Presentación de los documentos.Introducción.Desarrollo del tema1. La Guerra de Sucesión.A) La cuestión sucesoria.B) El desarrollo de la Guerra de Sucesión.C) El Tratado de Utrecht de 1713 y el final de la guerra.2.Reyes y ministros del Siglo XVIII.A)Felipe V(1700-1746)b) Fernando VI (1746-1759).C) Carlos III (1759-1788).D) Carlos IV (1788-1808).3. Reformas en la organización del Estado. La monarquía centralista.4. La Ilustración.La práctica del despotismo ilustrado: Carlos III.B) Las reformas y las obras públicas. 5. La política borbónica en América. Párrafo final.Introducción.
Con los Reyes Católicos se inicia el periodo más brillante de la Historia de España. Éstos transmiten a sus herederos un Estado castellano, coherente, fuerte, dinámico; Carlos I y Felipe II transforman a España en potencia hegemónica; con los Austrias Menores (Felipe III, Felipe IV y Carlos II) se derrumba el inmenso poderío español.El Siglo XVIII confirmó la pérdida de influencia española en el concierto internacional iniciada en el siglo anterior. Por otro lado la muerte del último de los Austrias supuso la entronización de los Borbones, lo que significó la consolidación de la monarquía absoluta. Los nuevos monarcas intentaron modernizar la administración del Estado y las finanzas. Las nuevas ideas ilustradas intentaron crear un clima favorable para la reforma de la sociedad española tradicional denominada Antiguo Régimen. Estas ideas desembocarán junto a otras causas en la Revolución Francesa (1789), hecho fundamental que acabaría con el poder absoluto de los reyes y generó cambios sociales y económicos conducentes a la sociedad contemporánea actual.
Fue un rey culto y pacífico, pero de salud quebradiza. Su objetivo fundamental fue la modernización del Estado. Heredó de su padre al marqués de la Ensenada, que llevó a cabo la reforma de los impuestos, modernizó la armada y reformó las colonias. Reorganizó el reino y sentó las bases para el gobierno de su hermanastro Carlos III al morir él sin descendencia.
Este último aspecto era el más complejo, pues la tradición de los Austrias era la de la pervivencia de múltiples administraciones descentralizadas (especialmente en la Corona de Aragón).Los Decretos de Nueva Planta (1707-1714) fueron el principal medio de centralizar la administración. Felipe V aprovechó la “traición” de la Corona de Aragón para abolir sus fueros y cortes y someter estos territorios a las leyes castellanas. De hecho, la Corona de Aragón no apoyó a Felipe V precisamente pues temía la actitud centralista de los Borbones. Tras los Decretos de Nueva Planta ya sólo quedaban Navarra y los territorios vascos con fueros propios.La racionalización de la administración central significó eliminar el antiguo sistema de Consejos de los Austrias. El único que se mantuvo fue el Consejo de Castilla que se convirtió en una especie de “Ministerio de Gobernación o del Interior”. Las Secretarías de Estado y de Despacho sustituyeron al resto de los Consejos. Estas secretarías eran similares a los actuales ministerios, pues al frente de éstas se situaba un secretario que despachaba directamente con el rey (Secretarías de Estado, Justicia, Hacienda, Guerra, Marina e Indias)
.Otro aspecto aún más importante de la racionalización administrativa, esta vez, de la administración territorial fue la creación de las intendencias.
Las intendencias eran similares a las actuales provincias y los intendentes tenían amplias funciones de justicia, policía, recaudación de impuestos, reclutamiento de tropas, etc. La reforma de la hacienda fue un aspecto fundamental de la racionalización administrativa, pues permitíó sanear las cuentas del Estado. En primer lugar, los gastos descendieron al finalizar las costosas guerras en Flandes. Por otro lado, los ingresos subieron pues la antigua recaudación indirecta de los arrendadores de impuestos fue sustituida por la recaudación directa de los intendentes.
Las reformas de la hacienda también permitieron descargar a Castilla de todo el peso fiscal, pues los Decretos de Nueva Planta extendieron esta carga a la Corona de Aragón. El Catastro aplicado a Cataluña fue especialmente racional y eficaz, pues reducía una serie de impuestos heterogéneos a una única contribución que además gravaba la tierra. Otros intentos posteriores de mejorar la hacienda fracasaron, pues atentaban contra los intereses de la nobleza y de la Iglesia. Así hacia 1750, el Marqués de la Ensenada fracasó al intentar extender el sistema del catastro catalán al resto de los reinos de Fernando VI. Otro tanto ocurríó con los vales reales de época de Carlos III (1780), que intentaron crear un sistema racional de deuda pública. La hacienda abusó de la emisión de éstos provocando su inflación e invalidez. La creación del Banco de San Carlos (1782) tuvo como objetivo controlar los vales reales y evitar su depreciación.
