La Ilustración Española y la Guerra de la Independencia: Del Reformismo Borbónico al Liberalismo

Nos introduciremos en una época en la que el sistema está estancado a causa del poder político, en quien se concentra todo el poder del estado, y donde los privilegios son solo de la nobleza y del clero. Una época llena de cambios en la sociedad, tanto políticos, como sociales y económicos. Esto es por la aparición del liberalismo, que significó el fin del Antiguo Régimen.

Reinado de Carlos IV y la Revolución Francesa

Tras el comienzo del reinado de Carlos IV en 1788, se asigna el cargo de primer ministro al Conde de Floridablanca, que con la Revolución Francesa hizo cerrar las fronteras a las ideas revolucionarias. Luis XVI convoca los Estados Generales en junio de 1789, donde se cambiarían algunas políticas. El Tercer Estado aprovechó para imponer ideas liberales. Un mes después se convoca la Asamblea Constituyente, en la cual se declaran los derechos del hombre y del ciudadano. La Constitución fue firmada en 1791 por el rey.

Aranda se opone a Floridablanca y le destituye en 1792. Aranda cambió la ideología política, la opinión general de la Revolución y redujo la vigilancia sobre los extranjeros. Luis XVI pidió ayuda a los demás monarcas absolutos y estos se disponían a venir en su ayuda. Al ver esto, la población condenó a Luis XVI por traición y fue ejecutado en 1793 en la Plaza de la Revolución. El intento de salvar al monarca fracasó, da comienzo la invasión de Francia que en un principio no es favorable al pueblo galo, pero los revolucionarios, posteriormente, consiguen frenar la invasión aliada. Francia, en su intento de resistir al ataque aliado, consigue inesperadamente ir más allá, conquistando territorio europeo. Ante esto, España firma la Paz de Basilea en 1795.

Godoy y el ascenso de Napoleón

Aranda es sustituido por Godoy, y este aplica una política reformista. Redujo los monopolios gremiales, apoyó la ley agraria, suprimió algunos impuestos, liberalizó el precio de las manufacturas y reunió un gobierno integrado por ilustrados españoles a los que se les dio cargos en el gobierno. Se firma en 1796 el Tratado de San Ildefonso, en el cual se establece un acuerdo para hacer frente conjuntamente a Gran Bretaña. Como resultado del enfrentamiento, se interrumpe la comunicación con América. En 1800 se firma otro Tratado de San Ildefonso, que era un acuerdo hispano-francés en el que se establecían, entre otras cosas, la entrega de material militar por parte de España a Francia.

Napoleón Bonaparte participó en la defensa contra el ataque aliado, poniendo en práctica sus tácticas militares y se ganó el respeto de las clases sociales de Francia. Fue reconocido héroe nacional y más tarde, en 1804, conseguirá el título de emperador. Comienza una guerra contra Gran Bretaña, España aportó su armada invencible, la cual fue dirigida por subordinados de Napoleón en la Batalla de Trafalgar, el 21 de octubre de 1805. Tuvo lugar cerca de Cádiz y significó para España el fin como potencia colonial y marítima.

La Ilustración Española y el Tratado de Fontainebleau

Ilustrados como Jovellanos y Cabarrús introducen ideas reformistas, las cuales impactaron en diversos estamentos en la península y en América. La creación de las Reales Academias de la Lengua, Historia, Medicina… fueron algunos logros de la Ilustración española.

El Tratado de Fontainebleau fue firmado el 27 de octubre de 1807 en la ciudad francesa de Fontainebleau, entre Manuel Godoy y Napoleón Bonaparte. En él se establecía la invasión franco-española de Portugal y se permitía el paso de las tropas francesas por territorio español, siendo así el antecedente de la invasión francesa en la península y de la Guerra de la Independencia.

La Guerra de la Independencia y la Constitución de 1812

Por la corona española se enfrentaban el rey Carlos IV y Fernando VII. Napoleón propone a Fernando una reunión en Bayona, este acude, lo que no sabía es que acababa de caer prisionero, fue el inicio de un exilio que duraría 6 años. Napoleón reúne finalmente a toda la familia real en Bayona el 30 de abril, haciendo que Fernando le devolviese los poderes recibidos a su padre, este se los da a Napoleón, el cual redacta un decreto por el cual su hermano sería rey de España. En julio de 1808, José I Bonaparte empieza su reinado como rey de España, la administración y el alto clero lo aceptan y apoyan, pero el pueblo lo rechaza mediante revueltas y levantamientos, creyendo que había secuestrado al legítimo rey de España, y que él era un invasor.

