La Guerra Civil Española (1936-1939): Causas, Desarrollo y Consecuencias

La Guerra Civil Española (1936-1939)

Causas del Conflicto

Desde el inicio de la República, parte del ejército conspiraba en su contra, incluso desde la victoria del Frente Popular. Generales como Franco comenzaron a fraguar una conspiración insurreccional. Como líder se designó a Sanjurjo, aunque su defunción y el fracaso de Goded y Fayol permitieron a Mola convertirse en coordinador de la trama.

En julio de 1936, el coronel Yagüe se alza en armas contra la República en Melilla, algo a lo que Franco se adhiere asegurando la victoria en Canarias y el apoyo militar africano. Ante la lentitud republicana, el alzamiento gana enteros en lugares como Pamplona, Sevilla y ambas Castillas.

El presidente Quiroga, desbordado por la situación, dimite siendo sustituido por Martínez Barrio, quien también dimite a favor de José Giral, encargado de repartir armas a republicanos, socialistas, anarquistas y comunistas. A partir del 20 de julio, el alzamiento triunfa en zonas de predominio latifundista y conservador, al contrario que el gobierno de tendencia izquierdista.

Desarrollo de la Guerra

Estabilidad de los Frentes (1936)

El objetivo rebelde era la toma de Madrid ante la impotencia del ejército y del gobierno. Junto al apoyo italiano, el ejército africano ocupa Andalucía y Badajoz, mientras que Mola envía tropas desde Pamplona. Madrid es cercada y el gobierno se traslada a Valencia, momento en el que el general Miaja detiene a los rebeldes.

En septiembre, Mola conquista San Sebastián a la vez que el intento de recuperación republicana en Aragón y Baleares fracasa. Dicha estabilización de ambos frentes abre una nefasta guerra al buscar apoyos internacionales.

Las Grandes Operaciones Militares (1937-1938)

Franco intenta tomar Madrid, fracasando tras las batallas de Guadalajara y Jarama, dando lugar a su vez a un cambio de estrategia basada en una guerra de desgaste. De este modo, Málaga y otras ciudades andaluzas caen, mientras que el bombardeo de Guernica provoca la ocupación de Mola en Bilbao. Ello conlleva al dominio de la franja cantábrica y, por consiguiente, de la siderurgia y la fabricación de armas nacionales.

A finales del 37, la lucha por Teruel y la ocupación franquista de Vinaroz al siguiente año dan lugar a una ruptura de la zona republicana, por lo que el gobierno se traslada a Barcelona. Las fuerzas republicanas muestran su debilidad, pero ninguna quería frenar la guerra ya que esperaban el estallido de un conflicto internacional.

En 1938, se produce la última gran ofensiva republicana en la batalla del Ebro, saldada con la victoria carlista.

Descomposición del Ejército Republicano (1939)

Entre los dos primeros meses del año 39, Franco ocupa Tarragona, Barcelona y Girona, provocando el exilio del gobierno hacia Francia. De este modo, Azaña dimite, pese a la resistencia mostrada por Negrín en Madrid, y el coronel Casado ofrece la rendición al que sería llamado Caudillo. El 1 de abril de 1939, se produce la entrega de las ciudades levantinas y andaluzas restantes.

Dimensión Internacional

La Guerra Civil Española supone la última batalla frente al fascismo o comunismo, dependiendo de la fuerza ideológica que la observaron.

Apoyo a la República

  • Brigadas Internacionales: Voluntarios formados por izquierda europea y estadounidense. A pesar de su amplio número de beligerantes (40.000), su desorganización supuso su retirada en 1938 tras la petición republicana.
  • URSS: Aporta armas y consejeros a los republicanos.
  • Vaticano: Bajo la figura de Pío XII, apoya a la República, aunque en 1937 autoriza la defensa franquista debido al anticlericalismo republicano.
  • Intelectuales: Apoyan la República, reflejado con el II Congreso de Escritores para la Defensa de la Cultura celebrado en Madrid en pleno conflicto bélico.
  • México: Envía fusiles.

Apoyo al Bando Sublevado

  • Alemania, Portugal e Italia: Apoyo directo.
  • Francia y Reino Unido: A pesar de su declaración de neutralidad, mostraron una tendencia a favor del alzamiento.

Evolución Política en la Zona Republicana

La zona republicana viene presidida por factores como la intención de mantener el sistema pese a la guerra, el descontrol social, la ruptura entre fuerzas minoritarias e izquierda obrera, y el dilema entre guerra y revolución.

Tras la dimisión de Quiroga, llega Martínez Barrio, quien dimite al no entregar armamento al pueblo, hecho que sí realizaría José Giral. La época estival de 1936 evidencia la ingobernabilidad de la zona republicana, surgiendo el poder popular con la creación del Comité Revolucionario sustentado en la prohibición del culto religioso.

En septiembre de 1936, el gobierno recae en el socialista Largo Caballero, quien formaría un gabinete de concentración nacional, formado por el Frente Popular, comunistas, anarquistas y nacionalistas. Emprende una activa política con la finalidad de recuperar el apoyo obrero mediante la reducción de alquileres. La oposición de Largo Caballero se halla en el PSOE, que quería aplazar la revolución hasta el fin del conflicto. Es sustituido por Negrín.

Negrín antepone la guerra como vía de salvación republicana, tomando medidas como la salida del gobierno de los sectores más radicales. Con la dimisión de Azaña, liberales, militares y la derecha del PJOE abandonan el gobierno, con el único apoyo republicano en el PCE.

La Zona Sublevada

La España nacional durante los años del conflicto se sustentó en la institucionalización de un nuevo estado y la política ligada al conservadurismo. Con el fallecimiento de Sanjurjo, jefes militares constituyen la Junta de Defensa Nacional con la finalidad de coordinar las acciones bélicas, prohibiendo la actividad política, así como paralizando la reforma agraria.

De este modo, Franco formó la Junta Técnica del Estado inspirada en el fascismo italiano con la creación del único partido, Falange Española Tradicionalista y de las JONS, compuesta por falangistas y carlistas. El primer gobierno de Franco llega en enero de 1938, concentrando en su persona los poderes legislativos y ejecutivos, mientras se hacía llamar con el seudónimo de Caudillo. La España franquista se sustentó en la oligarquía tradicional y sectores rurales con una sociedad ligada a los valores de Iglesia, Ejército y Falange. Cabe destacar la extrema dureza con la que se elaboró el estado franquista.

Consecuencias

  • Personas huidas al exilio.
  • Defunciones entre 500.000 y 600.000, sobre todo en la minería.
  • Pérdida de infraestructuras.
  • Descenso de la producción.
  • Controversia económica.
  • Inicio de una posguerra ligada al ambiente sombrío a causa de la dictadura.

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