La Guerra Civil Española (1936-1939)
La Sublevación Militar y el Estallido de la Guerra
Las tensiones políticas y sociales de la Segunda República se acentuaron en la primavera de 1936. Esto propició que un grupo de militares monárquicos y conservadores (José Sanjurjo, Emilio Mola y Francisco Franco), con la adhesión de grupos de derecha (Falange, Renovación Española y Carlistas), prepararan un golpe de Estado.
La insurrección militar se inició en Melilla el 17 de julio, extendiéndose rápidamente. El gobierno de Casares Quiroga reaccionó con lentitud, dimitiendo y siendo sustituido por Martínez Barrio. El golpe triunfó en numerosas zonas, pero fracasó en Madrid y Barcelona. Este fracaso parcial dividió el territorio en dos zonas e inició la guerra.
La sublevación contó con el apoyo de la mayor parte de los oficiales del ejército, los regulares de África y la Legión, además del sustento exterior de Alemania, Portugal e Italia. La zona republicana, por su parte, comprendía las regiones industriales y las reservas de oro del Banco de España. La armada, sin muchos de sus oficiales, y la aviación, boicoteada repetidas veces, permanecieron leales al gobierno republicano.
Desarrollo del Conflicto: Etapas y Evolución
La Guerra Civil se desarrolló en cinco etapas:
Primera Etapa
El objetivo principal de ambos bandos era Madrid. Franco llegó con el ejército a la península. Casares Quiroga y Martínez Barrio dimitieron al negarse a entregar armas al pueblo. El poder pasó a Giral, quien armó al pueblo, pero dimitió por su incapacidad para controlar la situación.
Segunda Etapa (Septiembre 1936 – Marzo 1937): La Batalla de Madrid
Los sublevados concentraron sus fuerzas en la capital: Mola desde el norte y Franco desde el sur (tras tomar Badajoz y liberar el Alcázar de Toledo). Madrid resistió gracias a la defensa del ejército y las milicias. Ante la resistencia, los nacionales intentaron aislar Madrid mediante un cerco, que fue roto en el Jarama y en Guadalajara (donde los italianos fueron frenados). Madrid resistió bajo el grito de “¡No pasarán!”, y los sublevados se centraron en otras zonas. Paralelamente, los republicanos fracasaron en su intento de tomar Aragón.
Tercera Etapa (Abril – Octubre 1937): La Campaña del Norte
El objetivo era la franja cantábrica, importante por sus minas e industria. La Legión Cóndor (aviación alemana) bombardeó Guernica. Bilbao, Santander y Gijón cayeron sucesivamente. La ofensiva republicana en Brunete, para aliviar la presión en el norte, fracasó.
Cuarta Etapa: La Campaña de Aragón
El bando republicano, moralmente destrozado, intentó sin éxito tomar Aragón. Esto provocó la dimisión del ministro de defensa, Indalecio Prieto, sustituido por Juan Negrín. Negrín intentó negociar la derrota con Franco, sin éxito. La Batalla del Ebro, la mayor de la guerra, supuso la división y casi total destrucción del ejército republicano.
Quinta Etapa: La Campaña de Cataluña y el Fin de la Guerra
Las capitales catalanas cayeron casi sin resistencia. Franco se negó a negociar. En marzo de 1939, las tropas nacionales entraron en Madrid, poniendo fin a la guerra.
Evolución de los Bandos
En el bando republicano, el principal problema fue la falta de dirección y organización política, divididos entre republicanos y anarquistas. Carecían de un ejército leal y cualificado, luchando con milicias poco organizadas e indisciplinadas.
El bando nacional, inicialmente con el objetivo de resistir al comunismo, se organizó bajo un mando único tras la resistencia de Madrid. Franco fue elegido dirigente tras la muerte de Sanjurjo, por su prestigio y victorias.
Tras la guerra, Franco estableció una dictadura que duró hasta su muerte el 20 de noviembre de 1975.