Las ideologías de la Guerra Fría
George F. Kenan, embajador de los EU profundamente anticomunista, fue el primero en preconizar una política de firmeza y vigilancia para alejar la que él creía segura tendencia expansionista de la Unión Soviética. La doctrina del presidente estadounidense Harry Truman para contener el comunismo consideraba cualquier partido comunista del mundo como apéndice de la URSS. A fin de facilitar esta política de contención, se concedió ayuda económica a los países afectados que formaban el denominado ‘mundo libre’. Sólo en Europa, en el resto del mundo no dudaron en apoyar sanguinarias dictaduras autoritarias. Otro fundamento de la política norteamericana fue construir un ejército fuerte capaz de actuar en cualquier lugar del mundo. Los Estados Unidos disponían de la fuerza nuclear. En 1949 los soviéticos hicieron estallar su primera bomba atómica, las distancias se acortaron de repente. El enfrentamiento directo se volvía imposible. Esto hizo que las tensiones militares se concentraran en algunos puntos calientes de la época. Los dirigentes políticos norteamericanos consolidaron el frente interior practicando una propaganda anticomunista muy primaria que manifestaba fuerza efectiva. Entre 1950 y 1954, las autoridades persiguieron a todo aquel que fuera sospechoso de simpatizar con los rusos o con el comunismo. Cientos de intelectuales, funcionarios, científicos y artistas fueron marginados, una de las cosas que defendía un buen patriota era ser anticomunista. La democracia se vio demostrada por su fuerza, ya que el mismo Senado estadounidense censuró a McCarthy por los métodos utilizados y actuaría durante los tres últimos años de su vida. La Unión Soviética iba afrontar también el desafío de la Guerra Fría, y en 1947 creó el Kominform que hizo su teoría según la cual el mundo quedaba dividido en dos bloques, el imperialista y antidemocrático (EU) y el anticomunista y democrático defendido por ellos.
La distensión (1959-1975)
El máximo dirigente soviético, Stalin, murió en 1953, y fue sucedido por Nikita Jrushchov, un dirigente más liberal. El XX Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética introdujo algunos cambios en la organización y propuso el concepto de coexistencia pacífica en sustitución de la Guerra Fría. Con todo, los rasgos básicos del sistema soviético no cambiaron y desde el punto de vista económico la producción de ellos nunca pudo competir con los Estados Unidos. La Unión Soviética había conseguido instaurar su hegemonía en Europa del Este, aunque tuvo problemas serios en Hungría y la República Democrática Alemana. En 1961 hizo construir un muro en Berlín que dividía la ciudad.
El nuevo clima de Guerra Fría
En la mitad de la década de 1970, las relaciones internacionales entraron en una segunda fase de tensión que coincidió con cambios importantes en la economía mundial. Alrededor de 1975 la tensión internacional aumentó, aunque los acuerdos de la cumbre de Helsinki hubieran transmitido un mensaje de optimismo al mundo y le hubieran hecho concebir esperanzas. Para aquellos acuerdos, los firmantes se comprometían a mantener las fronteras establecidas, a resolver las diferencias con medios pacíficos, a respetar las libertades fundamentales, permitir la libre circulación de personas e ideas y trabajar por el desarrollo de la cooperación técnica, económica y cultural. La escalada de la tensión entre 1975 y en 1985 se concretó en los hechos siguientes:
- La implantación de regímenes comunistas en Vietnam, Laos y Camboya.
- La pérdida de imagen internacional de los Estados Unidos, especialmente por 3 factores: 1. la retirada de las tropas estadounidenses de Vietnam, 2. el caso Watergate, 3. la crisis de los rehenes en la embajada de los EU en Teherán y el fracaso de la misión destinada a liberarlos, en plena revolución islamista contra el sha de Irán.
- El aumento de la influencia de la URSS en el continente africano, muy desestabilizado por la crisis económica.
- La intervención militar soviética en Afganistán para mantener el régimen procomunista.
- El boicot de los EU en los Juegos Olímpicos de Moscú.
- La modernización acelerada del arsenal militar tanto en la URSS como de los EU.
- La desestabilización en América Central.
- El boicot soviético en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles.
Esta renovada tensión de los años setenta se redujo considerablemente cuando Mijail Gorbachov accedió a la secretaría general del Partido Comunista de la Unión Soviética y terminó cuando se produjo la disolución de la URSS en 1991.
