La Guerra Civil Española: 1936-1939

1. El Alzamiento Militar de 1936

1.1 La Sublevación

La experiencia republicana abrió un camino aplazado. La oligarquía abandonó la vía legal y parlamentaria decantándose, sobre todo desde febrero de 1936, por el golpe de Estado. En la España de 1936, a esta solución se opusieron miles de campesinos y obreros en poderosos sindicatos y partidos, y un importante sector de la clase media (e incluso el ejército). La revolución posterior testimonia que parte de la izquierda también estaba dispuesta a abandonar la legalidad.

El golpe se concibió como un pronunciamiento clásico del siglo XIX. Con apoyo civil (tradicionalistas y falangistas), algunas guarniciones se declararon en «estado de guerra», se apoderaron de órganos de gobierno (ayuntamientos, gobiernos civiles…) y formaron una junta de altos jefes militares para «restablecer el orden». En 1936, este pronunciamiento derivó en un enfrentamiento civil armado.

1.2 El Alzamiento del 18 de Julio

El 17 de julio, tropas coloniales ocuparon Ceuta, Melilla y Tetuán tras eliminar resistencia republicana. Todo el protectorado de Marruecos, con las mejores tropas, quedó en manos de los sublevados. El gobierno de Casares Quiroga y Azaña no tomaron medidas; pidieron calma y Casares se negó a entregar armas a la izquierda.

El 18 de julio, la insurrección era clara. Franco salió de Canarias hacia Marruecos para dirigir el ejército. En la península, Mola declaró el estado de guerra y ocupó Pamplona; Queipo de Llano se apoderó de Sevilla extendiendo la insurrección por Andalucía. La sublevación triunfó en gran parte de Castilla la Vieja y Aragón. Presionado por miles de manifestantes en la Plaza Mayor de Madrid, Casares Quiroga dimitió. Azaña nombró a José Giral presidente de un gobierno de republicanos apoyado por el FP. Al autorizar la entrega de armas a sindicatos y partidos, la división territorial quedó consumada.

2. La Intervención Extranjera

Las potencias fascistas (Alemania, Italia y Portugal), al margen de compromisos internacionales, apoyaron a los rebeldes. A finales de julio, 32 aviones establecieron un puente aéreo trasladando 20.000 soldados coloniales a la Península.

León Blum (Francia) inició conversaciones para un acuerdo de «no intervención». En agosto se adhirieron Inglaterra, Alemania, Italia, Portugal, URSS y otros países (27 en total). Francia cerró su frontera e Inglaterra decretó el embargo a la República. Comisiones militares de Alemania e Italia aumentaron la ayuda logística.

Sin posibilidad de comprar armas en Europa, la República se vio obligada a recurrir a la URSS. Desde octubre de 1936, se generalizaron los envíos de armas y asesores militares, pagados con 510 toneladas de oro. La presencia de las Brigadas Internacionales tuvo un importante efecto moral.

La participación alemana fue importante en aviación (Legión Cóndor), artillería y carros. La italiana fue más numerosa, pero menos estratégica.

3. El Desarrollo del Conflicto

3.1 Consolidación de los Bandos

El golpe fracasó en Madrid (el Cuartel de la Montaña fue reducido por obreros). En Barcelona, unidades rebeldes ocuparon puntos de la ciudad, pero la CNT, la Guardia Civil y los guardias de asalto hicieron fracasar el alzamiento.

Desde Cataluña hasta Málaga, la cuenca mediterránea quedó del lado republicano. También permaneció leal Castilla la Nueva, parte de Extremadura y Andalucía. En el Norte, la actitud de José Antonio Aguirre (PNV) fue decisiva para que el País Vasco (excepto Álava) y la costa cantábrica (excepto Galicia y Oviedo) permanecieran leales.

