I. Causas del Golpe Militar
Primo de Rivera y sus partidarios (militares, políticos monárquicos, clases dirigentes, etc.) justificaron el golpe como solución a la crisis política y la conflictividad social.
Para los golpistas, las razones que justificaban el golpe fueron:
- La inestabilidad y el bloqueo del sistema parlamentario.
- El desprestigio del sistema derivado del continuo fraude electoral.
- El miedo de las clases acomodadas a una revolución social por el auge de la conflictividad obrera y campesina.
- El aumento de la influencia del republicanismo y de los nacionalismos periféricos.
- El descontento del ejército tras el desastre de Annual.
El dictador justificó el golpe con un discurso regeneracionista y moralista, criticando la “vieja política” con un componente populista.
En su manifiesto inaugural, Primo de Rivera anunció su voluntad de limpiar el país de caciques, acabar con la corrupción política, la indisciplina social y las amenazas a la unidad nacional.
Algunos historiadores sugieren que Primo de Rivera no pretendía acabar con el régimen de la Restauración, sino evitar su democratización.
En cualquier caso, la dictadura fue una solución inconstitucional para frenar las reformas del sistema.
II. Organización del Estado
La dictadura tuvo dos fases:
- Hasta 1925: Directorio Militar, compuesto por militares.
- Desde 1925: Directorio Civil, con la incorporación de civiles, aunque los militares mantuvieron su influencia y el régimen continuó siendo autoritario.
Las primeras medidas del Directorio Militar fueron:
- Suspensión del régimen constitucional y disolución de las cámaras legislativas.
- Cese de las autoridades civiles.
- Prohibición de partidos políticos y sindicatos.
- Militarización del orden público y represión del obrerismo radical (cenetistas y comunistas).
- Elaboración de un Estatuto Municipal y otro Provincial para eliminar el caciquismo, aunque la regeneración fracasó, sustituyendo a unos caciques por otros.
- Solución del conflicto de Marruecos. En 1925, junto a Francia, se organizó el desembarco de Alhucemas, que resultó exitoso. Abd el-Krim se rindió.
A partir de 1926, Primo de Rivera abandonó la idea de una dictadura transitoria e intentó institucionalizar el régimen, inspirándose en el fascismo italiano.
- En 1927, se convocó una Asamblea Nacional Consultiva de carácter corporativo. Sus miembros no fueron elegidos por sufragio, sino designados entre las grandes instituciones públicas (municipios, universidades, administraciones, patronales y representantes obreros).
- Se creó un partido único, la Unión Patriótica, sin programa ideológico definido, para apoyar a la dictadura. Sus afiliados provenían del catolicismo, funcionarios, caciques rurales, etc.
- Se reactivó el Somatén, ciudadanos armados para mantener el orden público.
III. Política Económica y Social
La dictadura se benefició de la buena coyuntura económica internacional de los años veinte.
El régimen impulsó la industria y las infraestructuras, pero no abordó el problema agrario.
La política económica se basó en la nacionalización de sectores económicos y el aumento de la intervención estatal, especialmente a través de obras públicas (ferrocarriles, carreteras, planes hidroeléctricos, etc.).
Se aprobó el Decreto de Protección de la Industria Nacional, con ayudas estatales a empresas con dificultades para competir en el exterior.
Se concedieron grandes monopolios, como el de telefonía a la Compañía Telefónica Nacional de España y el de petróleo a CAMPSA.
Todo ello se financió con Presupuestos Extraordinarios, generando una gran deuda.
El mundo agrario siguió en manos de los grandes propietarios. Se promovió el regadío con la creación de las Confederaciones Hidrográficas.
Se creó la Organización Corporativa Nacional, que agrupaba a patronos y obreros (sindicalismo vertical) y regulaba los conflictos laborales, salarios, condiciones de trabajo, etc.
La UGT tuvo cierta libertad, mientras que anarcosindicalistas y comunistas fueron perseguidos.
IV. Oposición a la Dictadura
La oposición incluyó a líderes de partidos dinásticos, republicanos, nacionalistas, comunistas, anarquistas, militares e intelectuales.
Los antiguos partidos del turno criticaron la duración del régimen y participaron en conspiraciones militares, como la “sanjuanada” (1926), un intento de golpe de Estado.
La dictadura intentó controlar a los intelectuales y el mundo universitario con censura. El conflicto generó protestas estudiantiles y la creación de la Federación Universitaria Española (FUE), de carácter republicano.
Intelectuales como Unamuno, Ortega y Gasset, Blasco Ibáñez y Menéndez Pidal se opusieron al régimen. En 1924, firmaron un manifiesto en contra de la política cultural. Unamuno fue desterrado y Blasco Ibáñez se exilió.
Los republicanos mantuvieron una oposición permanente y crearon la Alianza Republicana.
En Cataluña:
- La liquidación de la Mancomunidad (1925), la prohibición del catalán y la sardana, etc., distanciaron a sectores como la Lliga Regionalista de Cambó.
- En el catalanismo de izquierdas destacó Estat Catalá, con el intento de invasión armada de Francesc Maciá (1926).
La CNT se opuso al régimen. Su rama más radical creó la Federación Anarquista Ibérica (FAI) en 1927.
El PSOE rechazó el continuismo del régimen y se decantó por la República.
V. Caída de Primo de Rivera
El rey retiró su apoyo a Primo de Rivera, quien dimitió el 30 de enero de 1930.
El general Berenguer lo sustituyó para convocar elecciones y retornar a la normalidad constitucional (dictablanda).
En agosto de 1930, republicanos, catalanistas de izquierda y PSOE firmaron el Pacto de San Sebastián para presentarse a las elecciones y formar un gobierno provisional republicano.
Berenguer no logró preparar las elecciones y fue sustituido en febrero de 1931 por el almirante Aznar, quien convocó elecciones municipales para el 12 de abril de 1931.
Se intentó volver a la normalidad, pero las elecciones se convirtieron en un plebiscito sobre la monarquía.