El Siglo de la Ilustración
El siglo XVIII se conoce como el Siglo de la Razón. Hace referencia a la confianza que tuvieron los pensadores de la época, los ilustrados. Estos eran llamados filósofos y eran partidarios de nuevas ideas y tenían una fe ciega en la razón. Constituyeron un movimiento intelectual conocido como Ilustración: crítico a las costumbres tradicionales y los privilegios de la nobleza y el clero. La Ilustración se basó en la idea del progreso, en la supremacía de la razón, en el desarrollo de la ciencia y de las libertades para mejorar la vida de los seres humanos. El país que alcanzó mayor fuerza fue Francia. Destacan importantes teóricos como:
Principales Pensadores de la Ilustración
- Montesquieu: criticó la concentración del poder y propuso la separación de los poderes legislativo, ejecutivo y judicial.
- Rousseau: pretendía acabar con las diferencias sociales existentes.
- Voltaire: luchó contra los abusos sociales y la rutina, criticando la sociedad de la época.
Las ideas de la Ilustración fueron recogidas por Diderot y D’Alembert, que elaboraron la Enciclopedia. En ella recopilaron todos los saberes de su tiempo. Gracias a esto se divulgaron las ideas de libertad e igualdad entre gran parte de la burguesía.
La Revolución Francesa
Movimiento social y político contra la sociedad estamental y la monarquía absoluta, encarnada por los Borbones. Se inició en 1789 y culminó con la muerte de Luis XVI.
Tratados de Paz
En 1711, la muerte del emperador José I de Austria hizo que el archiduque Carlos heredara el trono de Austria. Ninguna potencia europea deseó entonces que el archiduque accediera también a la corona española, por lo que decidieron firmar las paces de Utrecht y de Rastatt (1713/1714).
La Sublevación e Independencia de las Colonias Inglesas
A lo largo del siglo XVIII, las tensiones entre las trece colonias inglesas no dejaron de crecer. Las razones había que buscarlas en el aumento del número de impuestos y en la nula representación de los colonos en el Parlamento británico. A partir de 1764, las autoridades británicas impusieron nuevos tributos: la Ley del Timbre e impuestos sobre la importación de cristal, pinturas, plomo y té.
El más importante fue el motín del té. Un grupo de jóvenes colonos, disfrazados de «pieles rojas», asaltó varios buques del puerto, arrojó al mar su cargamento de té y promovió manifestaciones callejeras en la ciudad. Las autoridades británicas reprimieron los actos con dureza y limitaron libertades, provocando la indignación de las colonias y sentando las bases de la futura guerra de independencia.
La guerra se prolongó durante varios años (1775-1783), lo que obligó a los rebeldes a improvisar un ejército de voluntarios cuyo mando tomó George Washington. En 1776 aprobaron la Declaración de la Independencia. Tras su derrota, Gran Bretaña reconoció la Paz de Versalles (1783).
El Inicio de la Revolución Francesa
Durante la mitad del siglo XVIII, la difusión de las ideas ilustradas en Francia creó un ambiente cada vez más hostil hacia la monarquía absoluta, la sociedad estamental y los privilegios de la nobleza y el clero. En 1788 la situación de la monarquía era insostenible, ya que la Hacienda Pública se hallaba en bancarrota y el hambre se extendía por amplias zonas del país. Luis XVI se vio obligado a convocar los Estados Generales. Estos eran una asamblea medieval formada por los tres estamentos (clero, nobleza y pueblo llano).
Las sesiones se iniciaron en Versalles y las primeras discusiones fueron acerca de la forma de votación. Los representantes del pueblo llano pidieron que el voto fuera individual, mientras que el clero y la nobleza se mostraron partidarios de hacerlo por estamentos. Al ser rechazadas sus reivindicaciones, los representantes del pueblo llano se constituyeron en Asamblea Nacional (7 de junio) y juraron no ceder hasta lograr una constitución para Francia. Luis XVI trató de disolver la Asamblea, pero esta continuó atrayendo a representantes de la nobleza y el clero. Mediante la Asamblea Nacional, decidió pasar a denominarse Asamblea Constituyente (7 de julio). Poco después, el pueblo de París asaltó la prisión de la Bastilla el 14 de julio de 1789.
La Asamblea Constituyente y la Asamblea Legislativa
Una de las primeras disposiciones que aprobó la Asamblea Constituyente (1789-1791) fue la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. En ella se reconocían los derechos fundamentales de las personas: libertad, igualdad… Dos años después se elaboró la primera constitución francesa. En ella se proclamaba la soberanía del pueblo, se reconocían las libertades políticas, se establecía la separación de los poderes y el derecho al voto. Una vez aprobada la constitución, la Asamblea Constituyente se disolvió dando paso a la Asamblea Legislativa (1791-1792). Los nuevos diputados estaban divididos. Los principales grupos fueron el de los girondinos, de planteamientos moderados, y el de los jacobinos, más radicales y dispuestos a acabar con todos los vestigios del Antiguo Régimen.
Definiciones
- Concordato: pacto o tratado entre la Santa Sede y el gobierno de un estado sobre las relaciones entre ambos.
- Código Napoleónico: consagra lo esencial del espíritu revolucionario: libertad individual, de conciencia y del trabajo, carácter y separación de poderes (consagra los derechos, deberes y poderes de todas las personas).