La España del Siglo XIX: De Isabel II a la I República

Isabel II (1833-1868)

La Década Moderada (1844-1854)

Isabel II respondió al apoyo de los moderados con una nueva Constitución, la de 1845, que ampliaba los poderes de la monarquía y eludía las demandas más progresistas, como la ampliación del sufragio. Durante 10 años, conocidos como Década Moderada (1844-1854), los liberales moderados, liderados por Narváez, gobernaron a pesar de los recurrentes pronunciamientos progresistas.

El restablecimiento de las relaciones con la Santa Sede, interrumpidas a causa de la desamortización de Mendizábal, y una nueva reforma fiscal para intentar pagar las deudas del Estado, fueron las medidas más destacadas de este periodo.

El Bienio Progresista (1854-1856)

Protagonista: Partido Progresista (Espartero)

Objetivos: Restaurar los principios constitucionales de 1837 en una nueva Constitución (1856, non nata).

Reformas Económicas:

  • Desamortización civil de Madoz (1855) que afecta sobre todo a bienes de ayuntamientos.
  • Ley de Ferrocarriles (1855)

Dimisión de Espartero en 1856 por cuestiones sociales, conflictos y crecimiento de los demócratas y republicanos.

La Unión Liberal (1856-1868)

Mientras una facción de moderados organizaba un nuevo partido, la Unión Liberal, dirigida por Leopoldo O’Donnell. Desde 1856 a 1868, O’Donnell y sus seguidores ocuparon el gobierno. Fue el periodo de la expansión de los ferrocarriles, y de una de las más importantes reformas educativas de nuestra historia: la Ley Moyano (1857) que hizo que la enseñanza fuera obligatoria de los 6 a los 9 años y gratuita en las escuelas públicas.

Las Guerras Carlistas

El desarrollo de España en el siglo XIX se vio dificultado por un conflicto civil que afectó a territorios muy extensos, como País Vasco y Cataluña, y que comprometió abundantes recursos: las Guerras Carlistas. El hermano de Fernando VII, el infante Don Carlos, pretendía ser el rey de España. Su lema era «altar y trono», es decir, la defensa de la religión ante medidas como la de Mendizábal, y la superioridad de la voluntad monárquica frente a la de la nación. También asumió la defensa de los fueros, leyes particulares que privilegiaban a los habitantes de algunos territorios. Estos fueros estaban amenazados por la política centralista de los liberales que, siguiendo la tendencia racionalista e ilustrada, pretendían crear un Estado-nación, es decir, un Estado en el que todos sus territorios tuvieran una misma administración y un mismo régimen fiscal.

El Sexenio Democrático (1868-1874)

La Revolución Gloriosa (1868)

La Revolución Gloriosa (septiembre 1868) se inició con una sublevación militar en Cádiz. Los revolucionarios se impusieron de forma rápida y apenas encontraron resistencia. El resultado más evidente fue el derrocamiento de la reina Isabel II y su inmediata huida a Francia. Algunos de los factores que podían explicar el triunfo de esta revolución fueron:

  • La crisis del sistema político existente que fue tildado de corrupto y viciado. El gobierno moderado demostró su incapacidad para resolver los problemas del país.
  • La depresión económica iniciada en 1866 y que también afectó a otros países europeos.
  • La creciente impopularidad de la reina Isabel II y su obstinación por sostener a toda costa a los moderados en el poder.

Resulta importante destacar que la Revolución de 1868 careció de contenido social o económico y tuvo un carácter exclusivamente político. El cerebro de la revolución fue Prim, un militar liberal. En octubre de 1868 se constituyó el gobierno provisional salido de la revolución con la exclusión de los demócratas bajo la presidencia del unionista Serrano. Este Gobierno convocó poco después elecciones a Cortes Constituyentes por sufragio universal masculino. Vencieron los progresistas, que lograron dominar así los debates y las votaciones en las Cortes donde se elaboró la nueva Constitución.

  • Fallecimiento del liberal moderado Ramón M. Narváez, mano derecha de la reina.
  • Crisis económica de 1866-1867.
  • Las protestas de los obreros en grandes ciudades, como Barcelona.
  • Las protestas estudiantiles en Madrid, reprimidas con dureza.

Monarquía Democrática de Amadeo I de Saboya (1871-1873)

Al poco de llegar a España fue asesinado su principal defensor, el general Prim, dejándolo sin su apoyo más importante. Todo esto precipitó la caída de la monarquía:

  • Sublevación de los independentistas en Cuba, colonia española en América, y la presión de los conservadores, que temían que el rey permitiese la autonomía de Cuba, lo que perjudicaría seriamente sus intereses.
  • La continuación y dureza de la guerra carlista.
  • El malestar de los militares, recelosos de que el nuevo rey reformara el ejército para impedir los pronunciamientos, el instrumento que utilizaban para intervenir en el Gobierno.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *