La Era Bismarckiana, Sociedad de Naciones, Rusia en 1900 y la Primera Guerra Mundial: Un Resumen Histórico

La Era Bismarckiana (1870-1890): Consolidación de Alemania

La era bismarckiana (1870-1890) se refiere al periodo en el que Otto von Bismarck dirigió la política exterior de Alemania y consolidó al país como una potencia importante en Europa. Bismarck tenía varios objetivos clave: aislar a Francia para evitar que tomara represalias por su derrota en la batalla de Sedán de 1870, mediar entre Rusia y Austria-Hungría que competían por el control de los Balcanes y fomentar el rearme militar de Alemania como una forma de disuasión. Todo esto lo logró mediante la Realpolitik, priorizando resultados prácticos sobre principios ideales.

Para alcanzar sus metas, Bismarck creó tres sistemas de alianzas entre 1871 y 1893, que ayudaron a mantener la paz y a fortalecer la posición de Alemania:

Primer sistema (1871-1879)

El objetivo era gestionar las tensiones entre Rusia y Austria-Hungría en los Balcanes. En 1873, firmó la Entente de los Tres Emperadores entre Alemania, Rusia y Austria. Sin embargo, las tensiones en los Balcanes, como la creación de la Gran Bulgaria en 1878, afectaron este acuerdo. En el Congreso de Berlín de 1878, se reorganizó el pacto: Austria-Hungría tomó control de Bosnia-Herzegovina, y aunque Rusia se distanció, se reincorporó en 1881.

Segundo sistema (1879-1885)

Fue la etapa más fuerte de la política de Bismarck. En 1879, Alemania y Austria-Hungría firmaron la Dúplice Alianza, y en 1881 se renovó la Entente de los Tres Emperadores, añadiendo a Italia en 1882 para crear la Triple Alianza. Durante este tiempo, Europa vivió en una paz relativa, pero también en lo que se llamó la «Paz Armada», ya que las potencias estaban inmersas en una carrera armamentista.

Tercer sistema (1885-1893)

Esta fase continuó con el mismo enfoque, pero con mayores tensiones. En 1885, las rivalidades entre Rusia y Austria por los Balcanes empezaron a desgastar el sistema. A pesar de nuevos acuerdos para intentar mantener el equilibrio, el sistema de alianzas comenzó a derrumbarse. Después de que Bismarck dejara el poder, Francia firmó un pacto con Rusia en 1891, lo que acabó con su aislamiento y preparó el camino para la creación de dos bloques antagónicos: la Triple Alianza (Alemania, Austria-Hungría e Italia) y la Triple Entente (Reino Unido, Francia y Rusia), que terminarían enfrentándose en la Primera Guerra Mundial de 1914.


La Sociedad de Naciones (1919): Objetivos y Limitaciones

La Sociedad de Naciones, creada en 1919 al final de la Primera Guerra Mundial, fue una organización internacional cuyo principal objetivo era mantener la paz, promover la seguridad colectiva, el desarme y fomentar la cooperación entre los países. Tenía su sede en Ginebra y sus órganos principales eran la Asamblea General (con todos los miembros), el Consejo (formado por las cinco potencias vencedoras), la Secretaría y el Tribunal Internacional de Justicia. Sin embargo, la Sociedad no tenía ejército ni poder para hacer cumplir sus decisiones. Además, países como Estados Unidos no participaron, lo que afectó su efectividad. A pesar de sus limitaciones, promovió la diplomacia entre naciones y prohibió los tratados secretos.

En las colonias, la idea de que los pueblos podían decidir su futuro inspiró movimientos nacionalistas, pero las potencias coloniales como Reino Unido y Francia no dieron poder a sus colonias ni aplicaron este principio. En la India, por ejemplo, los británicos no cumplieron las promesas de autogobierno, lo que generó el movimiento antibritánico liderado por Mahatma Gandhi. En el Próximo Oriente, las promesas de los británicos y franceses a los árabes de formar un reino árabe no se cumplieron, y el reparto secreto de territorios turcos, junto con la creación de un hogar judío en Palestina, generó muchos problemas que durarían años.

En Europa, el periodo de 1919 a 1924 fue muy inestable. Tras la guerra, surgieron conflictos por las nuevas naciones que se formaron a partir de los antiguos imperios alemán y austrohúngaro, que no eran homogéneas étnicamente. Además, las reparaciones de guerra que Alemania debía pagar a Francia fueron un gran tema de disputa. En 1921, se fijó una cifra muy alta para las reparaciones alemanas, pero en 1923, debido a su crisis económica, Alemania pidió una moratoria, lo que llevó a Francia a ocupar la cuenca del Ruhr. Sin embargo, la situación mejoró con el Plan Dawes de 1924, que resolvió el problema de las reparaciones. En 1925, el Pacto de Locarno estableció garantías entre los países para respetar las fronteras de Alemania, y en 1926, Alemania fue admitida en la Sociedad de Naciones. Finalmente, en 1928, se firmó el Pacto Briand-Kellogg, en el que varios países condenaron la guerra como forma de resolver los conflictos.