Económicamente, la zona republicana controlaba los principales centros industriales, la agricultura de exportación y las minas. Disponía del oro del Banco de España, aunque adquirir armas en el extranjero fue difícil inicialmente. La posición militar era comprometida: la flota y la aviación permanecieron leales, pero el gobierno desconfiaba de la oficialidad de tierra y optó por disolver el ejército. Las milicias de partidos (PSOE, PCE, IR, POUM) y sindicatos (CNT, UGT) asumieron los primeros combates.

Tras sofocar el alzamiento en Madrid y Barcelona, columnas de milicianos intentaron recuperar Zaragoza, Córdoba, Albacete y Guadalajara con resultados desiguales.

Económicamente, la zona sublevada contaba con tierras de cereales y centros mineros y agrícolas. Militarmente, contaba con buenos oficiales, pero desconfiaba de los soldados de reemplazo. Las mejores tropas (47.000 regulares y legionarios, más mercenarios moros) estaban en Marruecos bajo Franco. Pasarlas a la Península era fundamental.

3.2 Batalla de Madrid y Caída del Frente Norte

Tras cruzar el Estrecho, Madrid fue el objetivo principal. En agosto de 1936 cayó Badajoz, y en septiembre se liberó el Alcázar de Toledo. El gobierno republicano abandonó Madrid por Valencia. Sin embargo, Madrid resistió (Brigadas Internacionales, material ruso, combatientes catalanes). Los intentos de cortar comunicaciones con Levante (batallas del Jarama y Guadalajara) fracasaron. Franco concentró sus tropas en el Norte.

En la campaña del Norte se usaron nuevas técnicas bélicas (destrucción de ciudades como Guernica) y concentración de unidades poderosas. El 19 de junio de 1937, los «nacionales» ocuparon Bilbao, suprimiendo los conciertos económicos de Vizcaya y Guipúzcoa y el Estatuto Vasco. Tras la caída del País Vasco, el ejército republicano lanzó ofensivas (Brunete y Belchite) sin evitar la caída de Santander y Asturias.

3.3 De Teruel a la Batalla del Ebro

El Ejército Popular de Negrín lanzó ofensivas rechazadas por falta de reservas. Tras recuperar Teruel en invierno de 1937, el contraataque de Franco en febrero de 1938 eliminó el frente aragonés, conquistó Lérida y llegó al Mediterráneo por Vinaroz, dividiendo la zona republicana (abril 1938).

Cataluña estaba amenazada, pero Franco atacó Valencia, ataque interrumpido por la batalla del Ebro, la última gran ofensiva republicana. Tras su fracaso, el ejército del Norte desapareció y la suerte de Cataluña estaba decidida.

3.4 Caída de Cataluña y Fin de la Guerra

Tras la batalla del Ebro, el ejército catalán, escaso de efectivos y moral, no pudo contener la ofensiva de Franco (23 de diciembre de 1938). El 26 de enero de 1939, Barcelona cayó sin resistencia. La caída de Gerona provocó la huida a Francia de miles de refugiados y del gobierno. Negrín y algunos ministros volvieron a la zona republicana, pero Azaña dimitió.

Los republicanos mantenían 50.000 combatientes. El 27 de febrero, Francia y Gran Bretaña reconocieron a Franco. Un nuevo enfrentamiento armado en el bando republicano aceleró el final de la guerra.

El 5 de marzo, un golpe de Estado dirigido por el coronel Casado, con apoyo de anarquistas y socialistas, derrocó a Negrín. Se formó una Junta de Defensa para negociar una «paz honrosa». La oposición comunista provocó luchas callejeras. El Consejo Nacional de Defensa, presidido por Miaja, negoció unilateralmente con Franco, ordenando el abandono de los frentes. La guerra terminó el 1 de abril de 1939.

