La Internacionalización de la Guerra Civil Española
La “guerra de España” tuvo una gran repercusión internacional porque era vista como una especie de ensayo de lo que se temía a nivel europeo: una lucha entre las fuerzas democráticas (Francia y Reino Unido), el comunismo soviético y los regímenes fascistas en ascenso. Esta situación política mundial hizo que se dividiera la opinión pública.
Por un lado, los sectores conservadores entendían la guerra como una lucha contra el comunismo. Por el contrario, los sectores de la izquierda la veían como una lucha contra el fascismo.
El gobierno de la República buscó el apoyo de las democracias europeas, pero estas estaban siguiendo una política de apaciguamiento con Hitler, por lo que Gran Bretaña forzó a Francia (pese a tener un gobierno de Frente Popular) a no prestar apoyo. Se decidió entonces una política de no intervención, con la firma de un acuerdo en tal sentido por la mayoría de los países (incluidos Alemania, Italia y la URSS) y se creó el Comité de No Intervención para vigilar que se cumpliera el embargo de armas.
A pesar de los intentos de la Sociedad de Naciones en ese sentido, ambos bandos pidieron ayuda a las potencias europeas. Las democracias occidentales negaron esa ayuda, pero Alemania e Italia se saltaron el acuerdo firmado y apoyaron al bando sublevado.
Ayuda Internacional a los Sublevados
Los sublevados recibieron la ayuda de Alemania e Italia. Hitler pretendía aislar a Francia y la guerra de España le serviría de prueba para su armamento y tácticas militares. Por eso, Franco recibió la ayuda militar de la Legión Cóndor alemana y el Corpo di Truppe Volontarie (CTV) italiano, además del apoyo de voluntarios de otras naciones, sobre todo de Portugal, afines al fascismo. Algunas multinacionales angloamericanas les suministraron petróleo y medios de transporte. Esta ayuda sería decisiva para el triunfo final de las tropas franquistas. Además, el bando sublevado contó con el ejército de África, que incluía un gran número de mercenarios y tropas regulares marroquíes.
Ayuda Internacional a la República
Por su parte, el gobierno republicano de Largo Caballero compró armas a la Unión Soviética de Stalin con el oro del Banco de España, recibiendo aviones y tanques, pero también el apoyo de pilotos, consejeros militares y políticos. El bando republicano también recibió la ayuda de las Brigadas Internacionales, grupos internacionales formados por voluntarios de izquierda impulsados por los partidos del Komintern, que lucharon al lado de los republicanos para frenar el avance fascista. Tuvieron especial importancia en la defensa de Madrid y en la batalla de Teruel. La resistencia del bando republicano esperaba que el desencadenamiento de un conflicto europeo conllevara el apoyo a la República, pero en febrero de 1939, el Reino Unido y Francia reconocieron el gobierno de Franco.
Desarrollo y Etapas de la Guerra
1. La lucha por el control de Madrid (noviembre 1936 – marzo 1937)
El ejército de Marruecos cruzó el Estrecho con Franco al frente y se dirigió hacia Madrid. En su camino ocupó Andalucía occidental y Extremadura, pese a la resistencia de Badajoz, con una cruel represión una vez tomada la ciudad. Después de desviarse para liberar el Alcázar de Toledo, las tropas llegaron a Madrid y se encontraron con unas defensas bien organizadas por la Junta de Defensa del general Miaja, con el apoyo de las Brigadas Internacionales. Desde el norte, las tropas rebeldes dirigidas por el general Mola fueron retenidas en Guadarrama. Por tanto, había fracasado el ataque frontal a Madrid y comenzó una fase de desgaste con un intento de cerco a la capital en las batallas del Jarama y Guadalajara, pese al apoyo de tropas italianas. El ejército republicano había resistido y las tropas sublevadas debían buscar un nuevo objetivo militar.
2. La guerra en el frente norte (marzo – octubre 1937)
El combate se dirigió entonces hacia el frente norte, con el objetivo de ocupar una zona industrial y minera que había quedado aislada del resto del territorio republicano. El general Mola inició el ataque y logró la ocupación de Vizcaya tras el bombardeo de Guernica para acabar con la resistencia. El área industrial en torno a Bilbao pasó a manos de los sublevados. Pese a las ofensivas republicanas de distracción en Brunete (Madrid) y Belchite (Zaragoza) para intentar frenar el avance “nacional” en el norte, Cantabria y Asturias quedaron bajo control franquista (Gijón en octubre de 1937).
3. Avance hacia el Mediterráneo (1938)
La guerra avanzó hacia el Mediterráneo. Después de la durísima batalla de Teruel, las tropas franquistas alcanzaron la costa mediterránea en Vinaroz (Castellón). La zona republicana quedó dividida en dos, con Cataluña aislada del resto del territorio. Valencia fue amenazada por el avance franquista y los republicanos intentaron sorprender con un ataque en el Ebro, que sería la batalla más larga y sangrienta de toda la guerra. Después de cuatro meses de desgaste y casi 100.000 muertos, el ejército republicano quedó destrozado.
4. La caída de Cataluña y el final de la guerra (1939)
Después de la batalla del Ebro, las tropas franquistas apenas encontraron resistencia en el avance en Cataluña, ocupando Barcelona y Gerona, lo que desencadenó el exilio. Pese a la consigna de Negrín para resistir, el coronel Casado dio un golpe interno contra el gobierno, apoyado por otros dirigentes republicanos. A finales de marzo se rindió la ciudad de Madrid y entraron las tropas franquistas. El 1 de abril de 1939, Franco anunció el final de la guerra.