Por tanto, el despotismo ilustrado manténía el absolutismo político, es decir, todo el poder en manos del rey, pero con una práctica política a favor del pueblo: “todo para el pueblo, pero sin el pueblo”.
Este rey impulsó muchos proyectos de reformas, especialmente en el plano económico. Para ello se ayudó de ilustrados que participaron en su administración (Conde de Aranda, Floridablanca, Jovellanos, Olavide)
Y apoyó las actividades de las Sociedades Económicas de Amigos del País.
Por supuesto, muchas de estas medidas perjudicaban a la nobleza y la Iglesia que mostraron su oposición y descontento en acciones como el Motín de Esquilache (1766).
Carlos III fue conocido como el “mejor alcalde de Madrid” por embellecer la capital y dotarla de alcantarillado, por otro lado, fue importante su política destinada a mejorar las vías de comunicación interior: los caminos.En esta línea hay que citar el Canal de Castilla.
Se trata de una vía de comunicación que formaba parte de una compleja red de canales que recorrería la Meseta Norte de norte a sur (Palencia-Valladolid, etc.) mejorando el transporte en esta tradicional vía de comercio con los puertos del Cantábrico y el aumento de las tierras de regadío. El proyecto fue elaborado en el reinado de Fernando VI. Las obras continuaron durante el reinado de Carlos III, pero el ambicioso proyecto inicial no pudo ultimarse por falta de fondos. Los efectos del canal en el comercio y transporte no fueron los esperados.
Tras la disminución del comercio con América en el Siglo XVII, los Borbones racionalizaron la administración de América, fomentaron un desarrollo económico diversificado, más allá de la explotación de metales preciosos.En América, los Borbones respetaron parte de administración de los Austrias (virreinatos, audiencias, corregimientos) aunque la perfeccionaron. Así, aumentaron de dos a cuatro el número de virreinatos (Nueva España, Perú, Nueva Granada y El Río de la Plata). Sin embargo, eliminaron el Consejo de Indias y la Casa de Contratación. A partir de 1764 se extendieron las intendencias a América.La reforma administrativa de América permitía un control más estrecho de este territorio. Esto encaja con el desarrollo de la economía colonial, especialmente en lo que se refiere a la agricultura. Ciertos cultivos coloniales se fomentaron al tiempo que se concedían las Compañías Privilegiadas (por ejemplo, el cacao de Venezuela). América no sólo proveyó a España de materias primas baratas, sino que fue un importante mercado para el hierro y textiles españoles. La liberalización del comercio con América favorecíó estas actividades.
Con los Reyes Católicos se inicia el periodo más brillante de la Historia de España. Éstos transmiten a sus herederos un Estado castellano, coherente, fuerte, dinámico; Carlos I y Felipe II transforman a España en potencia hegemónica; con los Austrias Menores (Felipe III, Felipe IV y Carlos II) se derrumba el inmenso poderío español.El Siglo XVIII confirmó la pérdida de influencia española en el concierto internacional iniciada en el siglo anterior. Por otro lado la muerte del último de los Austrias supuso la entronización de los Borbones, lo que significó la consolidación de la monarquía absoluta. Los nuevos monarcas intentaron modernizar la administración del Estado y las finanzas. Las nuevas ideas ilustradas intentaron crear un clima favorable para la reforma de la sociedad española tradicional denominada Antiguo Régimen. Estas ideas desembocarán junto a otras causas en la Revolución Francesa (1789), hecho fundamental que acabaría con el poder absoluto de los reyes y generó cambios sociales y económicos conducentes a la sociedad contemporánea actual.
1. La Guerra de Sucesión. A) La cuestión sucesoria
A finales del Siglo XVII España sigue conservando importantes territorios en Europa: Flandes, Milán, Cerdeña, Nápoles y Sicilia, es, por lo tanto, una potencia temida y respetada, aun cuando haya cedido a Francia la hegemonía continental. Desde el punto de vista internacional el panorama es el siguiente: Francia es la potencia más poderosa, pero Inglaterra está en una etapa de crecimiento sin precedentes, la tradicional idea de hegemonía o predominio de siglos anteriores va a ser cuestionada por Inglaterra que propondrá un equilibrio entre países aliados.En 1700 murió sin descendencia directa Carlos II, último rey de España de la Casa de Austria, su testamento dejaba a Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV de Francia, como heredero en todas sus posesiones; evidentemente una misma dinastía gobernando en Francia y España atentaría a la idea de equilibriopropugnada por Inglaterra; así a este testamento se van a oponer: Austria (quiere poner a su propio candidato el archiduque Carlos), Inglaterra y Holanda, que formaron la Alianza de La Haya. En España, Castilla acepta el testamento, pero los reinos de la Corona de Aragón no aceptan a un Borbón como rey (los Borbones tienen fama de centralistas y estos reinos temen perder los fueros y privilegios que conservaban desde la Edad Media y que habían sido respetados por los Austrias).B) El desarrollo de la Guerra de Sucesión
Tendrá dos aspectos distintos, por una parte será una Guerra Civil en España (ya hemos visto que Castilla apoya a Felipe de Anjou y Aragón al archiduque Carlos de Austria), por otro se producirá una guerra europea entre Inglaterra, Austria y Holanda que apoyan al archiduque Carlos de Austria contra Francia que apoya a Felipe de Anjou. La guerra comienza en 1702, su desarrollo fue irregular hasta su fin en 1714. El archiduque Carlos desembarca en Barcelona y la primera etapa de la guerra se salda con triunfos del archiduque, en este orden de cosas el 4 de Agosto de 1704 la flota británica al mando del almirante Roocke toma Gibraltar como base para apoyar al archiduque. A partir de 1707 la balanza se inclina a favor de Felipe de Anjou, son decisivos los triunfos borbónicos en Almansa, Brihuega y Villaviciosa. A partir de aquí es una guerra de desgaste y los diversos contendientes necesitan urgentemente la paz. La situación se complica cuando el archiduque Carlos es nombrado emperador de Austria, si reinase también en España se rompería ese equilibrio que pretendía Inglaterra, ante el temor de reconstruir el Imperio de Carlos I.C) El Tratado de Utrecht de 1713 y el final de la guerra
Por el Tratado de Utrecht de 1713, Inglaterra aceptaría que Felipe de Anjou reinase en España, pero a cambio de una España menos poderosa, así España va a perder todas sus posesiones en Europa, y además Gibraltar y Menorca que pasarán a Inglaterra. Flandes, Milán, Nápoles y Sicilia pasarían a Austria y Cerdeña a Saboyá. Los ingleses además recibirán ventajas comerciales en América a través de la concesión del Navío de permiso y la exclusividad de la trata de esclavos: Asiento de negros.2. Reyes y ministros del Siglo XVIII
Una panorámica general del siglo desde el punto de vista político y enmarcándolo cronológicamente es la siguiente:A) Felipe V (1700-1746)
Con él se inicia la dinastía borbónica en España. Será famoso por la centralización administrativa: decretos de Nueva Planta. Lo que esperaban los catalanes, aragoneses y valencianos se cumplíó. Además de centralizar la administración y suprimir los fueros de la Corona de Aragón, realizó una serie de reformas que no siempre tuvieron éxito. De Enero a Agosto de 1724 abdicó en su hijo Luis I, pero al morir éste a los pocos meses, volvíó a tomar el poder En la primera etapa de su reinado contó con ministros extranjeros como Orry y Alberoni, pero más tarde prefirió a los españoles como José Patíño que reorganizó el ejército, la hacienda y la marinab) Fernando VI (1746-1759).Fue un rey culto y pacífico, pero de salud quebradiza. Su objetivo fundamental fue la modernización del Estado. Heredó de su padre al marqués de la Ensenada, que llevó a cabo la reforma de los impuestos, modernizó la armada y reformó las colonias. Reorganizó el reino y sentó las bases para el gobierno de su hermanastro Carlos III al morir él sin descendencia.
