La España del Siglo XVII evolución económica y social

9.4. Evolución económica y social

Si el siglo XVI coincidíó con una fase expansiva de la economía, el Siglo XVII, hasta 1680 aproximadamente, fue una etapa de depresión en España y en toda Europa, excepción hecha de Inglaterra y Holanda que disfrutaron de excepcional prosperidad económica gracias al comercio a larga distancia con América y Oriente. Los factores específicos de la crisis española fueron fundamentalmente dos, que se reforzaron entre sí: a) El descenso demográfico, en especial en las ciudades, por el que España acabó el Siglo XVII con menos población que la que tenía en el Siglo XVI. (8millones en 1600 y 7 millones en 1700) Las causas de la crisis demográfica, ya observadas con alarma por los mismos contemporáneos fueron varias:

Graves epidemias (1597-1602; 1647-1652;1676-1685) que afectaron a toda la península aunque con mayor intensidad a Castilla, Levante y Andalucía, (Tifus, peste bubónica, viruela, paludismo, fiebre amarilla,…). –
Expulsión de los moriscos (1609) que perjudicó sobre todo a Aragón y Valencia. –
Guerras constantes que provocaron el aumento de mortalidad entre los jóvenes varones reclutados.

Las dificultades económicas que agravaron la emigración, la escasez de matrimonios, el aumento de clérigos.El comportamiento demográfico fue diferente en la zona cantábrica que vivíó un ciclo expansivo en la primera mitad del siglo, mientras que la España interior y Levante la disminución fue superior al 12%. La periferia de la Península ira poco a poco en aumento, variando la tendencia de los siglos anteriores.B)
El agotamiento económico provocado por la lamentable situación de la Hacienda Real y la recesión de la economía.
El esfuerzo bélico de los siglos XVI y XVII provocó un aumento del endeudamiento que coincidíó con el descenso de la llegada de metales preciosos procedente de América desde principios del XVII. La Hacienda Real tuvo seis bancarrotas o suspensiones de pagos a banqueros italianos y portugueses.Olivares quiso resolver tan caótica situación buscando con urgencia nuevas fuentes de ingresos que agravaron la situación de los menos favorecidos (acuñación y resello de moneda de vellón, impuesto sobre la sal, azúcar y estancos (tabaco, chocolate,…), exigencia de donativos voluntarios a la nobleza, venta de cargos públicos, venta de títulos…, que solo sirvieron para afrontar necesidades inmediatas de la Corona, sobre todo los gastos militares y el pago de los crecientes intereses a los acreedores extranjeros.
Estos hechos contribuyeron a agudizar la recesión económica cuyas manifestaciones fueron las siguientes: – Caída de la producción agraria por el receso demográfico. Afectó en mayor medida a las dos Castillas, Álava, Extremadura, Aragón, Andalucía y Galicia interior. En la cornisa cantábrica se aprecia una suave expansión gracias a la introducción del cultivo del maíz y en Levante aunque desaparece la pequeña propiedad tras la expulsión de los moriscos la agricultura se reorientó hacia el cultivo del arroz, algarrobo, olivo de orientación comercial- Disminución de la ganadería ovina trashumante.
– Crisis de la industria textil castellana, incapaces de competir con los tejidos de alta calidad extranjeros.- Disminución del comercio con América y aumento del contrabando. Desde Westfalia el comercio extranjero con América resultó más fácil para países rivales (Francia, Inglaterra,…). Durante el reinado de Carlos II se puede apreciar una recuperación de la producción y el comercio acompañada de un aumento de la natalidad, al margen de la crisis política sucesoria.La crisis del Siglo XVII afectó a todas las capas sociales que reaccionaron de formas distintas en un afán de superar las dificultades de la época.
La nobleza experimentó un notable aumento, al igual que el número de religiosos por las ventas de títulos, hábitos de órdenes militares e hidalguías. La nobleza se endeudó (censos: préstamos de dinero con el pago de un interés) pero no varíó su lujoso modo de vida.La escasa burguésía aprovechó para invertir en tierras, señoríos y rentas fijas pues su mayor aspiración era abandonar sus negocios (mentalidad aristocrática). Disminuyo su número e invirtieron de actividades no productivas (juros: deuda pública) Paralelamente, el número de pobres y mendigos crecíó de forma considerable ya que el campesinado se vio afectado por la voracidad fiscal de la Corona. Una forma de rebelión popular típica de esta época fue el bandolerismo (Valencia y Cataluña). Los efectos sociales de la crisis fueron la ampliación de las diferencias sociales y el aumento de las clases no productivas (nobles, clérigos, rentistas, funcionarios,…) Frente a las clases productivas (artesanos, comerciantes o campesinos).



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