La Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930)

Introducción

El 13 de septiembre de 1923, en un contexto de crisis política y social, Miguel Primo de Rivera se pronunció contra la legalidad constitucional, declaró el Estado de guerra y se dirigió al monarca para exigir que el poder pasase a los militares. Alfonso XIII aceptó un Directorio Militar, en el que se suspendió el régimen parlamentario constitucional.

1. Las Causas del Golpe Militar

Primo de Rivera y sus apoyos vieron esta la única manera de poner fin a la crisis del país. Las razones del cambio eran:

  • La inestabilidad y el bloqueo del sistema político parlamentario, así como su gran desprestigio.
  • El miedo de las clases acomodadas a una revolución social ante el auge de la conflictividad obrera y campesina. Desde 1917 los conflictos obreros aumentaron animados por el éxito de la revolución bolchevique.
  • El aumento de la influencia del republicanismo y de los nacionalismos.
  • El descontento del ejército tras el desastre de Annual.

El dictador justificó el golpe mediante un discurso que se centraba en la crítica de la «vieja política» y presentaba un componente populista. Primo de Rivera se presentaba como «un cirujano de hierro» que en un periodo de tiempo limitado solucionaría los males del país. Decía que la dictadura sería un periodo transitorio hasta resolver los problemas. Tuvo un gran apoyo y de entrada solo se mostraron en contra algunos republicanos y los sectores más radicales del movimiento obrero, la CNT y el PCE.

2. La Reorganización del Estado

La dictadura atravesó dos fases. Hasta 1925 gobernó el Directorio Militar, cuyos miembros eran militares, pero a partir de este año, el gobierno incluyó entre sus ministros a personalidades civiles como Calvo Sotelo o Aunós. Se pasó al Directorio Civil.

Las primeras medidas del Directorio Militar fueron:

  • Suspensión del régimen constitucional.
  • Disolución de las cámaras legislativas.
  • Cese de las autoridades civiles.
  • Prohibición de las actividades de los partidos políticos y sindicatos. Ilegalizó el anarquismo y al Partido Comunista, no así como a otros, como al PSOE.

Asimismo, se elaboró un Estatuto Municipal y otro Provincial. También se disolvieron los ayuntamientos, que fueron sustituidos por juntas integradas por los mayores contribuyentes de cada localidad.

Durante la primera etapa de la dictadura, el conflicto de Marruecos centró el interés de Primo de Rivera. Se organizó el desembarco de Alhucemas que se saldó con éxito.

A partir de 1926, se fue abandonando la idea de una dictadura transitoria y Primo de Rivera intentó institucionalizar su régimen para darle continuidad y permanencia. Indudablemente, el modelo del fascismo italiano era muy claro. El camino hacia un régimen autoritario comenzó con la convocatoria de una Asamblea Nacional Consultiva en la que sus miembros no serían elegidos por sufragio, sino por designación.

Para promover la adhesión al nuevo sistema se creó un partido único, llamado Partido Patriótico. Su misión era aportar estabilidad a la dictadura.

3. La Política Económica y Social

La dictadura se benefició de la buena coyuntura económica tras la Primera Guerra Mundial. En este contexto, el régimen puso en marcha un programa de fomento de la economía española en el terreno industrial y en las infraestructuras. La idea rectora fue la nacionalización de importantes sectores de la economía y el aumento de la intervención estatal. El Estado tuvo un protagonismo gracias al fomento de las obras públicas. Primo de Rivera se inspira en la política económica de Mussolini.

El gobierno aprobó el Decreto de Protección de la Industria Nacional. También se concedieron grandes monopolios, como el de telefonía, a la Compañía Telefónica Nacional de España y el de petróleo a Campsa. Todo ello fue financiado, pero se iba acumulando una gran deuda. Mientras tanto, el mundo agrario siguió en manos de los grandes propietarios sin que se emprendiera ninguna reforma.

En el terreno social, la dictadura puso en marcha un modelo de regulación del trabajo que pretendía eliminar los conflictos laborales mediante la intervención del Estado. Con este fin se creó la Organización Corporativa Nacional. Su misión era la reglamentación de los salarios y de las condiciones de trabajo. Se consiguen algunos logros sociales como la extensión de la seguridad social.

4. La Oposición a la Dictadura

Fue aumentando a medida que esta se alargaba y perdía el carácter de provisionalidad que planteó Primo de Rivera en sus inicios.

La oposición a la dictadura estuvo integrada por algunos líderes de los partidos dinásticos, los republicanos, los nacionalistas, los comunistas, los anarquistas, determinados sectores del ejército y casi todos los intelectuales. Se dieron varias conspiraciones militares como la «sanjuanada» con las que se intentaba desestabilizar al sistema.

Con respecto a los intelectuales, la dictadura pretendió controlarlos mediante la censura y limitando su libertad, llegando incluso a cerrar universidades. El conflicto derivó en protestas estudiantiles y fue el origen de un sindicato, la Federación Universitaria Española, de carácter republicano. El enfrentamiento estuvo protagonizado por figuras como Unamuno, Ortega y Gasset, Blasco Ibañez y Menéndez Pidal.

El conflicto político más persistente se produjo con el republicanismo y los nacionalismos. La oposición de los republicanos fue permanente y organizaron la llamada Alianza Republicana. En Cataluña, las medidas tomadas por Primo de Rivera fueron recibidas como anticatalanas y provocaron un notable distanciamiento. La oposición del catalanismo de izquierdas y republicano fue aún más decidida. En ella se distinguió Estat Català con su intento de invasión dirigido por Francesc Macià.

Por último, la CNT se mostró contraria al régimen y fue muy perseguida. En 1927, se creó la Federación Anarquista Ibérica. También el PSOE cambió su posición en 1929.

5. La Caída de Primo de Rivera

La creciente oposición a Primo de Rivera se intensificó cuando el rey y su camarilla se convencieron de que la dictadura era un peligro para la monarquía. El rey optó por retirarle su confianza y Primo de Rivera acabó dimitiendo el 30 de enero de 1930. El general Berenguer fue el encargado de sustituirle, con la misión de celebrar unas elecciones que permitieran retornar a la normalidad constitucional. La oposición comenzó a organizarse y los republicanos, catalanistas de izquierdas y el PSOE acordaron la firma conjunta del Pacto de San Sebastián, un programa para presentarse a las elecciones y constituir un comité revolucionario. Berenguer fue incapaz de preparar las elecciones y fue sustituido por Aznar, que puso en marcha unos comicios en los tres niveles: municipal, provincial y legislativo. El gobierno decidió convocar en primer lugar las elecciones municipales. Se intentaba volver a la normalidad como si nada hubiese sucedido, pero Alfonso XIII se había comprometido demasiado con la dictadura y las elecciones se presentaron como un plebiscito a favor o en contra de la monarquía.

Conclusión

Primo de Rivera consiguió algunos éxitos como el crecimiento económico, la pacificación social y puso fin al conflicto colonial, pero también puso fin al sistema constitucional. Sentó un precedente: la nueva intervención de los militares en la política que se repetiría en los años posteriores y con su caída arrastró a la monarquía.

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