La Dictadura de Primo de Rivera y la Caída de la Monarquía en España

DICTADURA DE PRIMO DE RIVERA Y CAÍDA DE LA MONARQUÍA

Antecedentes

Tras la crisis de 1917 culminó la descomposición de los partidos dinásticos. El fraccionamiento de los partidos acabó con el turno establecido desde 1885. Los planes de reforma quedaron postergados ante los crecientes problemas como la cuestión catalanista, la conflictividad social, el problema de Marruecos y el debate de las responsabilidades por el desastre de Annual.

Dictadura de Primo de Rivera y Caída de la Monarquía

Fue un régimen inspirado en los regímenes autoritarios en auge en la Europa de entreguerras.

El Golpe de Estado

En 1923, Miguel Primo de Rivera dio un pronunciamiento militar contra el gobierno constitucional. La falta de confianza de Alfonso XIII en la Restauración facilitó el golpe militar. Primo de Rivera publicó un manifiesto donde afirmó que se volvería a la normalidad constitucional. Anunció su propósito de liberar al país de la vieja política, destruir el caciquismo, poner fin al desgobierno y la subversión social y a la amenaza del separatismo. La opinión pública lo acogió. El golpe contó con el apoyo de sectores empresariales, bancos nacionales y la Iglesia. Los republicanos no se opusieron. Solo los anarquistas y los comunistas hicieron huelga general. El 15 de septiembre, Alfonso XIII encargó a Primo de Rivera la formación de un nuevo gobierno y le concedió el cargo de presidente y de ministro único.

Directorio Militar (1923-1925)

Las Primeras Medidas
  • Se proclamó la guerra durante 2 años.
  • Se suspendió la Constitución de 1876 y las garantías constitucionales.
  • Se disolvieron las Cortes.
  • Se implantó la censura de prensa.
  • Se prohibieron las actividades de los partidos políticos y de los sindicatos. Se declararon ilegales la CNT y el PCE.
  • Se reprimieron las manifestaciones nacionalistas y se prohibió el uso del catalán.
La Reforma de la Administración

Primo de Rivera empezó a organizar el nuevo régimen mediante una reforma de la administración con gobernadores militares, nuevos delegados gubernativos militares que ejercen el control de los ayuntamientos que fueron sustituidos por juntas de vocales asociados. La aprobación del Estatuto Municipal inició la formación de una nueva administración centralizada y adicta al régimen. El caciquismo cambió de forma. Las diputaciones fueron disueltas y los nuevos diputados provinciales fueron designados por los gobernadores. En Cataluña, ayuntamientos y diputaciones cayeron en manos de personas fieles al régimen y con el Estatuto Provincial desapareció la Mancomunidad. Significó la ruptura con la realidad catalana.

El Conflicto de Marruecos

Primo de Rivera asumió el Alto Comisariado en Marruecos e intentó negociar la paz, ofreciendo a Abd-el-Krim una amplia autonomía. El ataque en 1924 a las tropas españolas y el avance de Abd-el-Krim en el Marruecos francés dieron un cambio en la situación. En 1925, Francia y España acordaron una ofensiva conjunta por mar y tierra. Al año siguiente, Abd-el-Krim se entregó a los franceses y quedó sometido todo al Protectorado.

El Directorio Civil (1925-1930)

Primo de Rivera sustituyó el directorio militar por un gobierno civil, se afirmó un régimen inspirado en las dictaduras autoritarias de Europa.

El Fracaso de la Institucionalización de la Dictadura

Se impulsó la formación de un partido de derechas, la Unión Patriótica, creada en 1924. En 1926, Primo de Rivera anunció la convocatoria de una Asamblea Nacional Consultiva encargada de elaborar una constitución. Tenía 400 miembros. La oposición de los políticos dinásticos, la negativa de los socialistas y la actitud del rey paralizaron el proyecto de Estatuto Fundamental de la Monarquía.

