La Mayoría de Edad de la Reina
Tras la caída de Espartero y la proclamación de Isabel II, los moderados se hicieron con el poder, con el incondicional apoyo de la Corona. Ocuparon el Gobierno durante el cual se produjo la construcción del nuevo Estado liberal.
La Década Moderada (1844-1854)
Las elecciones de 1844 dieron una mayoría abrumadora a los moderados. El general Narváez fue nombrado Presidente del Gobierno y sentó las bases del nuevo Estado moderado caracterizado por un liberalismo conservador y por un respeto absoluto al orden y a la propiedad. La Corona y gran parte del ejército se convirtieron en garantes de este sistema moderado conocido como liberalismo doctrinario.
El Gobierno puso en marcha una serie de medidas para desmantelar cualquier traza de progresismo. A finales de 1843 suprime la Milicia Nacional y prepara su alternativa con la creación de la Guardia Civil. A continuación se suprimió la libertad de imprenta sobre obras de religión o moral.
La Constitución de 1845
Las nuevas Cortes elaboraron y promulgaron, el 23 de mayo de 1845, la Constitución de 1845, que recogía los principios básicos del moderantismo:
- Negación de la soberanía nacional y sustitución por la soberanía conjunta.
- Ampliación de los poderes del ejecutivo en detrimento de las Cortes. Poder legislativo compartido (art 12).
- Sistema parlamentario bicameral, con un Senado nombrado por la Corona.
- Sufragio censitario muy restrictivo (art 13).
- Exclusividad de la religión católica y compromiso de mantenimiento del culto y el clero (art 11).
- Se mantenía gran parte del articulado de la Constitución de 1837, sobre todo en la declaración de derechos pero muy limitados por leyes ordinarias (art 2, 4, 5, 7, 9, 12, 13).
La confesionalidad católica del Estado, hizo que los moderados intentaran un acercamiento a la Iglesia, enemistada con el régimen liberal desde la desamortización de Mendizábal. En 1851 se firmó un Concordato con la Santa Sede por el que la Iglesia recuperaba algunos privilegios y era autorizada a intervenir en el control de la enseñanza y de la censura.
Reformas Administrativas y Legales
La nueva organización del Estado pasaba también por una reforma de la administración bajo los principios del centralismo y la uniformización.
Los moderados iniciaron la elaboración de un sistema legal unitario que sirviera para todos, aprobando en 1851 el Código Penal y proyectando un nuevo Código Civil. La reforma administrativa pretendía el control por parte del Gobierno de la administración provincial y local. Se dispuso la Ley de Administración Local por la que en cada provincia se creaba un gobernador civil. Los alcaldes serían nombrados por la Corona o el gobernador civil. Los poderes locales quedaban controlados por el poder central.
Este proceso afectó también a la enseñanza y al sistema de pesas y medidas. La reforma de la Hacienda también fue imprescindible. Se establecieron los principios de igualdad y proporcionalidad. Se fijaron los impuestos indirectos o «consumos». Se realizaron Presupuestos Estatales anualmente.
Corrupción y Reacción Liberal
Los gobiernos de la «Década Moderada» pecaron de autoritarismo y de un escandaloso favoritismo que generalizó un ambiente de corrupción política.
En 1854, el Gobierno trató de reformar la Constitución. Esto, unido al estado de corrupción permanente de la clase política moderada, provocó la reacción de amplios sectores liberales y de las clases populares. En junio de 1854 una facción del ejército encabezada por O’Donnell se pronunció en Vicálvaro contra el gobierno moderado. En Manzanares se unió al pronunciamiento el general Serrano y ambos lanzaron el Manifiesto de Manzanares con demandas progresistas:
- Reforma de la ley electoral.
- Libertad de imprenta.
- Descentralización del poder.
- Restablecimiento de la Milicia Nacional. (doc)
A la vista de los acontecimientos, la reina Isabel II decidió entregar el poder al líder progresista Espartero.
El Bienio Progresista (1854-1856)
Durante el Bienio los gobiernos progresistas trataron de poner en práctica medidas liberales. El punto de partida fue la elaboración de una nueva Constitución. El texto constitucional quedó en proyecto. Resumía el ideario progresista:
- Soberanía Nacional.
- Bicameralismo, electivo para ambas Cámaras.
- Potestad legislativa compartida (Corona y Cortes).
- Tolerancia religiosa.
- Amplia lista de derechos individuales.
Junto a las reformas políticas, se realizaron otras, de tipo económico. Dos fueron los ejes de la política económica del Bienio: por un lado, la desamortización general, reanudada por el ministro Madoz y que afectó a los bienes del clero y a los bienes de los ayuntamientos; y por otro, la Ley General de Ferrocarriles para fomentar la construcción del ferrocarril.
Conflictos Sociales y Fin del Bienio
Sin embargo, las medidas reformistas no mejoraron las condiciones de vida de las clases populares ni tuvieron en cuenta sus demandas, lo que generó un clima de conflictividad social. La Ley de Trabajo, pese a introducir algunas mejoras en las condiciones laborales, no satisfacía las reivindicaciones populares.
Las clases populares retiraron el apoyo a los progresistas. En julio de 1856, Espartero presentó su dimisión. O’Donnell reprimió duramente la resistencia popular y ocupó el Gobierno frente a la mayoría parlamentaria progresista. Era el final del Bienio Progresista.
Los Últimos Años del Reinado
El general O’Donnell asumió la presidencia del Gobierno con el respaldo de la Unión Liberal y presentó un programa político: monarquía constitucional, restablecimiento del orden público y conciliación de las tendencias moderadas y progresistas.
O’Donnell repone la Constitución de 1845 y anula la legislación progresista del Bienio: interrupción de la desamortización, anulación de la libertad de imprenta, restablecimiento de los consumos, suspensión de la Milicia y reorganización de los ayuntamientos, etc. La Unión Liberal y O’Donnell gobernaron hasta 1863.
Después de su gobierno comienza otro periodo de política conservadora y de represión de las libertades políticas.