La reconstrucción económica de Europa
Estados Unidos fue el único estado que no resultó golpeado por la guerra en su territorio y se configuró como el fenómeno en el cual se basaría la política económica internacional. La guerra borró los efectos de la crisis de los años treinta y relanzó la economía noramericana que avanzó en el desarrollo de industrias modernas. Los norteamericanos pasaron a dominar la economía mundial. Se creó el FMI (Fondo Monetario Internacional) que se puso a 44 países. En la posguerra llegaría al centenar y sin extraer los países soviéticos. También fue creado el BIRD (Banco Internacional para la Reconstrucción y el Desarrollo) después como Banco Mundial para ayudar a los estados víctimas de la guerra. El dólar es la única moneda convertible.
Europa estaba profundamente debilitada de la guerra. Alemania estaba desolada. Francia la producción industrial había caído el 50%. La Gran Bretaña había perdido buena parte de su influencia comercial en favor de los Estados Unidos. Los países de Europa del Este estaban arruinados sometidos a un nuevo pillaje en beneficio de los soviéticos. La Unión Soviética había tenido pérdidas enormes, humanas y económicas, había conseguido desarrollar algunas zonas industriales en regiones alejadas del frente de guerra y pudo reconstruir facilitando la industria. Los gobiernos europeos lucharon en un marco de agitación social por reconstruir la economía, intentando detener la inflación, el desempleo, grandes gastos que suponía por los ganadores la ocupación de Alemania.
El presidente estadounidense Truman apoyó a los países débiles después de la guerra. Buscaba intereses del capitalismo noramericano, ya que a la vez que se recomponían los imperios coloniales con las economías bilaterales metrópoli-colonia. El Plan Marshall capital estadounidense para reconstruir las economías europeas de mercado. Este plan se aceptado por 16 países de Europa. El plan se materializaba mediante acuerdos bilaterales entre el gobierno de los Estados Unidos y los gobiernos europeos interesados que recibían gratuitamente materias primas, alimentos y bienes industriales. En Europa el Plan Marshall se destinó básicamente a infraestructuras: transportes, instalaciones públicas. Este mecanismo permitió a los países europeos disponer de aquello que necesitaban, y los Estados Unidos salían beneficiados de la operación, ya que conjuraban una posible crisis de superproducción, aseguraban la continuidad del crecimiento económico con la demanda de productos noramericanos por parte de Europa, extendían su influencia sobre la población europea beneficiaria del plan. La Unión Soviética presionó a los países de su órbita para que no aceptaran el Plan Marshall, hubo países que renunciaron como Polonia y Finlandia, únicamente Yugoslavia, reprobada por la URSS, se benefició de la ayuda noramericana. Los soviéticos pusieron un proceso de cooperación económica entre los países de su área de influencia en el COMECON (Consejo de Asistencia Económica Mutua) para potenciar la integración económica de los países socialistas, constituir la esfera del rublo frente a la del dólar. La economía europea se relanzó con fuerza, el terreno político contribuyó a considerar la división de Europa entre los países tutelados por los Estados Unidos y los que quedaban sometidos a la disciplina de la URSS.
Las iniciativas europeas y la creación de la Comunidad Económica Europea
La economía europea empezó un proceso de crecimiento, estimuló la cooperación entre los países, Europa se convertía en una potencia económica que estaría en condiciones de rivalizar con Estados Unidos. Se creó la CECA (Comunidad Europea del Carbón y el Acero) que reunió a Alemania, Bélgica, Francia, Italia, Luxemburgo y los Países Bajos, con la finalidad de establecer un mercado común de estos productos y venderlos a los Estados Unidos. La Comunidad Económica Europea (CEE) son los países miembros autorizaban la libre circulación de capitales y de algunas mercancías, a la vez que planificaban una integración progresiva de la política social y fiscal. Fruto de esta voluntad unitaria fue la creación del Parlamento Europeo. Se suprimían las aduanas interiores entre los países miembros de la CEE. Los beneficios del Plan Marshall se convirtieron en la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo) con 18 países de la Europa occidental además de los EU, Canadá y el Japón. El mercado común de 2 productos (el carbón y el acero) culminó la construcción de unas relaciones más sólidas, con moneda única y una progresiva unión política.