La Política Económica y Social

Se caracterizó por el intervencionismo estatal y nacionalismo económico. Sus objetivos eran: regular e impulsar la industria nacional mediante elevados aranceles proteccionistas, concesión de ayudas a las grandes empresas y el aumento del gasto público. Creó monopolios estatales. El fomento de las obras públicas fue uno de sus aspectos más destacados. Se crearon las compañías hidrográficas. Se extendió la electricidad al mundo rural y se construyeron numerosas carreteras. La escasa conflictividad social se debe a la represión y el desarrollo de una amplia política social y al sistema corporativo. La base de la organización corporativa eran los Comités Paritarios. El objetivo era resolver pacíficamente los conflictos mediante la negociación. Su puesta en práctica contó con la colaboración de los socialistas.

Creciente Oposición y Final de la Dictadura

Uno de los problemas más graves fueron los conflictos militares. Primo de Rivera era partidario de los ascensos por méritos de guerra. Forzó al rey a que ratificase el decreto de disolución del cuerpo de Artillería. Dirigentes de partidos del turno y republicanos con el apoyo de militares descontentos optaron por la conspiración civil y del pronunciamiento militar. En 1926, primer intento fallido: la «Sanjuanada». En 1929, Sánchez Guerra promovió otro intento. Otro frente opositor fue el de los intelectuales y periodistas con Unamuno, Ortega… que se enfrentaron al dictador. Muchos estudiantes los respaldaron y crearon la Federación Universitaria Escolar y organizaron manifestaciones.

En 1926 se formó la Alianza Republicana integrada por Acción Republicana, liderada por Azaña, Partit Republicà Catalá de Marcelino Domingo y el Partido Radical Lerroux. Antiguos liberales fundaron la Derecha Liberal Republicana. En Cataluña, los pequeños partidos de izquierda se agruparon en marzo de 1931 en un nuevo partido, Esquerra Republicana de Catalunya. En Galicia, nacionalistas y republicanos formaron la Organización Republicana Gallega Autónoma. Los anarquistas partidarios de la insurrección formaron en 1927 la Federación Anarquista Ibérica.

Primo de Rivera presentó su dimisión en enero de 1930.

La Caída de la Monarquía

Alfonso XIII encargó la formación del gobierno a Dámaso Berenguer para retornar a la normalidad constitucional. El nuevo gobierno restableció las libertades políticas. La sociedad española ya no era propensa a dejarse controlar. Los antiguos dirigentes de los partidos dinásticos no confiaban en el rey. El republicanismo cobró auge. En agosto de 1930, los partidos republicanos acordaron el Pacto de San Sebastián, su objetivo era proclamar la república. Se constituyó un comité revolucionario encargado de preparar el cambio de régimen mediante un levantamiento militar. Ese año, un grupo de intelectuales encabezados por Ortega y otros publicó el manifiesto fundacional de una Agrupación al Servicio de la República, instaban a contribuir a la instauración de un régimen republicano que sustituyese a la monarquía. La fecha fijada para la insurrección era el 15 de diciembre, fracasaron en Jaca y de Cuatro Vientos por falta de coordinación. El anuncio de no participar en las elecciones de febrero de 1931 provocó la dimisión de Berenguer. Le sustituyó Aznar que anunció la convocatoria de elecciones municipales para el 12 de abril, le siguen unas elecciones generales. El triunfo de la coalición republicana y socialista en las grandes ciudades se interpretó como un rechazo a la monarquía y dio paso a la proclamación de la república el 14 de abril.

Consecuencias

La cultura española experimentó entre 1875 y 1936 un periodo tan brillante en el desarrollo del pensamiento, de la literatura y de las artes, que se conoce como Edad de Plata.

LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL Y LA CRISIS DE 1917

Antecedentes

Los partidos excluidos del sistema habían tenido muy poco peso desde la Restauración, pero a comienzos del siglo XX su fuerza y sus apoyos comenzaron a aumentar por el descontento que producía el corrupto sistema de turno.

El Impacto de la Primera Guerra Mundial en España

Cuando estalló la Gran Guerra, el gobierno de Eduardo Dato declaró la neutralidad. Esta postura se adoptó a causa del aislamiento diplomático, la debilidad económica y la incapacidad militar de España. Las fuerzas políticas se dividieron en los aliadófilos y los germanófilos. Esta división se reflejó en los partidos del turno y en el resto de la sociedad. Los sectores más conservadores apoyaron a los imperios centrales y los sectores más liberales y la izquierda a los aliados. La neutralidad favoreció una expansión de la economía. España se convirtió en abastecedora de los países beligerantes. El alza de las exportaciones, junto al descenso de las importaciones, tuvo un triple efecto:

  1. La creación de empresas y una rápida industrialización.
  2. Una fuerte acumulación de capitales.
  3. Un imparable aumento de los precios.

