Guerra de la Independencia Española
Napoleón tenía la intención de invadir Portugal, pero para ello, sus tropas debían pasar por España. Carlos IV cedió ante Francia y permitió el paso de las tropas, que se distribuyeron por la península. Esto originó que el pueblo español se manifestara en contra de la política de Godoy, amotinándose en Aranjuez. El partido fernandista ganó fuerza y Carlos IV, presionado, sustituyó a Godoy y abdicó en su hijo Fernando.
Murat, sin embargo, no reconoció oficialmente al nuevo rey y convenció a Carlos IV para que enviase una carta a Napoleón negando su abdicación. Fernando VII, engañado, llegó a Bayona, donde los franceses le propusieron que renunciara al trono. Finalmente, José Bonaparte fue nombrado nuevo monarca, lo que causó un gran descontento entre la población y originó el levantamiento del 2 de mayo en Madrid. A las puertas del Palacio Real, el ejército francés aplastó la revuelta inicial. Aunque las tropas francesas superaban en número a las españolas, la resistencia se fortaleció gracias a la ayuda del ejército inglés y portugués, que poco a poco fueron causando estragos en el ejército francés. Al principio de la guerra, los franceses intentaron sofocar los levantamientos por todo el país, pero sufrieron la humillante derrota de Bailén. Napoleón decidió intervenir y envió 250.000 soldados, tomando Madrid y, más tarde, Zaragoza. Sin embargo, ciudades como Cádiz resistieron los ataques, manteniendo una guerra de desgaste con ataques rápidos y el apoyo de la población civil. A partir de 1811, Napoleón, con la intención de invadir Rusia, retiró tropas de España. Tras el desastre en Rusia, envió aún más tropas para asegurar la defensa de Francia. Finalmente, José Bonaparte fue obligado a salir de España y Napoleón firmó el Tratado de Valençay, devolviendo la corona a Fernando VII. Las causas de este conflicto fueron tanto dinásticas como el inicio del proceso de independencia.
Las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812
Composición e Ideología de las Cortes
La composición de las Cortes fue variando con el tiempo. La mayoría de los diputados procedían de las capas medias urbanas, eclesiásticos y la aristocracia. En general, abundaban los partidarios de las reformas. El liberalismo fue minoritario hasta que la guerra brindó la oportunidad a sus defensores de propagar sus ideas.
La Constitución de 1812
En 1812 se creó en Cádiz la primera Constitución española. En ella se establecía la separación de poderes, la libertad de imprenta, la soberanía nacional y una monarquía institucional. Sin embargo, esta Constitución solo estuvo en vigencia dos años, hasta el regreso de Fernando VII.
El Trienio Liberal (1820-1823)
Un pronunciamiento liberal, liderado por el teniente coronel Riego, logró triunfar e instaurar la Constitución en un periodo de paz y con el monarca en el país. Desde el principio, Fernando VII trató de obstruir los gobiernos liberales, provocando una fractura política. Por un lado, los doceañistas, que buscaban un equilibrio entre el absolutismo y el liberalismo, y por otro, los veinteañistas o progresistas, que pedían la aplicación estricta de la Constitución. Los liberales aplicaron una política claramente anticlerical, con expulsiones, la abolición del diezmo y la supresión de la Inquisición. Tras la derrota de Napoleón en 1815, las grandes potencias absolutistas, reunidas en el Congreso de Viena, se comprometieron a intervenir ante cualquier amenaza liberal. Así, en 1822, las potencias acordaron la intervención en España con los «Cien Mil Hijos de San Luis», que entraron y, sin ninguna resistencia popular, conquistaron fácilmente el país, reponiendo a Fernando VII en el poder absoluto.
Guerras Carlistas
Los realistas (absolutistas) reclamaban la corona para Carlos María Isidro, hermano de Fernando VII. Sin embargo, en 1830 nació Isabel, y Fernando VII, anulando la Ley Sálica de Felipe V, aseguró el trono para su hija. Esto creó un enfrentamiento entre los carlistas (absolutistas) y los liberales moderados (isabelinos). Tras la muerte del rey en 1833, y dado que Isabel solo tenía tres años, su madre, María Cristina de Borbón, asumió la regencia.
La Segunda Guerra Carlista (1847-1849) comenzó con el fracaso del intento de matrimonio entre la reina Isabel II y el hijo de Carlos María Isidro, Carlos Luis de Borbón. Esta guerra, también conocida como «Guerra dels Matiners» (madrugadores), tuvo como principal escenario Cataluña, aunque hubo pequeñas sublevaciones en Extremadura y Castilla, sin éxito. La guerra terminó con el éxodo de los carlistas hacia Francia.
La Tercera Guerra Carlista se inició con el descontento de los carlistas por la llegada al trono de Amadeo I de Saboya en 1870, quien renunció al trono en 1873, dejando a España bajo el gobierno de la Primera República, que duró un año. En 1874, Alfonso XII ocupó el trono, y la guerra terminó finalmente en 1876.