Dicen que la historia se repite, lo cierto es que sus lecciones no se aprovechan.
La hegemonía de la Unión Liberal
1. Madoz. Localización del texto. Este texto es un fragmento de la ley de desamortización ideada por el progresista Pascual Madoz, por la que se ponen a la venta una serie de propiedades que habían sido expropiadas a la Iglesia y a los municipios (1 Mayo 1855). 2. Naturaleza temática. Se trata de una fuente primaria de carácter jurídico y de contenido político-económico. 3. Destino del texto. Por su carácter jurídico se trata de un documento público, oficial y de obligado cumplimiento, destinado a la totalidad del pueblo español. El autor como se ya se ha mencionado es Pascual Madoz, ministro de Hacienda en el Bienio Progresista (1854-1856), aunque aparece firmado por Isabel II. 4. Contexto histórico. Anterior. Después del adelanto de la mayoría de edad de la reina, comenzaba el reinado efectivo de Isabel II (1843-1868), en el que se procedíó a la auténtica construcción del nuevo Estado liberal. Poco después se iniciaba la “Década Moderada”, caracterizada por el predominio de este partido durante diez años (1844-54) y por la importancia de la figura de Narváez. Su labor se centró en modelar un Estado centralizado y uniforme a través de diversas medidas: constitución de 1845 (propia del liberalismo doctrinario); suspensión de la venta de bienes desamortizados; nueva ley de Hacienda (Mon-Santillán); control de la administración; etc. En la evolución política destacó el estallido de la Segunda Guerra Carlista (1846-49), los intentos de Bravo Murillo de sanear la deuda pública y el Concordato de 1851. En 1852 hubo un intento de reforma constitucional en sentido autoritario. Tras el fracaso de esta reforma se abríó un periodo de inestabilidad caracterizado por los escándalos de corrupción (ferrocarril). Momento Con el pretexto de las continuas disputas entre los moderados, un grupo de militares se pronunció en Vicálvaro en 1854 bajo el mando de los generales Dulce y O´Donell (“Vicalvarada”). En el Manifiesto de Manzanares pedían una “regeneración liberal” con un régimen representativo, la supresión de la camarilla palaciega, mejoras en las leyes de imprenta y electoral, reducción de impuestos, nueva Milicia Nacional, descentralización municipal y unas Cortes Constituyentes (propuestas progresistas). Así comenzó el Bienio Progresista (1854-56), etapa dirigida por dos caudillos militares: Espartero (progresistas) y O ´Donell (Uníón Liberal). El primer gobierno, presidido por Espartero, con O´Donell, adoptó medidas significativas: convocatoria de elecciones a Cortes Constituyentes, libertad de prensa y exilio forzado de María Cristina. Uno de los proyectos más importantes fue el de la Constitución non nata de 1856 (progresista), que afirmaba la soberanía nacional, recuperaba la Milicia Nacional, establecía un Parlamento bicameral, defendía la libertad de imprenta y religiosa, elección directa de los alcaldes, etc. Eso sí, el gobierno tuvo que hacer frente a importantes problemas como un nuevo levantamiento carlista; la deuda pública; y la oposición a las medidas desamortizadoras. Como puede verse en el texto, Pascual Madoz ideó el segundo gran proceso desamortizador de bienes de la Iglesia, a los que se sumó la venta de bienes municipales, cuya venta dejó sin tierras a muchos campesinos. Todos estos problemas forzaron la dimisión de Espartero, y la reina llamó a O´Donell que disolvíó el Parlamento en 1856, después de los motines de Valencia y del Pan en Valladolid. Finalizaba así el Bienio Progresista. Consecuencias. En el plano socioeconómico, las consecuencias de este gran proceso desamortizador del Siglo XIX, cuyos dos principales episodios fueron las leyes de Mendizábal (1836), que afectaba a bienes del clero y la de Madoz (1855), que incluyó también bienes municipales, fueron incrementar el número de grandes terratenientes, beneficiando a la aristocracia y a los burgueses más acomodados; y permitir poner en cultivo gran cantidad de tierras abandonadas. Los grandes perdedores fueron los campesinos, que pasaron a pagar rentas más elevadas; la Iglesia; y los municipios, en el caso de la desamortización de Madoz. Tras el bienio, el nuevo gobierno de O´Donell desmanteló rápidamente casi toda la obra política y legislativa a excepción de algunas leyes como la de imprenta, la de desamortización o la de ayuntamientos, lo que motivó su destitución para nombrar un gobierno moderado presidido por Narváez. Este nuevo gobierno tenía como meta la vuelta al moderantismo más autoritario: suspendíó la desamortización; y restablecíó la legislación moderada en materia de imprenta y régimen local. De esta forma se entró en un periodo (1856-68) caracterizado por la vuelta del moderantismo y la alternancia en el poder de O ´Donell y Narváez. Fue un periodo de estabilidad y crecimiento económico. Eso sí, al final del periodo sucedieron diversos hechos que anunciaban el final del régimen isabelinoIDEA PRINCIPAL. La presente ley decretaba la venta de las propiedades de manos muertas (tierras que no se podían vender y que frecuentemente se encontraban deficientemente explotadas), pertenecientes al Estado, la Iglesia, las órdenes militares y, sobre todo, a los municipios. Los beneficios irían destinados a realizar obras públicas y a atajar el déficit y la deuda pública.