4. La España Republicana: Guerra y Revolución

4.1 La Revolución de 1936: El Poder Popular

Se produjo un movimiento revolucionario espontáneo y plural, con mayor o menor apoyo del gobierno central o la Generalitat. Se crearon órganos de poder popular (comités de milicias antifascistas, comités del Frente Popular) que dirigían el esfuerzo bélico y la vida civil. Excepto en el País Vasco, la mayoría de las industrias fueron colectivizadas, pasando a control obrero. Algunas industrias básicas fueron intervenidas por el gobierno. La banca no fue nacionalizada.

La colectivización del campo fue más drástica. En algunas regiones de Aragón y Castilla-La Mancha se colectivizó todo el término municipal, dando paso a experiencias de comunismo libertario, sustituyendo el dinero por vales.

4.2 El Enfrentamiento Republicano: Sucesos de Mayo de 1937

En septiembre de 1936, Azaña formó un gobierno presidido por Largo Caballero con ministros comunistas y anarquistas. Este gobierno pretendía centralizar el esfuerzo bélico (militarización de las milicias) y reconstruir el Estado, manteniendo las conquistas revolucionarias. Hubo fuertes divergencias internas sobre cómo plantear la guerra.

El conflicto cristalizó en un enfrentamiento armado en Cataluña (2 de mayo de 1937) cuando tropas de la Generalitat intentaron ocupar la Telefónica, ocupada por la CNT. El enfrentamiento acabó con la llegada de parte de la flota y guardias de asalto de Madrid.

Las consecuencias fueron la asunción por el gobierno central de competencias de la Generalitat en defensa y orden público, y la caída de Largo Caballero. El anarco-sindicalismo quedó desplazado, beneficiando al PCE. La guerra tomó una nueva orientación bajo Negrín, trasladando la sede del gobierno a Barcelona en octubre de 1937.

4.3 Los Esfuerzos de Negrín

La caída del Norte y la intervención italo-alemana produjeron pesimismo. Negrín logró consenso en su política de resistencia a ultranza: control estatal de recursos, paralización de experiencias colectivistas y una guerra convencional a cargo del Ejército Popular.

Esta orientación provocó conflictos: dirigentes del POUM fueron encarcelados y Andreu Nin asesinado. Fuerzas gubernamentales disolvieron colectivizaciones aragonesas. Muchos que se opusieron a los rebeldes en julio de 1936 se sintieron traicionados.

4.4 Los Trece Puntos de Negrín

En 1938, las derrotas redujeron la capacidad de resistencia. Negrín asumió Defensa, formó un nuevo gobierno incluyendo a la CNT y continuó la guerra bajo el lema «resistir es vencer».

Para obtener apoyo internacional, Negrín elaboró un programa de «trece puntos», sin eco dentro ni fuera de España. Franco solo aceptaría una rendición incondicional. Francia e Inglaterra no ocultaban su política de concesiones a Hitler. Stalin, tras el Pacto de Munich, abandonó la política de frentes populares y preparaba su pacto de no agresión con Hitler. La República tenía los días contados.

5. La España Nacional: Un Estado Totalitario

5.1 El Ejército Vertebrador

Los jefes militares no tenían un proyecto político definido. Había africanistas (Mola, Franco), falangistas (Yagüe, Muñoz Grandes), monárquicos (Orgaz, Fanjul), carlistas (Varela) y republicanos (Queipo, Cabanellas). Cabanellas presidió la Junta de Defensa Nacional creada en Burgos el 24 de julio de 1936, asumiendo todos los poderes del Estado.

La Junta prohibió la actividad de partidos políticos y paralizó la reforma agraria del Frente Popular. Para cubrir necesidades de guerra, controló la actividad financiera e incautó industrias.

5.2 Hacia el Mando Único: Franco

Franco se fortaleció en relación a la Junta: su ejército marchaba hacia Madrid y monopolizaba la ayuda fascista. El 1 de octubre de 1936, un decreto lo nombró Generalísimo y Jefe del Gobierno, asumiendo todos los poderes.

