Los felices años 20: Los años 20 fueron un decenio de aparente prosperidad y en ellos influyeron los siguientes aspectos.
El crecimiento económico de los años 20
El fin de la Primera Guerra Mundial dio paso a un periodo de reconstrucción, que abrió un decenio de crecimiento y dinamismo económico, fundamentalmente en los sectores industriales y empresariales. La guerra había propiciado un espectacular desarrollo de la economía estadounidense que convirtió a Estados Unidos en la primera potencia mundial.
La industria, motor del desarrollo
El crecimiento económico se produjo principalmente en los nuevos sectores industriales. El dinamismo más espectacular se dio en la industria del automóvil, en especial en la estadounidense. Este sector automovilístico arrastra a otros sectores, como la siderurgia, la extracción del petróleo y la petroquímica. Otros sectores industriales destacados fueron la industria eléctrica, la producción química y la industria aeronáutica.
El consumo energético
El consumo energético conoció también cambios considerables, ya iniciados antes de la Gran Guerra. Aunque el carbón seguía siendo la primera fuente de energía, su producción creció muy poco debido a la utilización de las nuevas fuentes de energía.
La intensificación de la producción
Fue el aumento de la producción industrial, como consecuencia de la aplicación de nuevas formas de organización del trabajo en las fábricas. Este fenómeno se conoció con el nombre de Taylorismo, que se basaba en la eliminación de los tiempos muertos en las cadenas de producción y en su automatización máxima. Estos procesos introdujeron en las fábricas conceptos nuevos, como trabajo en cadena, cronometraje y especialización. Este nuevo sistema de trabajo provocó inmediatamente un gran incremento de la productividad.
Las causas de la crisis
Un crecimiento económico desequilibrado
La Primera Guerra Mundial provocó el alza de los precios de los productos. La producción mundial se incrementó gracias a la mecanización, marcando el comienzo de un periodo de descanso de los precios y de las rentas agrarias. Otro desencadenante de la crisis fue la superproducción que se produjo en los sectores industriales clásicos.
Las dificultades del sistema monetario internacional
Los problemas monetarios y financieros se pusieron de manifiesto, como la inflación. Durante la guerra, las dificultades en el abastecimiento fueron los principales causantes de la inflación. Para solucionar estas cantidades, los países europeos pidieron créditos a Estados Unidos, que se convirtió en pocos años en el acreedor internacional más importante. Con la guerra, las principales monedas perdieron su valor fijo respecto al oro. Desde 1919, solo el dólar permaneció como moneda convertible, produciéndose así el máximo exponente del hundimiento del sistema monetario, en especial en Alemania.
La crisis de 1929
El hundimiento de las cotizaciones en la bolsa de Nueva York
En octubre de 1929, el hundimiento de las cotizaciones en la bolsa de Nueva York puso en marcha un proceso que llevó a la quiebra de la economía mundial. Lo que comenzó como un simple descenso de las cotizaciones en la bolsa se convirtió en la mayor crisis de la historia. Desde 1925, las cotizaciones de las acciones en la bolsa neoyorkina subían sin cesar y acumulaban beneficios extraordinarios. Los bancos, los empresarios y numerosos particulares invertían de forma creciente en una actividad que parecía ofrecer enormes y seguros beneficios.
La especulación y el jueves negro
La fácil obtención de créditos para comprar acciones en la bolsa aumentó más la especulación. Desde comienzos de 1929, el índice de la bolsa neoyorquina se fue estancando. Las autoridades gubernamentales se sentían preocupadas por el crédito descontrolado. El jueves 24 de octubre se puso a la venta un número muy elevado de acciones, lo que se tradujo en una caída de los precios, que continuó en los días siguientes. Aquel día, bautizado como el jueves negro, el detonante inmediato se apoderó de los inversores y los lanzó a la venta masiva de valores, haciendo fracasar los intentos de algunos bancos para frenar la caída de las cotizaciones.
La crisis se extiende a todos los sectores
La crisis se fue extendiendo por los demás sectores. La quiebra bursátil se convirtió pronto en financiera. El pánico afectó enseguida a la banca, que se encontró atrapada entre unos inversores que no podían devolver los créditos recibidos antes del crash. Muchos bancos no pudieron hacer frente a esta situación, precipitándose en la ruina. Del sector financiero, la crisis se extendió a la economía productiva. Muchas fábricas se vieron forzadas a cerrar ante la disminución de la demanda. El campo vio el descenso de los precios y de la demanda, lo que llevó a la ruina. De las consecuencias de la crisis, la mayor significación fue el incremento del paro. En pocos meses, se quedaron sin trabajo millones de estadounidenses en todos los sectores económicos.