Guerra Civil Carlista (1833-1840)
Durante los últimos años de vida de Fernando VII ya se planteó un problema por la sucesión al trono que, tras la muerte del rey, contribuyó a desencadenar una guerra civil en España. En 1830, nació la princesa Isabel, hija de María Cristina de Nápoles. Según las normas que regulaban entonces la sucesión al trono español contenidas en la ley sálica aprobada por Fernando V, la corona solo podía transmitirse entre varones, pero Fernando VII al conocer la noticia del embarazo de su esposa, derogó la ley y su hija podía heredar el trono a falta de hijos varones. Esto significó la pérdida de todas las opciones al trono para el infante Carlos María Isidro, que estaba respaldado por los absolutistas. Su hermano Carlos, reclamó los derechos de la corona contra la pequeña princesa Isabel, que dieron lugar a numerosos levantamientos armados en favor de don Carlos y dio comienzo a una guerra civil entre carlistas e isabelinos. Este bando isabelino recibió el respaldo de las clases medias urbanas, de los empleados públicos y también de los liberales confiados en la posibilidad de victoria.
Tras la muerte de Fernando VII, su esposa María Cristina de Nápoles pasó temporalmente a asumir la regencia. El infante don Carlos recibió el apoyo de aquellos sectores sociales que contemplaban con temor la posibilidad de una victoria liberal, por lo que preferían la estabilidad y seguridad que encontraban en el tradicionalismo carlista, que fue un movimiento contrarrevolucionario de resistencia al avance del liberalismo.
Los valores y principios ideológicos carlistas eran:
- La defensa del absolutismo regio
- El integrismo religioso
- El mantenimiento de los fueros vascos y navarros
- El inmovilismo
- La felicidad a la patria
La Guerra estaba dividida en tres etapas progresivas, las cuales son:
- Primera Etapa (1833-1835): El general Tomás, al mando del ejército carlista, que no llegó a ocupar ninguna gran ciudad. Murió mientras intentaba tomar Bilbao, lo que dio lugar al general Ramón Cabrera, que se encargó de dirigir las tropas.
- Segunda Etapa (1836-1837): Tras su éxito en Bilbao, el general liberal Baldomero Espartero accedió al mando supremo del ejército isabelino y tuvo que afrontar una nueva ofensiva carlista. Sin embargo, todas estas operaciones fracasaron y los carlistas no encontraron nuevos respaldos de importancia entre las poblaciones del centro y sur peninsular.
- Tercera Etapa (1838-1840): El bando carlista, debilitado por los enfrentamientos internos entre sus jefes, sufrió continuas derrotas. Se diferenciaban los ultras más duros, absolutistas extremistas que se negaban a intentar cualquier intento de solución pacífica y los más moderados, que eran conscientes de la imposibilidad de una victoria militar y se mostraban favorables a un pacto con los isabelinos. En julio de 1840, la guerra civil concluye con la victoria de las tropas de los liberales isabelinos y la huida de Don Carlos a Francia y con la firma del Convenio de Vergara en 1839.
Regencia de María Cristina de Nápoles (1833-1840)
En un momento en que los liberales ya se habían impuesto en Francia y Portugal, la muerte de Fernando VII también dejó al absolutismo monárquico casi sin ninguna probabilidad de supervivencia en nuestro país. María Cristina se vio obligada a confiar en los liberales y dio paso a la alianza entre la reina regente y los liberales que indudablemente era un acuerdo de conveniencia, ya que los liberales parecían ser la única fuerza capaz de sostener los derechos al trono de la pequeña Isabel.
Por otra parte, el grupo de los liberales, se fue dividiendo poco a poco en diferentes corrientes de pensamiento que dieron lugar a los moderados que formaban una especie de sector derechista dentro del liberalismo cuyas características consistían en:
- La necesidad de hacer compatibles las libertades con el mantenimiento del orden público y de la seguridad de las personas
- El rechazo de la subversión revolucionaria
- El propósito conservador de conjugar la tradición y el progreso moderno
- La defensa de una autoridad fuerte: los moderados rechazaban la tiranía absolutista del Antiguo Régimen, pero se seguían mostrando partidarios de que el monarca siguiera teniendo funciones y poderes importantes
- La oposición a la democracia y el sufragio universal
- La limitación y el recorte de los derechos individuales
- La oposición a cualquier intervención estatal
- La conveniencia de mejorar las relaciones con la Iglesia Católica
- La supresión de la Milicia Nacional
Por otra parte la otra corriente de pensamiento es la apoyada por los progresistas que componían el ala izquierda del liberalismo español. Los rasgos básicos de su proyecto ideológico y de su discurso eran:
- La necesidad de ampliar el número de personas con derecho a voto
- La conveniencia de realizar reformas más profundas y rápidas con la intención de ampliar a los liberales
- Su aversión a la democracia y la desconfianza hacia el clero católico
- La limitación de poderes y atribuciones del monarca
La Constitución de 1837
El Gobierno presidido por el moderado Martínez de la Rosa parecía incapaz de vencer a los carlistas y se multiplicaron las protestas de los liberales extremistas. Estos acontecimientos intimidaron a la reina regente quien tomó la decisión de encargar la formación de gobierno a los liberales progresistas, con Juan Álvarez Mendizábal a la cabeza. En 1837 un grupo de suboficiales del Ejército se sublevó e irrumpió en el Palacio Real forzando a la reina regente a suspender el Estatuto Real y a restablecer la Constitución de 1812. Poco después las Cortes emprendieron la elaboración de la Constitución de 1837, que configuró un sistema político monárquico de clara inspiración progresista, con ideas propuestas por los moderados.
Regencia de Espartero (1841-1843)
María Cristina fue obligada a renunciar a la regencia tras un nuevo enfrentamiento con los progresistas a causa de una modificación en la ley de Ayuntamientos. La reina se oponía a que los alcaldes fuesen elegidos por los vecinos de cada municipio, por lo que fue incapaz de soportar la presión y marchó al destierro. Por otro lado, contrajo matrimonio en secreto con un apuesto teniente de la Guardia Real, Fernando Muñoz.
Espartero, que contaba con el respaldo de los progresistas, fue nombrado por las Cortes el nuevo regente. Pero su poder no duró mucho tiempo ya que el acontecimiento que precipitó la caída de este, fue el estallido de una violenta revuelta popular en Barcelona, que provocó la marcha de Espartero a Londres.
Reinado de Isabel II (1843-1868)
Isabel comenzó su reinado con solo 13 años en 1843, y poco después contrajo matrimonio con su primo carnal Fernando Asís de Borbón. La figura más destacada de esta época fue el general Ramón María Narváez, que desempeñó la presidencia del gobierno en varias ocasiones. Las actuaciones políticas más relevantes que llevaron a cabo los moderados desde el poder fueron:
- La creación de la Guardia Civil
- La aprobación de una nueva ley de ayuntamientos (los alcaldes eran elegidos por los vecinos de cada municipio)
- La reforma del sistema fiscal, que dejó los impuestos clasificados en directos (los que se aplicaban sobre las propiedades) e indirectos (los que se aplicaban sobre los bienes de consumo)
- La elaboración y aprobación de una Constitución en 1845
En esta nueva constitución se sustituye la soberanía nacional por la soberanía compartida (entre la corona y las cortes), la única religión permitida era la católica y se suprime la Milicia Nacional.
Sexenio Revolucionario (1868-1874)
En 1868, estalló la denominada «Gloriosa Revolución» que se inició con una sublevación militar en Cádiz. El resultado más evidente de esta revolución fue el derrocamiento de la reina Isabel II y su inmediata huida a Francia cuando solo tenía 38 años. Algunos factores que podían explicar el triunfo de la revolución fueron:
- La crisis del sistema político existente
- La depresión económica
- La creciente impopularidad de la reina Isabel y su obstinación por sostener a toda costa a los moderados en el poder
El cerebro de la revolución fue Prim, un militar liberal catalán y masón que había obtenido popularidad durante la guerra en Marruecos. En 1868 se constituyó el Gobierno provisional salido de la revolución y se elaboró la nueva Constitución de 1869.
Constitución de 1869
Los aspectos más innovadores y fundamentales de la Constitución de 1869 fueron:
- El reconocimiento de la soberanía nacional
- La introducción del sufragio universal directo para todos los varones de 25 años
- La libertad de cultos religiosos
- El establecimiento de la monarquía democrática
- Se afirmó la libertad de enseñanza
- El reconocimiento de los derechos y libertades de reunión y asociación
Una vez aprobada la constitución, el general Serrano fue elegido para ocupar la regencia y el general Prim pasó a desempeñar la jefatura del Gobierno. La búsqueda de un nuevo monarca para España concluyó en la elección de Amadeo de Saboya por las Cortes.
Reinado de Amadeo I (1871-1873)
El mismo día de la llegada de Amadeo a España, muere el General Prim, que desempeñaba un papel esencial en el nuevo sistema político surgido tras el éxito de la revolución de 1868.
Uno de los factores principales que contribuyeron a incrementar la inestabilidad política durante el reinado amadeísta fue la ruptura de la coalición entre los partidos que habían participado conjuntamente en el triunfo de la Gloriosa Revolución. En cualquier caso, mayor importancia tuvo el falseamiento de todas las elecciones, además, el nuevo rey nunca logró ganarse el afecto de los españoles y tuvo en su contra a distintos grupos opositores, como los carlistas y republicanos. A estos problemas se le sumó el malestar de los mandos militares.
Finalmente, Amadeo que se sentía solo e impotente, tomó la decisión de renunciar al trono y regresar a Italia donde murió en 1890. Ante el vacío de poder y careciendo de alternativas viables, los diputados y senadores reunidos optaron mayoritariamente por proclamar la República en 1873.
Primera República (1873-1874)
El nuevo régimen republicano careció desde el principio de apoyos sociales y fracasó con rapidez. En tan solo 10 meses pasaron por la presidencia cuatro presidentes distintos. Las principales medidas que los diferentes gobiernos republicanos proyectaron o llevaron a cabo durante 1873 fueron reformas, como:
- La supresión del impuesto de consumo, que fue desastrosa
- La eliminación de las quintas para crear un nuevo ejército, formado por voluntarios a sueldo, que también fue inviable y fracasó
- La reducción de la edad con derecho a voto hasta los 21 años, que no impidió que la población continuara al margen de la política
- La supresión de las subvenciones económicas del clero católico
- La elaboración de un proyecto constitucional para convertir España en un Estado federal