La Mujer en la España del Siglo XX
Situación Jurídica, Política y Social
Hasta finales del siglo XX, con un breve paréntesis durante la Segunda República, la mujer en España no fue considerada una persona y ciudadana independiente. Su desigualdad respecto al varón abarcaba los ámbitos jurídico, político, social, laboral y educativo.
Desde el punto de vista jurídico, no se la consideraba completamente una persona jurídica, aunque se distinguía entre casadas y solteras. La mujer casada no podía comprar, alquilar ni vender sin permiso del marido, aunque los bienes fueran de su propiedad. Tampoco podía ejercer una profesión. A la soltera, sin embargo, se le permitía libertad mercantil para gestionar su patrimonio.
El Código Civil establecía otras diferencias significativas: la infidelidad femenina era considerada adulterio y estaba penada; la masculina, si se producía sin escándalo, era permitida legalmente. El Código establecía una pena de cadena perpetua para la mujer que cometiera un crimen pasional.
En 1931, la Constitución estableció el sufragio universal, permitiendo que por primera vez las españolas votaran en las elecciones. Desde el punto de vista social, la mujer era considerada más débil que el varón. Entre las mujeres de la burguesía no se planteaba la cuestión de trabajar, salvo en caso de extrema necesidad. Las mujeres de las clases económicas inferiores, sin embargo, habían trabajado siempre.
Se consideraba que la mujer no tenía las mismas capacidades que el hombre y, por tanto, su trabajo era considerado complementario y se pagaba peor. Otro campo laboral copado prácticamente por la mujer obrera fue el trabajo doméstico en casas de la burguesía, donde además de tener la manutención asegurada, obtenían un pequeño sueldo a cambio de jornadas con horarios interminables.
Educación y Primeras Protestas
La Ley Moyano de 1857 establecía la obligatoriedad de acudir a la escuela para todos los niños y niñas entre 6 y 9 años. Las primeras protestas femeninas aparecieron en Inglaterra y Francia, cuando el denominado movimiento sufragista luchó por conseguir el derecho al voto para la mujer.
Las primeras mujeres en la defensa de la mujer fueron Dolors Monserdá, María de Echarri o Teresa Claramunt, en el terreno de las mejoras laborales y no tanto del derecho político. La equiparación de los sexos no llegó a España hasta 1931. La Constitución estableció la igualdad de sexos en todos los ámbitos, como símbolo de sistema democrático.
En el siglo XIX y primeros del siglo XX, todas las mujeres sufrían una situación de desigualdad frente a los hombres en varios aspectos de sus vidas, pero es de la mujer obrera de la que se ha dicho que padecía una triple discriminación.
La Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930)
Causas del Golpe Militar
Para los golpistas, entre las razones que justificaban la necesidad de cambiar la situación, hay que destacar: la inestabilidad y el bloqueo del sistema político parlamentario, así como su desprestigio derivado del continuo fraude electoral; el miedo de las clases acomodadas a una revolución social ante el auge de la conflictividad obrera y campesina; el aumento de la influencia del republicanismo y de los nacionalismos periféricos; y el descontento del ejército tras el desastre de Annual.
En la decisión de Primo de Rivera, así como en el apoyo del ejército y el rápido consentimiento del rey, también influyó el deseo de evitar que las Cortes exigieran responsabilidades por los hechos de la Guerra de Marruecos. Así, en su manifiesto inaugural, Primo de Rivera anunció su firme voluntad de limpiar el país de caciques y de acabar con el bandidaje político, la indisciplina social y las amenazas a la unidad nacional.
La dictadura fue una solución inconstitucional para frenar la posible reforma del sistema, que podía resultar amenazadora para ciertos sectores e intereses sociales.
La Reorganización del Estado
La dictadura de Primo de Rivera atravesó dos fases sucesivas. Hasta 1925 gobernó el Directorio Militar, cuyos miembros eran militares, pero a partir de ese año, el gobierno dictatorial incluyó entre sus ministros a personalidades civiles. Se pasó entonces al Directorio Civil, aunque el peso de los militares continuó siendo importante y el carácter del régimen no abandonó su estilo autoritario.
Las primeras medidas del Directorio Militar mostraron su carácter dictatorial. Se suprimieron las garantías constitucionales, se disolvieron las Cortes, se prohibieron los partidos políticos y se limitó la libertad de prensa. Todo ello fue acompañado por la militarización del orden público y por una represión del obrerismo más radical. Asimismo, como una de las intenciones de Primo de Rivera era eliminar el caciquismo, se elaboró un Estatuto Municipal y otro Provincial. También se disolvieron los ayuntamientos.
Durante la primera etapa de la dictadura, el conflicto de Marruecos centró el interés de Primo de Rivera, que asumió personalmente el Alto Comisionado de Marruecos en 1924. Al año siguiente, en colaboración con Francia, se organizó el desembarco de Alhucemas, que se saldó con gran éxito. Indudablemente, el modelo e influencia del fascismo italiano fue muy clara.
El camino hacia un régimen autoritario comenzó con la convocatoria de una Asamblea Nacional Consultiva de carácter corporativo. El sufragio universal quedó totalmente relegado al olvido. Para promover la adhesión al nuevo sistema, se creó un partido único que se llamó Unión Patriótica. Se trataba de un partido gubernamental sin un programa ideológico definido y cuya misión primordial era proporcionar apoyo social a la dictadura y seguir las directrices del poder.
La Política Económica y Social
La dictadura se benefició de la buena coyuntura económica internacional, iniciada en los “felices” años 20, tras la Primera Guerra Mundial. La idea rectora fue la nacionalización de importantes sectores de la economía y el aumento de la intervención estatal. El Estado tuvo un protagonismo notable gracias al fomento de las obras públicas. También se concedieron grandes monopolios. Todo ello fue financiado mediante los llamados Presupuestos Extraordinarios, pero se iba acumulando una gran deuda extraordinaria.
El mundo agrario siguió en manos de los grandes propietarios, sin que se emprendiera reforma alguna. Se creó la Organización Corporativa Nacional. Su misión era la reglamentación de los salarios y de las condiciones de trabajo, así como la mediación y arbitraje en caso de conflicto.
La Oposición a la Dictadura
: Los antiguos partidos del turno criticaron la excesiva duracion del regimen y varios dirigentes participaron en conspiraciones militares como el complot de la “sanjuanada”. Con respecto a los intelectuales y el mundo universitario, la dictadura pretendio controlarlos férreamente mediante la censura y limitando su libertas. El conflicto derivo en algaradas y protestas estudiantiles y fue el origen de un gran sindicato, la Federación Universitaria Española, de carácter republicano. En julio de 1927, crearon la Federación Anarquista Iberica. Tb el PSOE cambio su posición cuando rechazo abiertamnte los intentos continuistas del regimen y se pronuncio a favor de la Republica. La caida de Primo de Rivera: La creciente oposición a Primo de Rivera se intensifico cuando el rey y su camarilla se convencieron de qe la dictadura era un peligro para la permanencia de la monarquia. El general Berenguer fue el encargado de sustituirle, con la mision de celebrar una elecciones qe permitieran retornar a la normalidad constitucional. La oposición comenzo a organizarse y los republicanos, los catalanistas de izda y el PSOE acordaron la firma conjunta del Pacto de San Sebastián, un programa para presentarse a las elecciones y constituir un comité revolucionario qe deberia convertirse en el gobierno provisional de la futura Republica. Se intentaba volver a la normalidad como si nada hubiese sucedido, pero Alfonso XIII se habia comprometido excesivamente con la dictadura y las elecciones se presentaron como un plebiscito a favor o en contra de la monarquia.