El reinado de Alfonso XIII puso en manifiesto que el país era incapaz de atravesar las dificultades y obstáculos que se presentaban a lo largo del s. XX sin depender del ejército, como por ejemplo el nacionalismo catalán, la conflictividad sindical y la guerra de Marruecos, un paso previo a la Dictadura de Primo de Rivera.
Ésta, ocurrida de 1909 a 1929, fue causada por el reparto que hubo de Marruecos entre España y Francia y su rápida ocupación. Además, el prestigio militar y orgullo nacional de conquistar y ganar soberanía era muy importante. Las primeras expediciones fueron en el valle del Rif, donde un inexperto y desganado ejército español se enfrentó a las tropas locales de bereberes. Uno de sus líderes más importantes era Abd-El-Krim. Después tuvo lugar el desastre de Annual, en 1921, donde se masacró al ejército español por parte de los locales.
Entre 1922 y 1923, España solo tenía dos vías por las que solucionar la situación; la democratización real del sistema, o el establecimiento de un régimen autoritario. Se trató de ir por la vía democrática, intentando solucionar los problemas de la vía civil, no obstante, se derivó a una solución autoritaria. En septiembre de 1923, el General Miguel Primo de Rivera, Capitán General de Cataluña, declaró el estado de guerra en su región, y repartió el manifiesto “Al país y ejército Españoles”. Este era el advenimiento de la Dictadura. Prometía acabar con el terrorismo, los separatismos, el desorden, y el caos de la guerra de Marruecos. La oposición política (presidida por García Prieto) y social fue escasa, así que el golpe fue pacífico. Hubo un intento fallido de huelga general.
Entonces, el rey accedió a nombrar a Primo de Rivera, Presidente del Gobierno, un gobierno militar conocido como directorio. Su mandato se extendió de 1923 a 1930. La dictadura de Primo de Rivera puede dividirse en dos etapas:
Directorio Militar (1923-1925); donde Primo de Rivera ejercía como ministro único, se mantuvo un estado de guerra nacional hasta 1925, y se suspendieron algunas garantías constitucionales. Los cargos políticos civiles fueron sustituidos por militares. De esta manera, se militarizó toda la Administración
A partir del 1924, los cargos volvían a ser gobernados por los civiles. Se pasó entonces al;
Directorio Civil (1925-1930); se demostraba que el dictador quería permanecer en el poder y crear un régimen estable y duradero. Formó un gobierno compuesto por gente de extrema derecha, muy alejados de los políticos cercanos a la monarquía.
Para afianzar el gobierno, creó en 1027 la Asamblea Nacional Consultiva, donde quería aprobar un texto que legitimase el nuevo régimen. Solo fue apoyada por la derecha más autoritaria, y por los representantes de la economía del país. No pudo ser aprobado, y se vio la incapacidad de encontrar un sistema no-parlamentario.
Además, la dictadura de Primo de Rivera comprendió también los siguientes aspectos;
La formación del Somatén nacional, una milicia cívica, supeditada al ejército, que controlaba el orden público. Al principio era exclusiva de Barcelona, pero lo extendió nacionalmente.
La represión catalana, se prohibió utilizar el idioma en actos oficiales, y se suprimió la mancomunidad en 1925.El catalanismo se derivó a la izquierda como consecuencia de esto. El resto de regionalismos fueron ignorados.
La finalización de la guerra de marruecos; aunque Primo de Rivera se mostraba reacio a seguir con la guerra, el ejército se quejó de algunas victorias de los hombres de Abd-El-Krim, y decidió hacer un desembarque junto con Francia en 1925 donde dos años después, acabó la guerra con miles de muertos. Este fue el mayor éxito de la dictadura.
Se diseñó una política social, donde se disminuyó la conflictividad. Se creó la Organización Corporativa Nacional en 1926, donde se resolvían conflictos laborales. El gobierno logró que socialistas y sindicatos libres colaborasen.
Se estableció una nueva política económica. La dictadura se benefició de un período de crecimiento que duró hasta 1929, lo que permitió que se incrementaran los gastos del Estado. La financiación de las obras de infraestructuras públicas que se hicieron, no pudo completarse puesto que no había reformas fiscales que permitiesen aumentar los ingresos del Estado.
Económicamente hablando, hubo una crisis de posguerra global, pero en los años 20 apareció un rápido crecimiento. La crisis del 29, que no afectó mucho a nuestro país, tuvo repercusiones en el comercio internacional. Aparte de esto, se establecieron instrumentos de crédito oficial a la agricultura, como el Servicio Nacional de Crédito Agrícola en 1925, que concedía préstamos a agricultores con pocos recursos. Además, la energía hidroeléctrica se impulsó, y se crearon las Confederaciones Hidrográficas, en 1925, que promovían el aprovechamiento de agua en la península.
Se consolidaron tres grandes centros industriales; Asturias, Vizcaya y Madrid. Se mantuvo esta última como sede del capital financiero, y del domicilio social de muchas empresas. En 1924, se concedió el monopolio de telefonía a la Compañía Nacional Telefónica de España, asociada con una empresa estadounidense, que provocó el despegue definitivo del servicio en España.
El proteccionismo arancelario protegió al país durante la crisis de 1929. Se prohibió el intercambio de algunos productos con el exterior. Predominaban las exportaciones de alimentos, y crecían las importaciones de maquinaria. El Banco de España disminuyó el beneficio de la banca privada, y se depositó todo el capital en pocos bancos que financiaban a un conglomerado de empresas industriales. Los bancos privados adquirían deuda pública.
Volviendo a la dictadura, más concretamente a su oposición,, esta no reprimió actividades de otros partidos políticos, aunque si los censuró. En la oposición se encontraban algunos partidos de la restauración. Formaban parte sobre todo los intelectuales, de los que destacaba Miguel de Unamuno, que tuvo que exiliarse de España. A partir de 1928, se hizo patente la decadencia política de Primo de Rivera, que estaba gravemente enfermo. Las conspiraciones contra el gobierno aumentaban. En enero del 1930, el dictador dimitió, y se exilió a Paris, dejando a Alfonso XIII con un grave problema económico.
Tras esta dimisión, y ya a modo de conclusión, Alfonso XIII le pasó el poder a Dámaso Berenguer, general del ejército, donde se produjo un período que llamaron la Dictablanda. Se buscó retornar a la constitucionalidad de 1876 como si nada hubiera pasado. Se reemplazó en 1931 por el almirante Juan Bautista Aznar, que formó un gobierno monárquico.