Franco controló militarmente, pero le faltaba un aparato político. El 1 de abril de 1937, fue nombrado jefe de la Falange Española Tradicionalista y de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (FET y de las JONS), integrando a los grupos que apoyaban el alzamiento. El control militar estaba garantizado por la pertenencia de jefes y oficiales al nuevo partido.

La unificación provocó oposición en carlistas y falangistas. José Antonio Primo de Rivera había sido fusilado y su sucesor, Hedilla, fue condenado a muerte por Franco y luego indultado.

5.3 El Gobierno de Burgos

El 30 de enero de 1938, se formó el primer gobierno de Franco, jefe del Estado y presidente del gobierno. Entre las leyes aprobadas destacan:

  • Marzo 1938: Fuero del Trabajo. Bases del sindicalismo vertical estatal, incluyendo empresarios y trabajadores. Huelgas y reclamaciones colectivas eran «delitos de lesa patria».
  • Leyes sobre prensa e imprenta.
  • Legislación favorable a la Iglesia: derogación de leyes del matrimonio civil y divorcio, culto religioso en enseñanza y ejército, retribución estatal a sacerdotes.
  • Ley de Responsabilidades Políticas. Tribunales mixtos (ejército, poder judicial y Falange) aplicaban penas como la apropiación de bienes a personas ligadas a partidos de izquierdas.

6. Las Repercusiones

La guerra tuvo consecuencias importantes: muertes, exilio, represión y pérdidas económicas.

6.1 Pérdidas Demográficas

Se estiman en al menos un millón de personas: 300.000 en combate, 200.000 fusilados y asesinados, más pérdidas por enfermedades y desnutrición. También hubo descenso de la natalidad. Las ejecuciones continuaron tras la guerra (33.394 muertes violentas en 1941).

6.2 El Exilio

Tuvo relevancia cualitativa: intelectuales, científicos, etc. Hubo dos exilios: en Francia, mayoritariamente obrero; en México, de intelectuales. También hubo exiliados en el norte de África, la URSS y otros países iberoamericanos. Es difícil calcular el número, pues muchos regresaron.

6.3 La Represión

Además de las muertes, hubo condenas, «topos» (personas escondidas), exilio interior, depuraciones y el maquis (hasta 1945).

6.4 Pérdidas Económicas

Descenso de población, pérdida de reservas de oro, gastos de guerra y destrucción de infraestructuras. El bienestar anterior a la guerra no se recuperó hasta dos décadas después.

Preguntas Cortas

¿Por qué la rebelión militar de 1936 se transformó en una guerra civil?

El golpe de Estado, concebido como un pronunciamiento clásico, encontró en 1936 condiciones que lo hicieron derivar hacia un enfrentamiento civil armado. La oposición de miles de campesinos y obreros en sindicatos y partidos, que recibieron armas tras la decisión de Giral, y un importante sector de la clase media y del ejército, provocó una profunda división.

Explica las razones del triunfo final del bando “nacional”.

Hubo razones internas y externas. Internamente, el mando único de Franco contrastaba con las luchas internas del bando republicano por el poder y la forma de llevar a cabo el esfuerzo bélico (sucesos de mayo de 1937 y golpe de Casado). Paralelamente a la guerra, hubo un proceso revolucionario desigual que dividió a los republicanos, identificándolos con la URSS, no con las democracias europeas.

Externamente, la política de apaciguamiento de las potencias fascistas perjudicó a la República, obligada a comprar armas en la URSS. El acuerdo de «no intervención» solo justificó esa política. El proceso revolucionario interior alejó a la República de las democracias occidentales. La España nacional recibió apoyo de las potencias fascistas, apoyo decisivo.

¿Cuáles fueron las repercusiones de la guerra civil española?

La guerra tuvo consecuencias importantes en varios órdenes: pérdidas demográficas (al menos un millón de personas), exilio (intelectuales y obreros), represión (condenas, «topos», exilio interior, depuraciones y maquis) y pérdidas económicas (descenso de población, pérdida de oro, gastos de guerra y destrucción de infraestructuras).

