El Golpe de Estado y el Inicio de la Guerra
El golpe de Estado de julio de 1936, un acontecimiento crucial en la historia contemporánea de España, puso fin a un proceso de apertura y modernización. Este golpe fracasado, pero no derrotado, desencadenó la Guerra Civil, un conflicto de dimensiones internacionales que se convirtió en un pulso entre dos modelos ideológicos: la democracia y el autoritarismo. La intervención internacional influyó significativamente en su desarrollo.
Características de la Guerra
La Guerra Civil Española se caracterizó por su crueldad, visceralidad, odio y afán de exterminio. La intervención de Alemania, Italia y Rusia la convirtió en una guerra total, un enfrentamiento entre clases sociales, concepciones religiosas, nacionalismos y entre democracia y dictadura, anticipando la Segunda Guerra Mundial.
La Sublevación
El triunfo electoral del Frente Popular precipitó los preparativos de la insurrección armada antirrepublicana, planeada fundamentalmente por militares, bajo la dirección del General Emilio Mola. La dispersión geográfica de los golpistas fue un factor clave. Los generales conspiradores otorgaron el mando al General Sanjurjo, quien proponía aprovechar el factor sorpresa para derrocar al régimen republicano democrático. El levantamiento militar comenzó el 17 de julio de 1936 en Melilla, extendiéndose rápidamente a Ceuta y Tetuán. El 19 de julio, Franco se trasladó desde Canarias a Tetuán para ponerse al frente de los ejércitos sublevados, logrando cruzar el Estrecho de Gibraltar y unirse a las fuerzas en Andalucía.
España Dividida
El fracaso del golpe generó una España dividida en dos zonas enfrentadas, desembocando en una guerra civil. Los sublevados contaron con el apoyo de los partidos de derecha, mientras que el gobierno de la República fue sostenido por los partidos republicanos y de izquierda agrupados en el Frente Popular.
- La España Republicana: Contaba con las zonas industriales y agrícolas más desarrolladas, la minería, la flota, la aviación, la ayuda de la URSS y las reservas del Banco de España.
- La España Nacional: Poseía zonas agrícolas, gran parte de los mandos del ejército y la ayuda de Italia y Alemania.
Desarrollo de la Guerra: Las Fases Bélicas
- Julio de 1936: Las primeras batallas se libraron en los pasos de la sierra, cuando las tropas nacionales intentaron alcanzar Madrid, defendido por el General Miaja, desde el norte. Simultáneamente, las milicias republicanas intentaron tomar Zaragoza desde Cataluña sin éxito, aunque lograron conquistar parte de Aragón.
- Julio de 1936 a mediados de 1937: Esta fase se caracterizó por las batallas en las cercanías de Madrid. Las fuerzas sublevadas avanzaron hacia la capital desde el norte (al mando de Mola) y desde el sur, pero fueron repelidas en la Ciudad Universitaria, el Jarama y Guadalajara. Este revés para los sublevados obligó a Franco a cambiar de estrategia, pasando del intento de tomar Madrid a la conquista de todo el territorio peninsular. Las tropas sublevadas se concentraron en la franja cantábrica, avanzando de este a oeste. En esta ofensiva, la aviación alemana bombardeó Guernica por orden de Franco.
- Mediados de 1937 – verano de 1938: Franco lanzó una ofensiva hacia el Mediterráneo. El ejército republicano, reestructurado para aumentar su eficacia, ocupó Teruel, pero pronto la abandonó para hacer frente a la campaña de Aragón iniciada por Franco, quien logró abrirse camino hasta el Mediterráneo. Franco continuó avanzando hacia el sur, enfrentándose a la fuerte ofensiva republicana del Ebro.
- 1938 y 1939: La Batalla del Ebro y el Fin de la Guerra: La ofensiva del Ebro fue el último gran esfuerzo republicano. Tras un inicio exitoso, Franco contraatacó y los republicanos tuvieron que retroceder. El bando republicano estaba prácticamente derrotado. Franco lanzó la ofensiva de Cataluña, provocando un éxodo masivo hacia la frontera. En febrero de 1939, a la República solo le quedaba la zona centro-este. Mientras Negrín seguía resistiendo, Casado dio un golpe de Estado y creó una Junta de Defensa para negociar el fin de la guerra. El 1 de abril, tras la toma de Alicante, Franco firmó el último parte de guerra: “En el día de hoy, cautivo y desarmado el Ejército Rojo, han alcanzado las tropas nacionales sus últimos objetivos militares. ¡Españoles, la guerra ha terminado!”.
Desarrollo Político en las Dos Zonas
España Republicana
Manuel Azaña nombró a José Giral jefe del gabinete. Se crearon poderes locales populares que generaron divisiones. Había dos tendencias: los anarquistas (vencer la guerra y completar la revolución socioeconómica) y los comunistas y socialistas (ganar la guerra primero, y después la revolución social). El debilitamiento militar provocó el cambio de Giral por Francisco Largo Caballero, quien intentó controlar la situación revolucionaria sin éxito. Azaña nombró a Negrín, quien orientó su gestión hacia la victoria militar. El desmoronamiento republicano se aceleró. Azaña dimitió y Casado se rebeló contra Negrín para pactar con Franco. Tras imponerse, Casado negoció la entrega de Madrid.
España Nacional
Se crearon medidas políticas al ritmo de las acciones bélicas. La primera fue la Junta de Defensa Nacional en Burgos (Miguel Cabanellas). A finales de 1936, la Junta nombró a Franco Generalísimo y Jefe del Gobierno. El Decreto de Unificación creó la Falange Española Tradicionalista y de las JONS, único partido legal (“Movimiento Nacional”).
Intervención Extranjera
El contexto internacional de los años 30 (crisis de las democracias y auge de los totalitarismos) influyó en el conflicto. La URSS apoyó a la República con petróleo y armas, al igual que México, aunque de forma más testimonial. Las Brigadas Internacionales aportaron unidades de combate. Los nacionales recibieron un apoyo extranjero más significativo. Alemania proporcionó ayuda numérica y técnica, Italia envió tropas y armas, y Portugal petróleo, armas y voluntarios. También participaron tropas marroquíes.
El Comité de No Intervención
Francia simpatizaba con los republicanos e Inglaterra con los nacionales. Se creó el Comité de No Intervención para evitar la internacionalización del conflicto, y por la política de apaciguamiento hacia Hitler. Sin embargo, no impidió la ayuda exterior a ambos bandos.
Balance de la Guerra
- Pérdidas humanas (muertes, exilio, descenso de la natalidad).
- Retroceso económico (estructura agraria, endeudamiento, pérdida del oro del Banco de España).
- Exilio con graves consecuencias culturales.
- Impacto moral.
- Consecuencia política: instauración de una dictadura sangrienta y represiva.