C) Carlos III (1759-1788)
Fue un déspota ilustrado y el rey más importante del siglo por su labor reformadora. Era rey de Nápoles y al morir Fernando VI pasa ser rey de España en 1759, contaba por tanto con experiencia como gobernante. Con él España se integra en Europa, participa activamente en la política continental. En la primera etapa de su reinado cuenta con ministros que se ha traído de Nápoles: Esquilache y Grimaldi, que llevaron a cabo un amplio programa de reformas, sin embargo, contra ellos se alzaron los sectores más conservadores. En una segunda etapa cuenta con ministros españoles: Aranda, Floridablanca y Campomanes que emprendieron reformas más moderadas y aumentaron la autoridad real.D) Carlos IV (1788-1808)
Rey débil y sin carácter que no estuvo a la altura de las necesidades que requería el país en una etapa tan delicada. Durante su reinado se desarrolla la Revolución Francesa y el ascenso de Napoleón. En el gobierno destacaron intelectuales reformistas como Jovellanos. En una segunda etapa deja el poder en manos de Godoy, su favorito (y el de la reina), y la ambición de éste hace que la política española se someta a la francesa, esto conlleva la ocupación napoleónica y la Guerra de la Independencia.3. Reformas en la organización del Estado. La monarquía centralista
Los Borbones introdujeron en España los modelos administrativos franceses, esto significaba que la administración tendería a ser más racional, eficaz y centralista.Este último aspecto era el más complejo, pues la tradición de los Austrias era la de la pervivencia de múltiples administraciones descentralizadas (especialmente en la Corona de Aragón).Los Decretos de Nueva Planta (1707-1714) fueron el principal medio de centralizar la administración. Felipe V aprovechó la “traición” de la Corona de Aragón para abolir sus fueros y cortes y someter estos territorios a las leyes castellanas. De hecho, la Corona de Aragón no apoyó a Felipe V precisamente pues temía la actitud centralista de los Borbones. Tras los Decretos de Nueva Planta ya sólo quedaban Navarra y los territorios vascos con fueros propios.La racionalización de la administración central significó eliminar el antiguo sistema de Consejos de los Austrias. El único que se mantuvo fue el Consejo de Castilla que se convirtió en una especie de “Ministerio de Gobernación o del Interior”. Las Secretarías de Estado y de Despacho sustituyeron al resto de los Consejos. Estas secretarías eran similares a los actuales ministerios, pues al frente de éstas se situaba un secretario que despachaba directamente con el rey (Secretarías de Estado, Justicia, Hacienda, Guerra, Marina e Indias)
.Otro aspecto aún más importante de la racionalización administrativa, esta vez, de la administración territorial fue la creación de las intendencias.
Las intendencias eran similares a las actuales provincias y los intendentes tenían amplias funciones de justicia, policía, recaudación de impuestos, reclutamiento de tropas, etc. La reforma de la hacienda fue un aspecto fundamental de la racionalización administrativa, pues permitíó sanear las cuentas del Estado. En primer lugar, los gastos descendieron al finalizar las costosas guerras en Flandes. Por otro lado, los ingresos subieron pues la antigua recaudación indirecta de los arrendadores de impuestos fue sustituida por la recaudación directa de los intendentes.
Las reformas de la hacienda también permitieron descargar a Castilla de todo el peso fiscal, pues los Decretos de Nueva Planta extendieron esta carga a la Corona de Aragón. El Catastro aplicado a Cataluña fue especialmente racional y eficaz, pues reducía una serie de impuestos heterogéneos a una única contribución que además gravaba la tierra. Otros intentos posteriores de mejorar la hacienda fracasaron, pues atentaban contra los intereses de la nobleza y de la Iglesia. Así hacia 1750, el Marqués de la Ensenada fracasó al intentar extender el sistema del catastro catalán al resto de los reinos de Fernando VI. Otro tanto ocurríó con los vales reales de época de Carlos III (1780), que intentaron crear un sistema racional de deuda pública. La hacienda abusó de la emisión de éstos provocando su inflación e invalidez. La creación del Banco de San Carlos (1782) tuvo como objetivo controlar los vales reales y evitar su depreciación.
4. La Ilustración
Entendemos por Ilustración el movimiento ideológico y filosófico que pretendía convertir a la razón (la ley natural) en el principio básico de toda actividad humana: economía, sociedad, política, etc. La religión, la tradición o la superstición eran consideradas como no racionales, y por tanto no podían ser las guías de la sociedad. La Ilustración, se convertía así en un elemento de progreso y modernización social sin precedentes que, a la larga, contribuiría a los fenómenos revolucionarios del Siglo XIX.El absolutismo era considerado por los ilustrados como un sistema político no racional (ellos propónían los principios de separación de poderes, soberanía nacional, etc.), sin embargo, algunos soberanos absolutos estaban al tanto de las ideas ilustradas y aceptaban muchas de ellas como medio de racionalizar el gobierno, la economía y la sociedad. Estos reyes son los representantes del despotismo ilustrado.Por tanto, el despotismo ilustrado manténía el absolutismo político, es decir, todo el poder en manos del rey, pero con una práctica política a favor del pueblo: “todo para el pueblo, pero sin el pueblo”.
