La Guerra Civil Española (1936-1939): Resumen y Análisis

La Guerra Civil Española (1936-1939)

Contexto Histórico

El orden público, la gestión de los abastecimientos, el comercio exterior, la administración de justicia y la industria de guerra, dejaron de lado la administración autonómica, hechos que provocaron fricciones en la Generalitat. En 1938, la situación se hizo muy difícil en el territorio republicano. Para buscar apoyos internacionales, el jefe de gobierno propuso una salida negociada a la guerra y para mayo publicó el Programa de los Trece Puntos donde proponía las condiciones para el cese de la lucha armada, que fueron rechazadas por Franco. En septiembre de 1938, la República recibió un golpe muy duro cuando se firmó el Acuerdo de Munich, por medio del cual Gran Bretaña y Francia reconocían la ocupación de los Sudetes por Hitler y claudicaban ante el expansionismo nazi. Negrín insistió en la resistencia militar, que quedó reflejada en el lema «resistir es vencer». La pérdida de Cataluña entre los meses de enero y febrero del 39 significó el exilio de los gobiernos de la República, de Cataluña y del País Vasco. A principios de marzo, Manuel Azaña presentó en París su dimisión como presidente de la República.

3.1. El Ascenso de Franco

La muerte accidental en Lisboa, el 20 de julio del 36, del general Sanjurjo planteó el problema del liderazgo en la dirección militar y en el gobierno del territorio controlado por los insurrectos. El 24 de julio se creó en Burgos la Junta de Defensa Nacional, integrada por militares y presidida por el general más antiguo, Miguel Cabanellas. Sus primeras medidas fueron la prohibición de la actividad de todos los partidos políticos, la suspensión de la Constitución y la paralización de la reforma agraria. Los primeros meses de la guerra, el general Franco fue ganando partidarios y consolidó su liderazgo dentro del ejército, sobre todo, después de liberar el Alcázar de Toledo. El hecho de que Hitler y Mussolini lo reconocieran como interlocutor para negociar el apoyo a la insurrección propició que el día 30 de septiembre los militares lo eligieran jefe del Alzamiento. El 1 de octubre del 36 se publicó el decreto que lo nombraba Jefe del Estado y Generalísimo de los Ejércitos Españoles. La Junta de Defensa Nacional fue sustituida por una Junta Técnica. A partir de octubre del 36, Franco aplicó una estrategia de alargamiento de la guerra que le permitió consolidar la insurrección. En abril del 37, Franco dio a conocer el decreto de unificación que unía falangistas y carlistas en un partido único: Falange Española Tradicionalista y de las JONS. Franco sería el Jefe Nacional de este partido único. El nuevo partido adoptó el uniforme con camisa azul de la Falange y la boina roja de los carlistas, así como el saludo fascista con el brazo en alto. El proceso de institucionalización del nuevo Estado franquista culminó en enero de 1938 con la desaparición de la Junta Técnica y la formación del primer gobierno de la zona nacional. Franco concentraba en su persona la Jefatura del Estado y la Presidencia del Gobierno; a partir de ese momento fue Caudillo de España. En marzo del 38 se aprobó la primera de las Leyes Fundamentales, Fuero del Trabajo, inspirada en el fascismo italiano, y se prohibieron las huelgas y las reivindicaciones obreras.

3.2. La Represión Franquista

La construcción del Estado franquista estuvo acompañada de una violencia extrema que formaba parte de las directrices fijadas por los dirigentes de la insurrección y que supuso la eliminación de los vencidos en los territorios militarmente ocupados por las fuerzas rebeldes. Personas relevantes fueron asesinadas por lo que significaban como símbolos de la República más que por su acción política, como el caso del poeta Federico García Lorca, asesinado en Granada. La represión tuvo un carácter sistemático, planificado, y fue llevada a cabo por el ejército, militantes de la Falange y por las autoridades políticas contra cualquier sospechoso de simpatizar con las izquierdas. La intención era imponer un clima de terror que impidiera cualquier intento de contestación.

3.3. La Guerra Civil en Cataluña

La guerra fue también una guerra civil catalana, con catalanes en ambos bandos. Los resultados electorales del 16 de febrero del 36 dieron apoyo activo a la República, mientras que sectores conservadores y de la Iglesia apoyaron a los rebeldes.

