el estamento militar, la crisis económica de 1929  y la gran oposición al régimen que se extendía por todo el país. Al verse casi sin apoyo, decidíó dimitir en 1930 y se exilió en París.       El Rey nombró nuevo jefe de gobierno a Dámaso Berenguer, quien prometíó una vuelta al constitucionalismo. Pero su mandato no proporcionaba confianza y todas las fuerzas políticas se unieron mediante el Pacto de San Sebastián junto con grupos militares para instaurar la República a través de un pronunciamiento militar.

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