La práctica del despotismo ilustrado: Carlos III
Aunque Felipe V y Fernando VI racionalizaron la administración y el gobierno, quien realmente se acercó al ideal de déspota ilustrado fue Carlos III.Este rey impulsó muchos proyectos de reformas, especialmente en el plano económico. Para ello se ayudó de ilustrados que participaron en su administración (Conde de Aranda, Floridablanca, Jovellanos, Olavide)
Y apoyó las actividades de las Sociedades Económicas de Amigos del País.
Por supuesto, muchas de estas medidas perjudicaban a la nobleza y la Iglesia que mostraron su oposición y descontento en acciones como el Motín de Esquilache (1766).
B) Las reformas y las obras públicas
Entre las reformas ilustradas de Carlos III tenemos que citar:Reformas en la agricultura:
el principal problema para el desarrollo de la agricultura era el régimen de propiedad de la tierra, es decir, el desigual reparto de ésta. Para aumentar la disponibilidad de tierras había que desvincular y desamortizar una gran cantidad de tierras de “manos muertas”, o sea, en manos de la realeza, nobleza, Iglesia, y municipios (bienes propios y comunales). Esto era prácticamente imposible pues hubiera supuesto destruir las bases del orden social estamental que sustentaba el absolutismo. Las medidas fueron, por tanto, más limitadas y muy poco eficaces. Así, Carlos III mandó colonizar nuevas tierras en Sierra Morena (La Carolina, La Carlota, etc.) y fomentó un nuevo proyecto de Ley Agraria (que se retrasó hasta 1794). No obstante se introdujeron y extendieron nuevos cultivos como el maíz, la patata, arroz, viñedos y frutales.Reformas en la industria
Las reformas en la industria y artesanía tuvieron un alcance desigual. Por un lado se fomentaron la manufacturas reales (como en Francia) (por ejemplo la real Fábrica de Tapices de San Fernando), pero éstas sólo afectaban a productos de lujo: porcelanas, cristales, tapices…. Más importantes fueron las reformas en los astilleros que permitieron convertir a España en la tercera potencia marítima después de Inglaterra y Francia.Reformas en el comercio
Las reformas del comercio exterior fueron las medidas económicas más efectivas de Carlos III. Durante todo el Siglo XVIII se produjo una tendencia a romper el monopolio sevillano-gaditano de comercio con América y con Carlos III se decretó la libertad de comercio con América para todos los súbditos de la monarquía. Esta medida incentivó el comercio con América, y también se liberalizó el comercio de granos abaratando los alimentos. Una de las manifestaciones más espectaculares del despotismo ilustrado fue la de las obras públicas.Carlos III fue conocido como el “mejor alcalde de Madrid” por embellecer la capital y dotarla de alcantarillado, por otro lado, fue importante su política destinada a mejorar las vías de comunicación interior: los caminos.En esta línea hay que citar el Canal de Castilla.
Se trata de una vía de comunicación que formaba parte de una compleja red de canales que recorrería la Meseta Norte de norte a sur (Palencia-Valladolid, etc.) mejorando el transporte en esta tradicional vía de comercio con los puertos del Cantábrico y el aumento de las tierras de regadío. El proyecto fue elaborado en el reinado de Fernando VI. Las obras continuaron durante el reinado de Carlos III, pero el ambicioso proyecto inicial no pudo ultimarse por falta de fondos. Los efectos del canal en el comercio y transporte no fueron los esperados.
5. La política borbónica en América
En el Siglo XVIII podemos hablar de una “segunda conquista de América”.Tras la disminución del comercio con América en el Siglo XVII, los Borbones racionalizaron la administración de América, fomentaron un desarrollo económico diversificado, más allá de la explotación de metales preciosos.En América, los Borbones respetaron parte de administración de los Austrias (virreinatos, audiencias, corregimientos) aunque la perfeccionaron. Así, aumentaron de dos a cuatro el número de virreinatos (Nueva España, Perú, Nueva Granada y El Río de la Plata). Sin embargo, eliminaron el Consejo de Indias y la Casa de Contratación. A partir de 1764 se extendieron las intendencias a América.La reforma administrativa de América permitía un control más estrecho de este territorio. Esto encaja con el desarrollo de la economía colonial, especialmente en lo que se refiere a la agricultura. Ciertos cultivos coloniales se fomentaron al tiempo que se concedían las Compañías Privilegiadas (por ejemplo, el cacao de Venezuela). América no sólo proveyó a España de materias primas baratas, sino que fue un importante mercado para el hierro y textiles españoles. La liberalización del comercio con América favorecíó estas actividades.