4.1 La guerra de sucesión y el sistema de Utrecht. Carlos II murió sin descendientes y dejó el trono a Felipe de Anjou, provocando una guerra internacional: el archiduque Carlos de Austria, junto a la Gran Alianza Antiborbónica, con Felipe de Borbón apoyado por Francia y España. Y en España, en una guerra civil, Castilla apoyó a Felipe de Anjou y Aragón al archiduque. El desarrollo de la guerra de sucesión (1701-1714) se alteró cuando el archiduque Carlos heredó el imperio (1711), precipitando el fin. Los tratados de Utrecht (1713) y Rastadt (1714) supusieron acuerdos de carácter político. Felipe V era reconocido rey de España, prohibiendo la unión de Francia y España. Pone fin a la hegemonía francesa, pasando a un equilibrio entre Francia, Austria e Inglaterra.
4.3 La España del siglo XVIII. Expansión y transformaciones económicas: La economía estaba limitada por la falta de competencia, la propiedad de la tierra y una oposición al cambio. La agricultura, tenía en el régimen de propiedad (tierras amortizadas) su obstáculo. Con Carlos III, se tomaron medidas: arrendamientos municipales, colonización de tierras, pero no se acometió la ley agraria de Jovellanos. La industria se incentivó por el aumento de población, demanda de productos y aumento de rentas de nobles y eclesiásticos, y nueva política comercial con América. El principal obstáculo era el sistema gremial. Los reyes lo potenciaron con: el proteccionismo, manufacturas reales y el fomento de la construcción naval. Al comercio llegaron las ideas ilustradas (sociedades económicas de amigos del país). El comercio interior inició una política proteccionista, y se creó el banco de San Carlos. La política comercial con América se reforzó; se adoptaron medidas: nuevas compañías comerciales (Compañía Guipuzcoana de Caracas), introducción de navíos de registro y se promulgó el reglamento de libre comercio (1788). Destaca el despegue económico de Cataluña. Duplicó su población; el campesino se orientó al mercado, se desarrolló una burguesía agraria innovadora (comercio de vinos), aumentaron los intercambios peninsulares y con el exterior; su industria se vio favorecida por el proteccionismo. El crecimiento generó excedentes de capital, invirtiendo en modernizar el sector textil, sentando las bases de la revolución industrial del siglo XIX.
4.4 Ideas fundamentales de la Ilustración. El despotismo ilustrado: Carlos III. La Ilustración es la corriente de pensamiento que se difundió por Europa en el siglo XVIII, y en España constituyó la base intelectual de las reformas, especialmente con Carlos III. Los rasgos de esta ideología son: el empleo de la razón y la crítica, el fomento de la economía nacional, el desarrollo del conocimiento científico y de la educación como base del avance técnico y económico, la difusión del progreso y de la felicidad. Se difundió a través de academias, consulados, Sociedades Económicas de Amigos del País y la prensa. Destacan intelectuales y artistas: Jovellanos, José Celestino Mutis, José Cadalso y Moratín. Con Carlos III, se instaura el despotismo ilustrado. Ilustrado por un lado e inmovilista por otro. Se rodeó de secretarios: Campomanes, Floridablanca, Esquilache. Este último protagonizó el Motín de Esquilache (1766) al liberalizar los precios del trigo e incrementar los impuestos. El motín acarreó consecuencias: sustitución de Esquilache por el conde de Aranda, expulsión de los jesuitas (1767); manteniendo la política regalista, y los privilegios de la nobleza y derechos señoriales. En política económica, Olavide, Jovellanos y Campomanes abordan la Ley Agraria. Olavide supervisó el plan de colonización de Sierra Morena. Se creó el Banco Nacional de San Carlos y comienza la emisión de vales reales. También emprendió reformas en la educación, justicia y ejército (más profesional y al servicio del Estado).