La Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930)
El Directorio Militar (1923-1925)
En septiembre de 1923, Miguel Primo de Rivera, con el apoyo del rey Alfonso XIII, instauró una dictadura militar en España. A través del Real Decreto del 15 de septiembre, se estableció un directorio presidido por Primo de Rivera, quien concentró todos los poderes del gobierno.
Durante esta etapa, se tomaron medidas como la suspensión de las garantías constitucionales, la destitución de gobernadores civiles, la disolución de las Cortes y la suspensión de la Constitución. Además, se publicó el Decreto de Incompatibilidades, que impedía a exministros y altos funcionarios participar en empresas que contrataran con el Estado.
Se creó la Unión Patriótica (UP) como partido único para respaldar al régimen. La UP reflejaba el populismo y autoritarismo del dictador. Si bien teóricamente los miembros del Directorio y los gobernadores civiles no tenían que pertenecer a ella, sí era obligatorio para los miembros de ayuntamientos y diputaciones provinciales.
El Desembarco de Alhucemas
Uno de los mayores logros de la dictadura fue la resolución del conflicto en Marruecos. Se organizó un potente ejército modernizado que, junto al ejército francés, desembarcó en la bahía de Alhucemas en septiembre de 1925. Esta operación, que combinó fuerzas de mar, aire y tierra, fue un hito en la historia militar. Tras semanas de intensas batallas, Abd-el-Krim se rindió a las autoridades francesas.
El éxito en Marruecos tuvo un gran impacto político y popular. Primo de Rivera se reconcilió con la ciudadanía, cansada de la guerra; con el ejército, que había recuperado su honor; con los empresarios que habían invertido en Marruecos; y con la Hacienda, que pudo plantearse la reducción del déficit presupuestario.
El Directorio Civil (1925-1930)
En diciembre de 1925, se constituyó el Directorio Civil, con la participación de colaboradores cercanos a Primo de Rivera. El gobierno mantuvo la suspensión de la Constitución y continuó legislando por decreto.
España experimentó un auge económico, impulsado por el crecimiento en Europa. Se desarrollaron obras y servicios públicos, y con el apoyo del Partido Socialista, se creó una estructura corporativa similar a la italiana para regular las relaciones entre capital y trabajo. Además, se intentó implementar una reforma fiscal que incluía el impuesto sobre la renta.
La Oposición y la Caída del Régimen
La Cuestión Catalana
La dictadura enfrentó una fuerte oposición en Cataluña, principalmente por tres motivos:
- La persecución de la lengua catalana.
- La intervención en la elección de la junta del Colegio de Abogados de Cataluña, obligando a publicar su guía oficial en castellano.
- La intromisión en la esfera eclesiástica, que provocó la reacción de los obispos.
El Auge del Movimiento Obrero
El régimen tampoco logró frenar el movimiento obrero, que se fortaleció con el tiempo.
La Oposición Intelectual
Los intelectuales, que se habían opuesto a la dictadura desde el principio, intensificaron sus críticas. La destitución y destierro de Miguel de Unamuno como rector de la Universidad de Salamanca, la clausura del Ateneo de Madrid y el proyecto de reforma universitaria que otorgaba la capacidad de expedir títulos universitarios a los jesuitas de Deusto y los agustinos de El Escorial, generaron un gran malestar. Las protestas universitarias de 1928-1929 fueron reprimidas y la Universidad fue cerrada.
El Malestar en el Ejército
Los militares destinados en la Península se sintieron relegados frente a los militares de Marruecos, a quienes Primo de Rivera favorecía. El dictador no se mostró proclive a los convencionalismos que protegían la carrera militar de los militares peninsulares.
La Caída de Primo de Rivera
A finales de 1929, ante el creciente descontento y las protestas, la dictadura recurrió a prácticas caciquiles para mantenerse en el poder. El 30 de enero de 1930, Alfonso XIII aceptó la dimisión de Primo de Rivera y encargó al general Dámaso Berenguer la formación de un nuevo gobierno.
El Pacto de San Sebastián y el Fin de la Monarquía
El Pacto de San Sebastián
En agosto de 1930, se firmó el Pacto de San Sebastián, que reunió a regionalistas, constitucionalistas, republicanos históricos y al Partido Socialista. El objetivo era impulsar un cambio hacia la república.
El acuerdo implicó la creación de un comité revolucionario compuesto por Niceto Alcalá-Zamora, Miguel Maura, Álvaro de Albornoz, Indalecio Prieto, Manuel Azaña, Fernando de los Ríos y Santiago Casares Quiroga.
Las Elecciones Municipales de 1931
Los gobiernos de Berenguer y Aznar buscaban organizar un proceso electoral que culminara en la formación de unas Cortes Constituyentes y que permitiera recuperar la legitimidad del régimen monárquico. Se convocaron elecciones municipales para el 12 de abril de 1931.
Las elecciones se convirtieron en un plebiscito sobre la monarquía. Aunque los monárquicos obtuvieron más concejales que los republicanos, el resultado evidenció la debilidad del régimen. El 13 de abril, tras conocerse los resultados, miles de personas salieron a la calle para manifestarse a favor de la república. Alfonso XIII abandonó España y se proclamó la Segunda República.