4.1. La Batalla de Madrid

En julio del 36, las tropas de África, legionarios y regulares bajo el mando del general Franco, tenían como objetivo esencial tomar Madrid. En agosto, las tropas rebeldes del coronel Yagüe ocuparon Badajoz y consiguieron abrir un enlace a través de una franja estrecha con el ejército del norte. En septiembre, Franco decidió desviarse para ocupar Toledo y poner fin al asedio del Alcázar. El 6 de noviembre, el gobierno republicano tomó la decisión de trasladarse a Valencia; la capital quedó en manos de una junta presidida por el general Miaja. Madrid resistió pese al ataque frontal del ejército insurrecto y a las constantes incursiones aéreas, gracias a la ayuda de las primeras Brigadas Internacionales, de los tanques rusos y de las columnas de voluntarios catalanes, entre ellas la dirigida por Buenaventura Durruti. En Cataluña, las columnas de milicianos voluntarios se desplazaron a finales de julio hacia Aragón con la intención de recuperar Huesca y Zaragoza, pero no lo consiguieron, como tampoco recuperar Mallorca para la República; este fracaso proporcionó una plataforma logística decisiva a la aviación franquista. Una vez rechazado el intento de ocupar Madrid, los rebeldes iniciaron dos maniobras de cerco para aislar la capital y cortar las comunicaciones con Valencia. La primera maniobra fue la batalla del Jarama en febrero del 37, en la que los rebeldes cruzaron el río pero fueron detenidos por los republicanos. La segunda fue la batalla de Guadalajara en marzo del 37, donde las tropas italianas sufrieron una derrota por parte del nuevo Ejército Popular de la República; esta fue la primera victoria republicana. En febrero del 37, las tropas de Queipo de Llano bombardearon y ocuparon Málaga.

4.2. La Campaña del Norte

Los combates para conquistar la zona norte se produjeron entre abril y octubre del 37. Los insurrectos atacaron Vizcaya los últimos días de marzo. El 26 de abril, la ciudad de Gernika fue arrasada por la aviación nazi por orden del Cuartel General de Franco. Se produjo por primera vez en la historia un bombardeo aéreo sobre población civil. El bombardeo de Gernika fue inmortalizado por el pintor Pablo Picasso en la obra Guernica. Bilbao fue ocupada el 19 de junio gracias a la superioridad de los insurrectos en armamento y en aviación. En julio, la República emprendió el ataque de Brunete y más adelante el de Belchite, pero no pudo evitar que las tropas de Franco entraran en agosto en Santander y que dos meses más tarde ocuparan Asturias.

4.3. La Batalla de Teruel

A finales de 1937, los republicanos intentaron una serie de reformas del ejército: lo dotaron de mandos profesionales, se integraron los cuadros procedentes de las milicias y de los brigadistas internacionales, y colocaron al frente a un prestigioso general, Vicente Rojo, que diseñó diferentes ofensivas, la más importante la de Teruel en el invierno del 37-38. Pero en febrero del 38, el ejército de Franco volvió a ocupar Teruel y aprovechó el desgaste sufrido por las tropas republicanas para iniciar la campaña de Aragón en marzo del 38. El 3 de abril, los nacionales ocuparon Lérida y Gandesa y poco después Balaguer, Tremp, Camarasa y las centrales hidroeléctricas de los Pirineos, hasta alcanzar el Mediterráneo por Vinaroz, con Valencia como nuevo e inminente objetivo.

4.4. La Batalla del Ebro

El progreso de las tropas rebeldes quedó parado cuando el ejército republicano, que había recibido nuevo armamento, reorganizó sus unidades desde Cataluña y diseñó una poderosa ofensiva sobre el río Ebro. La Batalla del Ebro fue uno de los episodios militares más importantes de la guerra. Comenzó el día 25 de julio del 38 con el ataque republicano que atravesó el río Ebro entre Benifallet y Mequinenza y conquistó poblaciones como Ascó, Mora d’Ebre, etc. Avanzaron hacia el interior y se hicieron fuertes en la zona de Gandesa. Franco envió refuerzos, incluyendo la aviación alemana e italiana y también el Tercio de Nuestra Señora de Montserrat. A principios de noviembre, Franco ocupaba el sur de Tarragona y atravesaba el río Ebro. El 16 de noviembre del 38 se consideró terminada la batalla. El 23 de diciembre, Franco decidió la ocupación de Cataluña. Tarragona fue ocupada el 15 de enero y Barcelona el 26. Con la caída de Girona se produjo el éxodo hacia Francia de miles de fugitivos.

4.5. El Fin de la Guerra

En febrero del 39, el único territorio en manos de los republicanos era la zona centro: Madrid, el frente de Levante y la región mediterránea desde el norte de Valencia hasta Almería. Negrín volvió de Francia e hizo el último esfuerzo para reorganizar el ejército. A principios de marzo se produjo en Madrid una insurrección contra el gobierno republicano dirigida por el coronel Segismundo Casado, que había mantenido contactos con los servicios de espionaje franquista para entregar la ciudad de Madrid y acabar la guerra por medio de negociaciones con Franco. Con el apoyo de algunos socialistas y de la UGT se creó la Junta de Defensa para negociar con Franco, pero él solo aceptó una rendición sin condiciones. El 28 de marzo, las tropas de Franco entraron en Madrid sin resistencia.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *