LA PRÁCTICA DEL DESPOTISMO ILUSTRADO:
Carlos III Carlos III (1759-1788)1 es el máximo representante del despotismo ilustrado, pensamiento y práctica política que concilió el absolutismo monárquico con el espíritu reformista de la Ilustración. Se rodéó de filósofos y políticos ilustrados para poner en marcha diversas reformas para mejorar la economía y la organización del Estado. En sus primeros años de reinado se rodéó de ministros italianos como Grimaldi -el marqués de Esquilache- que vinieron desde Nápoles como él. Sus reformas radicales contra los privilegiados, la carestía por la subida del precio del pan en 1765 y la presencia de extranjeros en el gobierno provocaron la caída de Grimaldi (motín de Esquilache, 1766). A partir de entonces Carlos IV, impulsó reformas más moderadas rodéándose de ilustrados españoles como Campomanes, conde de Aranda, Floridablanca, Olavide, Jovellanos, Cabarrús etc.
: -Reformas económicas. Bajo el prisma del liberalismo económico se aprobó la libre circulación de cereales y vinos (1766) o la liberalización comercial con América (1778). Las ideas de la fisiocracia sirvieron para impulsar limitar los privilegios de la Mesta, la colonización de tierras (Nuevas Poblaciones en Sierra Morena), la desamortización de tierras comunales…También se creó la Lotería Nacional (1763) y del Banco Nacional de San Fernando (1782). -Reformas religiosas. La monarquía limitó el poder de la iglesia (regalías). Así, se limitó el poder de la Inquisición, se expulsó a los jesuitas en 1767 etc. -Reformas militares. Se establecíó el servicio militar obligatorio con un sistema de quintas, se reorganizó la estructura del ejército etc. -Reformas sociales. Se tomaron medidas de dignificación del trabajo industrial o comercial (1783), apoyo al desarrollo educativo y científico, control de grupos marginados (vagabundos o gitanos) etc. -Reformas institucionales. Se limitó el poder municipal de la oligarquía urbana con la creación de cargos elegidos por la población como los síndicos y los diputados del común, etc. 9.5 EVOLUCIÓN DE LA POLÍTICA EXTERIOR EN Europa Tras Utrech, los objetivos de Felipe V se dirigieron a recuperar los territorios perdidos en España e Italia y asegurar el Imperio colonial español. En el primer caso, esta política se denominó revisionismo, y tenía como objetivo expulsar a los austriacos de Italia. Constituyó un fracaso, por lo que España tuvo que llevar a cabo una política más realista basada en la negociación lo que llevó a la firma de los llamados Pactos de Familia con Francia. Gracias a estos pactos (1733, 1743 y el último en 1761) España consiguió recuperar la influencia en Italia situando a los hijos de Felipe, los infantes Carlos y Felipe, como reyes de las Dos Sicilias (Sicilia y Nápoles) y de los ducados de Parma y Toscana respectivamente. Pérdidas territoriales por el tratado de Utrecht de 1713. Después de un periodo de neutralidad con Fernando VI, la política exterior con Carlos III se orientó a frenar el expansionismo británico en América junto a Francia. Participó en la guerra de los siete años (1756-63) y en la guerra de la independencia de las Trece Colonias norteamericanas (1775-1783) consiguiendo recuperar Florida, Menorca y Sacramento (Uruguay). El estallido de la Revolución Francesa en 1789 hizo que el nuevo monarca Carlos IV se alinease con el Reino Unido hasta 1795, fecha en la que de nuevo se retomará la tradicional alianza con Francia LA ILUSTRACIÓN EN ESPAÑA
Fue una corriente de pensamiento nacida en Inglaterra, Provincias Unidas y Francia, caracterizada por la utilización de la razón y la crítica como instrumentos para comprender la realidad natural y social frente a otras formas de conocimiento como la tradición o la revelación. Su autonomía del poder político, la tolerancia religiosa, el interés por la tolerancia religiosa y la importancia que dieron a la educación fueron algunas de sus carácterísticas. En España la Ilustración tiene antecedentes en los arbitristas y novatores del Siglo XVII y tendrá unas carácterísticas propias: – Se encaminó a identificar y solucionar las causas del atraso económico y cultural del país. Entre otras, señalaron el excesivo peso de la Iglesia sobre la educación, la escasa valoración social de la ciencia y las actividades productivas y la existencia de numerosos privilegios en el mundo agrario. – Política y socialmente fue un movimiento conservador al no cuestionar ni el absolutismo político ni el orden social estamental. Apoyó a la monarquía en su propósito de vencer las resistencias de los grupos privilegiados (nobleza e iglesia) a las reformas ilustradas. – Su difusión no se hizo a través de las universidades, dominadas por el escolasticismo, sino a través de las academias y las Sociedades Económicas de Amigos del País. Las primeras formaron intelectuales y científicos ilustrados y patrocinaron expediciones científicas (Ej. Expedición Malaspina por América y Asía).Las segundas, reunían a grupos de ilustrados que perseguían fomentar el desarrollo económico