El 2 de mayo en Madrid empezaron una serie de hechos violentos surgidos por la respuesta popular ante la situación política tras el Motín de Aranjuez. Se extendió por todo el país una ola de proclamas de llamamientos públicos a la insurrección armada. Debido al caos y vacío de poder, se forman Juntas, que son organismos creados por la burguesía, apoyados por la milicia nacional, que pretenden destituir el sistema feudal y, posteriormente, instaurar medidas más “liberales”. El 25 de septiembre de 1808 queda constituida la Junta Central administrativa, que asumía la soberanía nacional. Gente de todas las clases sociales se organiza en pequeños ejércitos con la intención de expulsar al ejército francés, da así comienzo la Guerra de la Independencia.

El rumbo de la guerra no cambia y España se alía con Gran Bretaña, los ingleses desembarcan en Portugal, Coruña y Baleares, formando una organización militar conjunta. Tras la victoria española en Bailén, Napoleón convoca a la Grande Armée y comienzan una serie de victorias francesas en territorio español, como en Ocaña. Las tropas de Napoleón consiguen un rápido avance, derrotando a la resistencia española, como al ejército inglés. Empieza la guerra de guerrillas, que consiste en desarrollar tácticas militares en conflictos armados, que constan de la hostigación enemiga en el propio territorio mediante ataques rápidos y sorpresivos. Como consecuencia, las tropas francesas se dispersan y el ejército sufre una cantidad significativa de bajas.

Durante el resto del año, los ejércitos regulares españoles lanzaron una serie de ofensivas y contraataques buscando la batalla decisiva. Se consiguen pequeñas victorias en batallas campales, pero tras un desastre absoluto, Andalucía cae sin apenas resistencia. En aquel momento, Napoleón anuncia en febrero de 1810 la creación de una serie de gobiernos militares en Cataluña, Aragón, Navarra y País Vasco, dirigidos por subordinados militares de París. En el verano de 1812, los aliados anglo-hispano-portugueses pudieron lanzar una gran ofensiva, derrotando a los franceses en la Batalla de Arapiles, obligando a José Bonaparte a huir temporalmente a Madrid. Mientras, la campaña de Rusia desgastaba al ejército de Napoleón y en 1814 fueron expulsados de España y Napoleón firmó la paz, esto supuso el retorno de Fernando VII al trono.

Cambios políticos durante la Guerra de la Independencia

Mientras se desarrolla la guerra, se produce un cambio político. El rey José I Bonaparte redacta un Estatuto en Bayona en julio de 1808 que no es aceptado por el pueblo español. La Carta Otorgada contenía: división de poderes, derechos y libertades, limitación del poder de la corona, cambio en las Cortes.

Durante la Guerra de la Independencia, las revueltas populares desembocan en la creación de las Juntas locales y regionales de defensa. Estas Juntas tienen como objetivo defenderse de la invasión francesa y llenar el vacío de poder. Se componían de militares, alto clero, funcionarios y profesiones liberales, todos conservadores. En las Cortes de Cádiz se redacta la Constitución de 1812. Era la primera Constitución otorgada en España que estableció, por primera vez, la soberanía popular y la división de poderes, es la más extensa: 384 artículos divididos en 10 títulos divididos en capítulos. De carácter rígido. Fue redactada en una asamblea constituyente, integrada por diputados liberales, respondía a principios de la Revolución Francesa: división de poderes, mandato administrativo, soberanía nacional. El sufragio no era plenamente universal, pues se excluía a cierta clase de personas y también presentaba carácter censitario. El procedimiento electoral era indirecto, organizado en cuatro fases que suponían la elección de compromisarios: de parroquia, partido, provincia, diputados provinciales a Cortes. Se asegura el derecho de la protección: derecho de propiedad, igualdad ante la ley, inviolabilidad de domicilio. Limitaciones: religiosas y de prensa. Organización: legislativa, ejecutiva y judicial y, en cuanto a organización territorial, el estado se divide en provincias.

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