La Economía durante el Franquismo
La Autarquía Económica
En las décadas de 1940 y 1950, el régimen franquista implementó una política de autarquía económica, basada en la autosuficiencia y la protección frente al mercado exterior. El Estado controlaba y dirigía los sectores económicos en función de sus intereses políticos.
Para promover la industrialización, se creó un sector público gestionado por el Instituto Nacional de Industria (INI), que puso en marcha fábricas de siderurgia, refinerías de petróleo, electricidad y automovilismo. También se nacionalizaron las comunicaciones y el transporte.
La agricultura quedó perjudicada, ya que no hubo ningún proyecto de reforma agraria y recibió pocas ayudas del Estado. Para solucionar los problemas de desabastecimiento, se creó el Servicio Nacional de Trigo, que obligaba a los agricultores a vender sus cosechas al Estado a un bajo precio.
El modelo autárquico impidió el crecimiento económico en España en la década de 1940. El sistema productivo español se caracterizaba por sus altos costes y su escasa competitividad, lo que se traducía en una fuerte inflación, un elevado déficit comercial y una Hacienda Pública deficitaria.
Plan de Estabilización Económica de 1959
En 1959, el régimen comenzó a liberalizar la economía y romper su aislamiento internacional gracias a los acuerdos con Estados Unidos y al ciclo expansivo de la economía europea. España se integró en organizaciones internacionales como la Organización Europea de Cooperación Económica y el Fondo Monetario Internacional.
El fin del aislamiento supuso la llegada de materias primas, suministros y financiación, imprescindibles para el crecimiento industrial.
El Plan de Estabilización Económica de 1959, elaborado por ministros tecnócratas, perseguía reducir la inflación y liberalizar la actividad económica y las relaciones comerciales con el exterior. El Plan conllevó medidas de reajuste y austeridad, como recortes en el gasto público, congelación de salarios y devaluación de la peseta.
Los efectos fueron inmediatos: se logró estabilizar los precios y mejorar la balanza comercial, pero tuvo efectos negativos como el descenso del consumo y el aumento del paro.
El Desarrollismo de los 60
Con el objetivo de aumentar la producción nacional, se creó la Comisaría de Plan de Desarrollo dirigida por López Rodó. Se pusieron en marcha tres planes de desarrollo mediante los cuales el Estado orientaba a los empresarios privados y planificaba el sector público, marcándoles objetivos de crecimiento económico.
La planificación se centró en el sector industrial para solucionar las deficiencias de productividad y generar polos de desarrollo que redujeran los desequilibrios regionales mediante ayudas económicas y ventajas fiscales.
El crecimiento económico permitió a España incorporarse al grupo de países industriales. La renta per cápita aumentó más del doble y el PIB aumentó a un 7% anual.
Por sectores:
- La agricultura mejoró sus rendimientos y su mecanización provocó un éxodo rural hacia las ciudades.
- La industria fue el sector que más se desarrolló, con una tasa de crecimiento anual de un 10%, como la industria del automóvil. Sin embargo, se acentuaron los desequilibrios regionales al concentrarse en Cataluña, Madrid y País Vasco.
- Dentro del sector servicios, destacó el crecimiento espectacular del turismo y de la construcción. El»boo» de la construcción estuvo vinculado a la llegada masiva de gente a las ciudades por el éxodo rural, provocando especulación inmobiliaria y un crecimiento urbanístico caótico. El aumento del turismo europeo, atraído por el sol, la playa y los bajos precios, revolucionó la costa mediterránea española y estimuló el sector servicios y la actividad constructora.
El crecimiento económico no se debió tanto a los planes desarrollistas como a la fase expansiva que estaba viviendo la economía de Europa occidental. Esta favoreció la llegada de cuantiosas inversiones de capital, el aumento de las exportaciones, la llegada masiva del turismo y la emigración de dos millones de españoles que encontraron trabajo en Francia y Alemania, enviando grandes remesas de dinero a España.
La Crisis de 1973
La crisis económica internacional de 1973, provocada por la subida del precio del petróleo adoptada por la OPEP, evidenció la fuerte dependencia de la economía española respecto a la coyuntura económica internacional.
La crisis produjo una reducción de las inversiones y un retorno de los emigrantes. El encarecimiento del petróleo provocó una gran inflación y la pérdida de competitividad de los productos españoles. La economía española entró en una aguda fase de depresión con un elevado aumento del paro.
La pasividad del Gobierno, unida a la incertidumbre política ante la enfermedad de Franco, tampoco ayudaron.
La Sociedad durante el Franquismo
Control Social e Ideológico
Los primeros años del franquismo se caracterizaron por un estricto control social e ideológico. Se utilizó la propaganda para exaltar la figura del caudillo, los logros del régimen y para adoctrinar a la población e imponer un estilo de vida conforme a los valores de los vencedores.
La censura de libros, periódicos, actividades culturales y viajes empobreció cultural e intelectualmente a la sociedad española.
Formación Ideológica y Moral
La formación ideológica y moral de la sociedad española recayó en diversas instituciones:
- El Frente de Juventudes, una juventud militarizada, exaltaba a los caídos por España y a Primo de Rivera.
- La Sección Femenina se encargaba de la educación de las mujeres, transmitiéndoles un papel subordinado al cuidado de la familia y la atención de las necesidades del hombre.
- La Iglesia Católica tuvo un peso muy importante en el control de la moral social, invadiendo el espacio público y privado. Rechazaba las doctrinas pedagógicas modernas, recelaba de la libertad de pensamiento y censuraba y controlaba cualquier acto social y cultural.
Modernización de la Estructura Social
La modernización de la estructura social estuvo vinculada al desarrollo económico de los años 60: se pasó de una sociedad rural y muy polarizada a una sociedad con predominio de clases medias urbanas.
El aumento de la renta per cápita y de los salarios permitió avanzar hacia una sociedad de consumo: la calidad de vida de los hogares mejoró con la compra de electrodomésticos, y el uso del automóvil y el disfrute de vacaciones se convirtieron en símbolos de la prosperidad de la nueva clase media.
Cambios en la Mentalidad
La prosperidad económica, la mejora de la educación y el contacto con extranjeros produjeron profundos cambios en la mentalidad de los españoles, que empezaron a ser más abiertos y permisivos.
La mujer comenzó a incorporarse a la universidad y al trabajo, y la juventud demandaba cambios hacia la libertad moral, cultural y política. Artistas, intelectuales, escritores y científicos desarrollaron una cultura al margen y opuesta al régimen.