El Franquismo en España (1939-1975)
1. La Creación del Estado Franquista
1.1. Fundamentos Ideológicos y Apoyos Sociales
El franquismo fue el resultado de una guerra civil que terminó con la victoria incondicional del bando sublevado. Este triunfo impuso en España un nuevo orden, donde los vencidos tenían como alternativa el exilio o la aceptación del nuevo régimen. La construcción institucional del nuevo Estado tardó en iniciarse, y al principio los militares tuvieron una presencia abundante entre las autoridades.
El Estado organizado por los vencedores pretendió reconstruir una España tradicionalista: unitaria, confesional, autoritaria y sin lugar para la disidencia. El momento más duro de la represión fue el inmediatamente posterior a la guerra. No obstante, esta represión actuó de forma racional y selectiva, es decir, se aplicaron unos criterios: la pena de muerte se aplicaba a quienes habían tenido máxima responsabilidad política en la guerra o estaban acusados de crímenes de sangre. Estas diferencias entre vencedores y vencidos se fueron difuminando con el tiempo.
Desde un principio, el franquismo contó con apoyos en todas las clases sociales y en toda España, aunque su proporción fue muy distinta según los grupos sociales y las regiones. El nuevo régimen se comprometió en dos puntos básicos: mantendría el orden público y el Estado sería confesionalmente católico. Muchos lo apoyaron por estas razones.
Entre estos partidarios, los militares y los clérigos fueron dos puntos de apoyo fundamentales, y su influencia fue extraordinaria. Los militares aseguraban la fuerza y la capacidad material de resistencia frente a los intentos de acabar con el régimen. Además, el ejército adquirió una importancia esencial, mayor que cualquier grupo político. Estos militares identificaban su deber de defender España con el mantenimiento del régimen.
La influencia del clero fue distinta. La Iglesia tenía un sentimiento de agradecimiento a Franco, ya que el Estado facilitó el aumento de su influencia en la sociedad española. Ésta se pudo involucrar de nuevo en tareas educativas y la religión católica fue obligatoria. Hasta los años sesenta, el clero defendió al régimen, pero con sus ventajas e inconvenientes, ya que se le relacionó con la política del régimen.
1.2. Los Grupos Ideológicos en el Primer Franquismo (1939-1959)
Los grupos ideológicos en el primer franquismo tenían ideologías muy distintas entre sí, pero compartían varios puntos en común:
- Concepción autoritaria del ejercicio del poder.
- Rechazo al multipartidismo.
- Defensa de la unidad inquebrantable de España.
- Confesionalidad del Estado.
Se distinguen los siguientes grupos:
- Tradicionalistas
- Juanistas
- Falangistas
- Otros derechistas, como la Asociación Católica Nacional de Propagandistas (ANCdP)
2. Del Aislamiento al Reconocimiento Internacional
Durante los primeros años del régimen se sucedieron varias etapas desde el punto de vista político, provocadas por los cambios a nivel internacional: la Segunda Guerra Mundial y la victoria aliada, y el inicio y consolidación de la Guerra Fría y la política de bloques. El régimen procuró adaptarse a la situación de cada momento, manteniendo los principios de permanencia de Franco en el poder y la actitud anticomunista.
El franquismo comenzó orientándose hacia formas totalitarias, pero esta opción no llegó a cuajar. Desde 1942, se fue acercando a Reino Unido y Estados Unidos, pensando que al finalizar la contienda su anticomunismo le serviría de garantía.
El final de la guerra inició un periodo de dificultades exteriores. Se le consideró un régimen similar al de Hitler y Mussolini, y por ello se produjo un aislamiento internacional. Muchos países retiraron a sus embajadores.
Franco debía cambiar la imagen exterior del régimen, que pasó a definirse como una democracia orgánica. El argumento de que la guerra civil había sido una lucha contra los enemigos de la religión católica se convirtió en el punto esencial de la propaganda. Además, quería presentarse como un mínimo Estado de derecho, por lo cual se promulgó en 1945 el Fuero de los Españoles.
En 1946 se iniciaron unos cauces de participación política (algunos concejales serían elegibles por los españoles). En 1947 se celebró un referéndum en el que se aprobó la Ley de Sucesión. También se establecieron unas Cortes Españolas en las que había representantes de las familias, sindicatos y ayuntamientos. España se definía como una monarquía católica, social y representativa, aunque la jefatura del Estado correspondería a Franco.
Cuando comenzó la Guerra Fría (1947), el anticomunismo del franquismo sirvió para que comenzase un paulatino reconocimiento internacional, ya que Estados Unidos dejó de amenazar a Franco. En 1948 Francia reabrió sus fronteras y, junto con Inglaterra, firmó acuerdos comerciales con España. No participó en el Plan Marshall ni entró en la OTAN, pero finalmente entró en la ONU en 1955. Ya en 1953 se habían firmado el Pacto de Madrid con Estados Unidos y el Concordato con el Vaticano. Todo culminó con la visita de Eisenhower a Madrid en 1959.
3. Autarquía y Dificultades para Crecer
La guerra supuso un enorme quebranto para la economía española: redujo la población, dañó la estructura productiva y sumió al país en un caos organizativo. Además, la guerra mundial privó a España de cualquier ayuda exterior, y después ocurrió lo mismo con el aislamiento. Por todas estas razones, se instauró una política económica caracterizada por la autarquía, el respeto a la propiedad privada e impuestos bajos. El Estado era intervencionista.
En los años cincuenta se produjo un crecimiento significativo, pero el despegue no llegó hasta 1959.