La Guerra Civil Española (1936-1939): Sublevación, Conflicto y Derrota Republicana

Sublevación Militar y Guerra Civil (1936-1939)

La Guerra Civil Española puso fin al proceso modernizador de la Segunda República, tras la reacción de los grupos oligárquicos temerosos de perder sus privilegios. El enfrentamiento se percibió como una confrontación entre los valores democráticos y los autoritarios fascistas. De ahí que la repercusión internacional del mismo, supusiera un “ensayo” del posterior conflicto, la Segunda Guerra Mundial. La victoria del bando franquista dará lugar al establecimiento de una larga dictadura militar con la consiguiente pérdida de libertades.

Sublevación Militar

El triunfo electoral del Frente Popular reactiva las tramas conspiratorias de la Unión Militar Española (UME) liderada por el General Sanjurjo desde su exilio portugués y con el apoyo de la oligarquía económica. Tímida reacción del gobierno dispersando los militares sospechosos: Mola a Navarra; Franco a Canarias y Goded a Baleares. El 17 de julio, la guarnición de Melilla se subleva, proclamándose el “Estado de Guerra” en el Protectorado de Marruecos. El 18 de julio, Franco da el golpe en Canarias y Goded en Baleares. La sublevación se extiende a la Península ante la indecisión del gobierno de Casares Quiroga, quien, reacio a repartir armas entre las organizaciones obreras del Frente Popular, dimite, al igual que su sucesor, D. Martínez Barrios, tras un fallido intento de pactar con los sublevados. El 19 de julio, Franco vuela de Canarias a Tetuán para encabezar el ejército de África. Sanjurjo muere en un accidente de avión al despegar desde Lisboa. José Giral, nuevo jefe de gobierno, finalmente entrega armas al pueblo, que organiza las Milicias para frenar el golpe. Tras el fracaso del levantamiento en las principales ciudades, España quedó dividida en dos zonas, lo que supuso el desencadenamiento de una Guerra Civil.

Las Dos Zonas

El “alzamiento nacional” triunfa en zonas conservadoras: Galicia, Castilla-León y Navarra. En Andalucía Occidental, Granada y Aragón, oficiales conspiradores y activistas derechistas toman el control en pocos días. En las grandes ciudades: Madrid, Barcelona, Valencia; el norte; Levante; La Mancha y Andalucía Oriental; donde los gobiernos civiles y autoridades locales reaccionaron con rapidez, repartiendo armas a las milicias obreras, o contaron con la lealtad de la Guardia Civil; hacen fracasar el golpe. Los “nacionales” disponen del cereal castellano, la agricultura del Valle del Guadalquivir y la ganadería gallega; la República, en cambio, retiene las zonas industriales del norte y Cataluña, así como las reservas de oro del Banco de España. En general, la aviación y la armada permanecen fieles al gobierno; también la Guardia de Asalto y parte de la Guardia Civil; pero las unidades están incompletas. Los golpistas cuentan con oficiales superiores experimentados y el ejército de África, el mejor preparado y con unidades enteras. En cuanto a las milicias armadas, los sublevados están apoyados por falangistas, “requetés” y militantes derechistas. Los republicanos cuentan con los “milicianos” procedentes de sindicatos y partidos obreros, y de los partidos nacionalistas.

La Evolución Bélica

Marcha hacia Madrid, 1936-1937

Gracias a un puente aéreo sobre el estrecho con apoyo de la aviación italiana y alemana, el ejército de África pudo ser trasladado a Sevilla. Queipo termina de ocupar Andalucía Occidental y conecta la aislada Granada. El avance hacia Madrid. La estrategia de los sublevados era avanzar desde el Sur hacia Madrid, enlazar con el ejército del Norte y tomar la capital. Yagüe ocupa Extremadura, pero Varela en su camino a Madrid se desvía para liberar el Alcázar de Toledo en septiembre. Los sucesivos intentos entre noviembre de 1936 y marzo de 1937 fracasaron a causa de la organizada defensa del General Miaja y el coronel Rojo, la entrada en combate de las Brigadas Internacionales, el coraje miliciano y la llegada de ayuda soviética. Deciden entonces cambiar de frente. El 8 de febrero, los franquistas ocupan Málaga, provocando “la desbandá”.

El Frente del Norte, 1937, y la Ofensiva de Aragón, 1938

Entre abril y octubre de 1937, se libró la Batalla del Norte. El gobierno vasco organiza la defensa. El 26 de abril, la “Legión Cóndor” bombardea Guernica, Bilbao es ocupada en junio, y a pesar de las operaciones de distracción de las fuerzas republicanas, las otras zonas del norte de España caen en agosto y octubre. Frente de Aragón. En invierno, se produce una ofensiva republicana sobre Teruel, reconquistada por los franquistas. En abril, las tropas sublevadas avanzan sobre Aragón y llegan al Mediterráneo. La República queda partida en dos, Cataluña queda aislada. Para impedir el avance de los sublevados, que amenazan Valencia, el gobierno de la República concentra todas sus fuerzas en la Batalla del Ebro. El 25 de julio, Modesto y Lister cruzan el Ebro. En noviembre, un Ejército Popular extenuado vuelve a las posiciones de partida.

Caída de Cataluña y Fin de la Guerra, 1939

Entre el 23 de diciembre y el 10 de febrero, los franquistas van ocupando toda Cataluña. Más de medio millón de españoles cruzan la frontera francesa. En febrero de 1939, solo Madrid y la zona centro quedan en manos republicanas. Un golpe de Estado dirigido por el Coronel Casado y apoyado por Besteiro depone al jefe de gobierno Negrín y detiene a los líderes comunistas, creando un consejo de Defensa que intentó negociar sin éxito con Franco. El 28 de marzo se produce la rendición de Madrid. El 1 de abril de 1939, un último parte de guerra, tras alcanzar Alicante las tropas “nacionales”, dio el conflicto por finalizado.

licto por finalizado.

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