Rusia en 1900: Imperio, Autocracia y Oposición

En 1900, Rusia era un imperio enorme con más de 140 millones de personas, desde el mar Báltico hasta el Pacífico, y con una gran diversidad de pueblos. Su sistema político era muy autoritario, con el zar teniendo todo el poder, apoyado por la nobleza, los altos funcionarios del gobierno y la Iglesia ortodoxa.

Bajo el reinado de Alejandro II (1855-1881), se intentaron algunas reformas, como la abolición de la servidumbre en 1861. Aunque los campesinos fueron liberados, en la práctica siguieron viviendo en pobreza y con muchas deudas, ya que debían pagar por las tierras que cultivaban. Después del atentado a Alejandro II en 1881, se abandonaron las reformas y los sucesores de Alejandro II, Alejandro III y Nicolás II, regresaron a un sistema de inmovilismo político, reprimiendo cualquier oposición.

A finales del siglo XIX, Rusia comenzó a industrializarse, aunque de forma limitada y solo en algunas zonas. Esto trajo consigo nuevas clases medias y obreras que empezaron a oponerse al régimen. Aunque los partidos políticos estaban prohibidos, comenzaron a organizarse movimientos opositores. Los populistas, por ejemplo, creían que el campesinado sería la clave para la revolución. También se fundó el Partido Obrero Socialdemócrata Ruso (POSDR), que se dividió entre los mencheviques, que querían una revolución burguesa antes de la socialista, y los bolcheviques, que buscaban derrocar al zar y crear una dictadura provisional del proletariado. En 1905, surgió el Partido Socialista Revolucionario (SR), que continuaba con las ideas de los populistas, y la burguesía liberal fundó el Partido Constitucional Demócrático (cadetes), que quería transformar el régimen zarista en uno constitucional que respetara los derechos individuales.


La Primera Guerra Mundial (1914-1918): Un Conflicto Global y Total

Al principio, los países pensaron que la Primera Guerra Mundial sería un conflicto rápido y limitado, pero terminó siendo una guerra larga que duró cuatro años y se extendió por todo el mundo debido a la participación de numerosas naciones y el uso de nuevas tácticas bélicas. El conflicto comenzó en agosto de 1914, cuando los Imperios Centrales (Alemania y Austria-Hungría) se enfrentaron a la Triple Entente (Francia, Rusia y Reino Unido). A pesar de que las fuerzas terrestres de la Entente eran superiores en número, la posición geográfica de Alemania y Austria-Hungría les daba ventaja en la movilización de sus tropas.

En términos de armamento, Alemania tenía una mayor capacidad de artillería que Francia, pero ambos bloques tenían un equilibrio general en cuanto a poder militar. En el mar, Reino Unido y la Entente dominaban, lo que llevó a Alemania a recurrir a la guerra submarina para contrarrestar la superioridad naval británica. A medida que avanzaba la guerra, ambos bandos intentaron atraer nuevos aliados, lo que contribuyó a que el conflicto se globalizara. En total, catorce países europeos y sus colonias, Japón y Estados Unidos participaron, convirtiéndola en la primera guerra que afectó a todo el mundo.

La Primera Guerra Mundial fue la primera guerra «total», donde los recursos humanos, económicos y técnicos de los países fueron completamente movilizados. Cerca de 70 millones de soldados fueron llamados a combatir, y se utilizaron armas modernas y letales, como artillería pesada, ametralladoras, submarinos, gases tóxicos, tanques y aviones. La economía de los países se orientó hacia la producción de armas y municiones, y la población civil sufrió escasez debido al racionamiento.

La guerra también cambió el rol de las mujeres, quienes empezaron a trabajar en sectores tradicionalmente dominados por hombres para suplir la falta de mano de obra masculina. Además, los gobiernos recurrieron a la emisión de deuda pública y préstamos internacionales para financiar los altos costos militares. La propaganda jugó un papel clave en mantener el patriotismo y la moral de la población, al tiempo que se trataba de debilitar la moral del enemigo.

A medida que la guerra se alargaba, las tensiones sociales y económicas aumentaban, y los efectos devastadores de la guerra total se hicieron cada vez más evidentes, alterando profundamente la estructura política y social de los países involucrados.

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