La burguesía industrial y financiera se enriqueció con los beneficios extraordinarios de la guerra, las clases trabajadoras sufrieron un descenso de su nivel de vida, con un retraso de salarios y la escasez y subida de los precios de los alimentos de primera necesidad. En las zonas agrarias se acentuó la precaria situación del campesinado y forzó la emigración hacia las ciudades. Esta situación agravó las diferencias sociales de la época, provocó una gran agitación social y el auge del movimiento obrero que intensificó las huelgas. En el ámbito político se puso de manifiesto la crisis del turnismo y la descomposición de los partidos dinásticos.

La Crisis de 1917

La Crisis Militar: Las Juntas de Defensa

El proyecto de reforma militar pretendía modernizar el ejército mediante una reducción del excesivo número de oficiales, cuyos salarios absorbían una gran parte del presupuesto. El sistema de ascensos se daba según los méritos de guerra, lo cual favorecía a los militares que estaban en África, frente a los peninsulares. El descontento desembocó en la formación de Juntas de Defensa que presentaron en junio de 1917 un ultimátum al gobierno, conocido como el Manifiesto de las Juntas. El gobierno, temeroso de una rebelión, se doblegó a sus exigencias.

La Crisis Política: la Asamblea de Parlamentarios

La posición de las Juntas de Defensa fue interpretada por diversos grupos de la oposición como una señal de la quiebra del régimen. Cambó tomó la iniciativa. Ante la suspensión de las garantías constitucionales, la imposición de la censura de prensa y el cierre de las Cortes decretado por el gobierno conservador de Dato, Cambó convocó a todos los senadores y diputados a una Asamblea de Parlamentarios en Barcelona en julio de 1917. La Asamblea acordó la formación de un gobierno provisional y la celebración de Cortes que reformasen la Constitución en sentido descentralizador y aprobasen la autonomía para Cataluña. El reducido apoyo político a esta Asamblea y el rechazo de las Juntas permitieron disolverla.

La Crisis Social: la Huelga General de Agosto

En marzo de 1917, las dos organizaciones sindicales rivales, UGT y CNT, suscribieron en los centros industriales de Madrid, Barcelona, País Vasco y Asturias. Apenas tuvo impacto en las zonas rurales. El ejército cumplió la orden de disparar contra los obreros y se produjeron 71 muertos y 2000 detenidos en todo el país.

Consecuencias de la Crisis de 1917

Tras la crisis de 1917 culminó la descomposición de los partidos dinásticos. El funcionamiento de ambos partidos acabó con el turno establecido desde 1885. Los planes de reforma quedaron postergados ante los crecientes problemas como la cuestión catalanista, la conflictividad social, el problema de Marruecos y el debate de las responsabilidades por el desastre de Annual.

CONCLUSIONES

El reinado de Alfonso XIII (1902-1930) fue un periodo convulso. Se produjo la crisis del sistema de Cánovas por la crisis del turno de partidos y de los partidos Conservador y Liberal. Se reforzaba la oposición republicana, nacionalista y los movimientos obreros, al tiempo que la sociedad y economía experimentaban los indicios de modernización. Como respuesta a esta crisis, el sistema respondió con una línea reformista a principios de siglo y con un cierre del sistema político después. El rey Alfonso XIII intentó sustituir el inoperante juego político por un sistema autoritario, le costó su trono. La dictadura de Primo de Rivera surgió como la última oportunidad que tenía la monarquía de Alfonso XIII de perpetuarse. El fin de la Monarquía de Alfonso XIII proviene de la voluntad popular, por los buenos resultados de la coalición republicana en las elecciones municipales de abril de 1931, entendidas como un plebiscito entre Monarquía y República. Alfonso XIII abdicó y abandonó España. Así se proclamó la Segunda República Española.

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