y educativo de sus provincias. – Entre los ilustrados españoles destacan el padre Feijoo o Gregorio Mayans que criticaron el pensamiento tradicionalista. Con Carlos III, la Ilustración española llegó a su momento de esplendor y mayor influencia política con personajes como el conde de Aranda, Floridablanca, Campomanes y Jovellanos. Evolución población s.XVIII ASPECTOS ECONÓMICOS Y SOCIALES DEL Siglo XVIII Durante el Siglo XVIII hubo un crecimiento demográfico continuado (se pasó de 7.5 a 10 millones), aunque desigual, mayor en la periferia (Cataluña, Valencia, Vascongadas…) que en el interior así como concentrado en algunas ciudades como Madrid y Barcelona ( por encima de los 100000 hab.). El régimen demográfico siguió presentando rasgos antiguos (natalidad y mortalidad altas, bajo crecimiento natural, corta esperanza de vida) aunque descendíó la mortalidad catastrófica y la natalidad aumentó gracias a las políticas poblacionistas impulsadas por los reyes. La agricultura sufría la persistencia de una estructura de propiedad feudal (con gran cantidad de superficie amortizada) y de bajos rendimientos por la mala calidad de las tierras disponibles, la incidencia de la meteorología y las deficiencias técnicas. Por ello, las crisis de subsistencia fueron frecuentes (1709, 1723, 1750, 1764…) aunque menos intensas que en décadas anteriores debido a la mejora del abastecimiento de granos. Mayoritariamente se cultivaban cereales aunque crecíó la superficie dedicada a nuevos cultivos como la patata o el maíz. Los monarcas ilustrados impulsaron medidas para mejorar la productividad del campo: libertad de comercio de productos agrarios, desamortizaciones de tierras comunales, obras de irrigación, supresión privilegios de la Mesta, repoblaciones de Sierra Morena etc. La producción manufacturera en la ciudad se basaba en el taller artesanal sometido a la regulación gremial, de producción escasa y orientada hacia los mercados locales. En el campo, fuera del control de los gremios, se desarrolló la industria rural (protoindustria). La política seguida por los Borbones en esta materia fue del tipo mercantilista con el fin de aumentar la demanda industrial. Así se establecíó medidas proteccionistas y se fomentó la creación de manufacturas públicas (Reales Fábricas) dedicadas a producir bienes de lujo( tapices como en la Real Fábrica de San Ildefonso) o militares (Real Fábrica de La Cavada). Con Carlos III se adoptaron medidas del liberalismo económico fomentando la iniciativa privada y la libertad de comercio y trabajo y limitando, en parte, el poder de los gremios. Sin embargo solo se puede hablar de un tejido industrial sólido en Cataluña el cual se basará en la producción de textiles de algodón. La actividad comercial se expandíó gracias al crecimiento demográfico y a la política mercantilista. El mercado interior sin embargo no estaba integrado debido a las malas infraestructuras de transporte y la existencia de adunas y peajes interiores. Para solucionar estos problemas se fomentaron las obras públicas y se eliminaron algunas aduanas y peajes, especialmente entre Aragón y Castilla. El comercio exterior se realizaba con las colonias americanas y con Europa. Con Europa el comercio se basaba en la exportación de materias primas y la importación de productos manufacturados por lo que, a pesar del proteccionismo, era deficitario. El comercio americano se revitalizó al reformar la vieja organización comercial -basada en el monopolio de un solo puerto, Cádiz, el sistema de flotas y el control de extranjeros- . De este modo se suprimíó el sistema de flotas (1735), se crearon compañías comerciales a las que se otorgó el monopolio de comercio y/o explotación de un territorio (Ej. Compañía Guipuzcoana de Caracas, 1728) y la liberalización de los puertos que podían comerciar con América. La estructura de este comercio se basaba en la exportación o reexportación de productos manufacturados y la importación de materias primas ( metales preciosos, cacao, azúcar etc.) A pesar de las reformas emprendidas la España del Siglo XVIII estaba inmersa en el modelo social que se denomina Antiguo Régimen caracterizado por: – La sociedad estamental, dividida tres estamentos: nobleza, clero y pueblo llano, caracterizada por la existencia de privilegios jurídicos y económicos y la desigualdad de origen y la escasa movilidad social. – El absolutismo monárquico –y despotismo ilustrado- como forma de gobierno. – Una economía de base agraria (más del 80% de la población eran campesinos) cuya estructura de propiedad era feudal-basada en señoríos controlados por nobleza, iglesia y monarquía- y amortizada (fuera de los circuitos comerciales o “manos muertas”) a lo cual también contribuía la fórmula legal del mayorazgo. El cuestionamiento del Antiguo Régimen comenzó a producirse a finales del Siglo XVIII con el ascenso de la burguésía, la importancia creciente que fue cobrando la propiedad privada y la liberalización de las actividades económicas y las críticas del pensamiento ilustrado.