Texto: Discurso de Manuel Azaña

En julio de 1936, España tenía un régimen político legítimo, reconocido por todas las potencias. Esta situación era el ejercicio del derecho del pueblo español a regirse libremente. Un día de julio, estalló una rebelión. Partidos o grupos políticos, disconformes con la política republicana, resolvieron derrocar la República por la fuerza, usando una gran parte del ejército. Para el Estado español, era una alteración gravísima del orden público. Si la rebelión no hubiera tenido auxilio extranjero, habría fracasado.

Preguntas Dirigidas

Resume el contenido del texto.

En julio de 1936, había un régimen político legítimo. Una rebelión de partidos o grupos políticos disconformes con la política republicana intentó derrocar la República usando el ejército. Esta rebelión, vencida en varias regiones, habría fracasado sin el auxilio de potencias extranjeras.

Explica el papel del Comité de No Intervención y la ayuda extranjera.

Las potencias fascistas apoyaron a los rebeldes. León Blum inició conversaciones para un acuerdo de «no intervención», al que se adhirieron varios países. Francia cerró su frontera e Inglaterra decretó el embargo a la República. Alemania e Italia aumentaron la ayuda logística. La República tuvo que comprar armas a la URSS, mientras que las Brigadas Internacionales apoyaron moralmente a la República. Alemania tuvo una importante participación en aviación (Legión Cóndor), artillería y carros, mientras que la participación italiana fue más numerosa pero menos estratégica.

Define Manuel Azaña.

Político y escritor español. Fundó dos partidos republicanos (Acción Republicana e Izquierda Republicana). Ocupó cargos políticos: ministro de Guerra, presidente del Gobierno y presidente de la República. Murió en el exilio en 1940.

Mapa

Señala las fases más importantes de los enfrentamientos militares.

a) Batalla de Madrid y caída del frente Norte: Avance franquista hasta diciembre de 1937. Tras la estabilización de los frentes, Madrid fue el objetivo principal. Cayeron Badajoz y se liberó el Alcázar de Toledo. Madrid resistió gracias a las Brigadas Internacionales, material ruso y combatientes catalanes. Los intentos de cortar comunicaciones con Levante fracasaron. Franco concentró sus tropas en el Norte. Los «nacionales» ocuparon Bilbao, suprimiendo los conciertos económicos y el Estatuto Vasco. El ejército republicano lanzó ofensivas (Brunete y Belchite) sin evitar la caída de Santander y Asturias.

b) De Teruel a la Batalla del Ebro: Avance franquista hasta diciembre de 1938. El Ejército Popular lanzó ofensivas rechazadas por falta de reservas. Tras recuperar Teruel, el contraataque de Franco eliminó el frente aragonés, conquistó Lérida y llegó al Mediterráneo, dividiendo la zona republicana. Franco atacó Valencia, ataque interrumpido por la batalla del Ebro.

c) Caída de Cataluña y fin de la guerra: Tras la batalla del Ebro, Cataluña cayó ante la ofensiva de Franco. Barcelona cayó sin resistencia. La caída de Gerona provocó la huida a Francia. Un golpe de Estado de Casado derrocó a Negrín. La guerra terminó el 1 de abril de 1939.

¿Qué causas motivaron la derrota final del bando republicano?

Hubo razones internas (luchas internas por el poder, proceso revolucionario desigual que dividió a los republicanos e identificó con la URSS) y externas (política de apaciguamiento de las potencias fascistas, apoyo de las potencias fascistas al bando nacional).

Define Guernica.

Localidad vizcaína que sufrió un ataque aéreo en abril de 1937, destruyendo el centro y dejando numerosos muertos. El bombardeo fue obra de la aviación alemana que apoyaba a Franco. Fue elegida por su simbolismo, al albergar la Casa de Juntas.

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