La Desamortización en España
La desamortización española fue un largo proceso histórico, económico y social iniciado a finales del siglo XVIII con la desamortización de Godoy (1798) y cerrado bien entrado el siglo XX (16/12/1924). Consistió en poner en el mercado, previa expropiación forzosa y en subasta pública, las tierras y bienes que no se podían enajenar y que estaban en poder de la Iglesia Católica y las órdenes religiosas.
La Desamortización durante el Antiguo Régimen
La «desamortización de Godoy»
Fue iniciada en 1798 durante el reinado de Carlos IV cuando este obtuvo el permiso de la Santa Sede para expropiar los bienes de los jesuitas y de obras pías. En ella se desamortizaron bienes de la Compañía de Jesús, hospitales, casas de misericordia y colegios mayores universitarios, e incluía bienes no explotados de particulares.
Desamortizaciones Liberales del Siglo XIX
Reinado de José I Bonaparte (1808-1813)
José I Bonaparte decretó el 18/8/1809 la supresión de todas las órdenes regulares monacales, mendicantes y de clérigos regulares, cuyos bienes pasarían a la nación. Así, muchas instituciones religiosas quedaron disueltas y la guerra produjo también idénticos efectos en monasterios y conventos.
Cortes de Cádiz (1810-1814)
Los diputados de las Cortes de Cádiz reconocieron en marzo de 1811 la enorme deuda acumulada en forma de vales reales durante el reinado de Carlos IV. Se aprobó la «Memoria» que proponía desamortizar bienes de «manos muertas» (Iglesia) que se pondrían a la venta. En las subastas, el importe de los 2/3 del precio de remate había de pagarse en títulos de deuda nacional. El dinero en efectivo obtenido en las subastas se dedicaría al pago de los intereses y capitales de «deuda nacional».
Se denominaron bienes nacionales a las propiedades que iban a ser incautadas por el Estado para venderlas públicamente en subasta. Se trataba de bienes confiscados a «traidores» como Manuel Godoy y sus partidarios, a los «afrancesados», los de la Orden de San Juan de Jerusalén y de las cuatro órdenes militares españolas, los de los conventos y monasterios suprimidos durante la guerra, fincas de la Corona (salvo sitios reales destinados a recreo y servicio del rey) y la mitad de los baldíos y realengos de los municipios.
Para alcanzar estos fines, se dividirían los bienes a desamortizar en dos mitades: la primera vinculada al pago de deuda nacional y la segunda repartida en lotes de tierras gratuitas en favor de los que hubiesen prestado servicios de guerra y a los vecinos sin tierras (que deberían pagar un canon).
El Trienio Liberal (1820-1823)
Los gobiernos liberales del Trienio tuvieron que hacer frente al problema de la deuda del sexenio absolutista. Para ello, las nuevas Cortes revalidaron el decreto de las Cortes de Cádiz del 13/9/1813 mediante el decreto de 9/8/1820, que añadió a los bienes a desamortizar propiedades de la Inquisición española (extinguida). También restablecieron el decreto sobre la venta de baldíos y bienes de propios de los municipios. La desamortización eclesiástica fue abordada por las Cortes del Trienio en relación con bienes del clero regular. Así, el decreto 1/10/1820 suprimió todos los monasterios de las órdenes monacales. Sus bienes muebles e inmuebles quedaron aplicados al crédito público como bienes nacionales.
La Desamortización de Mendizábal (1836-1837)
La de Juan Álvarez Mendizábal, junto con la de Pascual Madoz, constituyen las desamortizaciones liberales más importantes. La de Mendizábal, ministro de la regente María Cristina de Borbón, en 1836 tuvo consecuencias importantes para la historia económica y social de España. Como la división de los lotes se encomendó a comisiones municipales, estas manipularon y configuraron grandes lotes inasequibles para pequeños propietarios pero pagables por las oligarquías adineradas. Los pequeños labradores no pudieron entrar en las pujas y las tierras fueron compradas por nobles y burgueses adinerados.
Fueron terrenos únicamente pertenecientes al clero regular, por eso la Iglesia decidió excomulgar a los expropiadores y compradores de tierras, lo que hizo que muchos no se decidieran a comprar tierras directamente y lo hicieran a través de intermediarios o testaferros.
Desamortización de Espartero (1841)
El 2/9/1841 Baldomero Espartero impulsó la desamortización de bienes del clero secular. Esta ley duraría tres años y, al hundirse el partido progresista, la ley fue derogada.
La Desamortización de Madoz (1855)
Durante el Bienio Progresista, el ministro de Hacienda Pascual Madoz realiza una nueva desamortización que tuvo más control que la de Mendizábal. Se declaraban en venta todas las propiedades del Estado, clero, órdenes militares, cofradías, obras pías, santuarios, del ex infante Don Carlos, de los comunes de los pueblos, beneficencia y la instrucción pública.
Fue la que alcanzó un mayor volumen de ventas y tuvo una importancia superior a todas las anteriores. Este dinero se dedicó fundamentalmente a cubrir el déficit presupuestario del Estado, amortización de deuda pública y obras públicas, reservándose 30 millones de reales anuales para reedificación y reparación de iglesias en España.
Se le ha llamado el periodo de desamortización civil puesto que se subastaron gran número de fincas propiedad comunal de los pueblos, también bienes del clero secular, pero fue en definitiva un abuso gravísimo de bienes de la gente rural y campesinos que fueron condenados a la emigración a las ciudades. En total, se calcula que de todo lo desamortizado, el 30% pertenecía a la Iglesia, el 20% a beneficencia y un 50% a las propiedades municipales, principalmente de pueblos.
Consecuencias
Sociales
- Se produjo un cambio en la estructura de la propiedad: las parcelas pequeñas fueron compradas por habitantes de localidades cercanas y las de mayor tamaño las adquirieron gentes pudientes que vivían en ciudades.
- También se acentuó la tendencia migratoria de la población rural, que se fue a las zonas industrializadas del país o a América.
- Otra consecuencia fue la exclaustración de miles de religiosos.
Económicas
- Saneamiento de la Hacienda pública, que ingresó más de 14 mil millones de reales procedentes de subastas.
- Aumento de la superficie cultivada y productividad agrícola. También se mejoraron y se especializaron los cultivos gracias a nuevas inversiones de propietarios.
- Los pueblos sufrieron un revés económico negativo relativo a la economía de subsistencia.
Culturales
- Muchos cuadros y libros de monasterios fueron vendidos, aunque gran parte fueron a parar a otros países, bibliotecas públicas o universidades, y también muchos a manos de particulares.
- Quedaron abandonados numerosos edificios de interés artístico y otros se transformaron en edificios públicos.
Políticas e Ideológicas
- Uno de los objetivos era que todos aquellos que compraran tierras formaran una nueva clase de pequeños y medianos propietarios adeptos al régimen liberal, pero no se consiguió.
Otras
:En el aspecto urbanistico, la desamortizacion de los ocnventos contribuyo a la modernizacion de las ciudades.Los antiguos conventos se convirtieron en edificios publicos(museos, hospitales, oficinas o cuarteles), otros se derribaron para ensanches nuevas calles y plazas y algunos se convirtieron en parroquas o pasaron a manos privadas.