La Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930) constituyó el primer gobierno dictatorial de España, logrando suspender las garantías constitucionales conquistadas a lo largo de los anos y de periodos tan claves como elSexenio Revolucionario Su instauración puso fin al republicanos y obreros que veían mermados sus derechos e imposibilitadas sus opciones de gobernar.
También durante el reinado de Alfonso XIII se desarrolló la guerra de Marruecos, donde se vivieron desastres como el del barranco del Lobo o especialmente el de Annual, que significaron una enorme derrota, agotaron el presupuesto en los casi veinte anos de lucha y ocasionaron grandes perdidas humanas y territoriales. Esta guerra tuvo una importante repercusión en España, dando lugar a episodios como la Semana Trágica de Barcelona además de causar también la ira de amplios sectores del eiército v la derecha. Que solicitaban responsabilidades. A esto se le uníó una crisis social extendida por todo el territorio, reflejada en el pistolerismo en Cataluña o el trienio bolchevique más adelante.
En este contexto de crisis política y social, el 13 de Septiembre de 1923 el general Miguel Primo de Rivera (con el apoyo de militares, políticos cercanos a la monarquía y parte de las clases dirigentes) se pronunció contra la legalidad constitucional ofrecíéndose como solución y exigíó al Rey el traspaso de poder a los millitares. Acentando y avovando el monarca esta medida. Con un manifiesto inaugural de claro componente populista para ganar el favor del pueblo, dio comienzo la dictadura que acabo con cualquier posibilidad de democratizar el sistema.
Hasta 1925 gobernó únicamente con militares, etapa conocida como el «Directorio Militar. Suspendíó el régimen constitucional. Decreto el cese de las autoridades civiles. La prohibición de los partidos políticos y sindicatos… Etc, todo con una fuerte militarización y represión del obrerismo radical (CNT
v comunistas).
Para acabar con el caciquismo se elaboró un Estatuto Municipal y otro Provincial y se sustituyeron los avuntamientos por juntas de vocales nombradas por los gobernadores civiles. Aunque en la practica la renovación prometida fue una farsa que eliminó los mecanismos electorales v se limitó a sustituir unos caciques por otros.
El principal conflicto exterior, el de Marruecos, se saldo gracias a la operación conjunta con Francia en el desembarco de Alhucemas (1925), que fue un gran éxito y concluyó en 1927 con la ocupación efectiva de todo el protectorado marroquí por parte del eiercito español.
Una vez resuelto el problema de orden público y la cuestión marroquí, a finales de 1925 se creó un Directorio Civil, pues Primo de Rivera pretendía consolidar el poder con el apoyo de los sectores conservadores. Entraron en el gobierno ministros civiles como Calvo Sotelo en Hacienda o Eduardo Aunos en Trabajo. A pesar de estas incorporaciones, el peso de los militares continuo siendo importante y el régimen siguió con un
carácter autoritario.
Desde 1926 se fue abandonando la idea de una dictadura transitoria y se intentó institucionalizar el régimen para darle continuidad influenciado por el fascismo italiano.
El primer paso fue la creación de una Asamblea Nacional Consultiva, organismo encargado de elaborar el Estatuto Fundacional de la Monarquía (provecto que establecía un régimen autoritario residiendo el poder legislativo en la cámara y en el monarca) y formado por ciudadanos miembros de grandes instituciones públicas (municipios, universidades, administraciones, patronales y representantes de obreros) que serían designados desde el poder, no votados.
Para promover la adhesión se creó un partido político único, la Uníón Patriótica, sin ideología definida y cuya misión era proporcionar apoyo social a la dictadura y seguir los mandatos del poder. También se reactivó a institución del Somatén. Ciudadanos armados voluntarios vara colaborar en el mantenimiento del orden público.
En el aspecto sindical se creó la Organización Corporativa Nacional, que incluía a representantes de obreros y a empresarios. Su misión era reglamentar los salarios y condiciones laborales, así como las negociaciones entre patronos y trabajadores, todo bajo el control del Estado. La UGT pudo operar pero anarcosindicalistas y comunistas fueron perseguidos y obligados a permanecer en la clandestinidad.
Económicamente, la Dictadura se benefició de la buena coyuntura económica internacional tras la Primera Guerra Mundial y puso en marcha un programa de fomento industrial y de las infraestructuras espanolas a través de la nacionalización de sectores, el intervencionismo estatal y el tomento de las obras públicas. Además se aprobó el Decreto de protección de la Industria Nacional. Para conceder ayudas a las empresas que no podían competir con el exterior. También se concedieron grandes monopolios como el de telefonía a la Compañía Telefónica Nacional o el petróleo a Campsa, siendo todo subvencionado mediante presupuestos extraordinarios que
hicieron que se acumulara una enorme deuda anualmente
En el mundo agrario en cambio no se emprendíó ninguna reforma y siguió controlado por los grandes propietarios, siendo la única novedad la promoción del regadío a través de la creación de las Conferencias Hidrográficas.
Respecto a la oposición, estaba integrada por algunos líderes de los partidos dinásticos (que promovieron conspiraciones militares como la «sanjuanada» en 1926), los republicanos, nacionalistas.Comunistas. Anarquistas. Ciertos sectores militares y los intelectales.
Los republicanos de diversas facciones se organizaron bajo la Alianza Republicana, que logró desarrollar una amplia campana propagandística en el exterior. En el destacable nacionalismo catalán sobresale el grupo Esta atala, mas descontento aun ante medidas como la prohibición del uso de su lengua o el baile de la sardana. Protagonizó incluso un intento de invasión armada en 1926 dirigida por Francesc Macià.
La CNT fue duramente perseguida, lo que provocó una ruptura entre los radicales y los que defendían posiciones más posibilistas, creando los primeros la Federación Anarquista Ibérica (FAI). El PSOE también rechazo los intentos continuistas y apoyo la llegada de la República.
Respecto a los intelectuales y el mundo universitario, la censura y limitación de la libertad ejercida llevó a la creación de un gran sindicato de carácter republicano, la Federación Universitaria Española, que contaba con figuras destacables como Unamuno, Ortega y Gasset o Menéndez Pidal, la mayoría desterrados o perseguidos.
El creciente antagonismo a la dictadura se intensificó cuando el rey Alfonso XIII se convencíó de que esta era un peligro para la permanencia de la monarquía y le retiro su confianza. Primo de Rivera dimitíó el 30 de Enero de 1930. Siendo sustituído vor el general Berenguer. Cuva misión era celebrar unas elecciones que permitieran retornar a la normalidad constitucional. Su periodo es conocido como “Dictablanda».
La oposición comenzó a organizarse y los republicanos, catalanistas de izquierda y PSOE acordaron la firma conjunta del Pacto de San Sebastián (Agosto de 1930), un programa para presentarse a las elecciones que planteaba el fin de la monarquía y constituir un comité revolucionario que debería convertirse en el gobierno provisional de la futura República.
Berenguer no fue capaz de preparar las elecciones y en Febrero de 1931 fue sustituido por un gobierno presidido por el almirante Aznar, quien prefirió convocar primero elecciones a nivel municipal por considerarlas menos peligrosas el 12 de Abril de 1931. Las fuerzas republicanas en la mayoría de las grandes ciudades se alzaron con una gran victoria
Ante esta situación, Alfonso XIII renunció a la Corona y abandonó España mientras el 14 de Abril tras multitudinarias y espontaneas manifestaciones populares desde que se conocieron los resultados. Se proclamaba la II República en España.