E) Política exterior: adhesión a la CEE e integración en la OTAN
En 1962 el gobierno tecnócrata de Franco había solicitado la adhesión a la CEE, que fue denegada por el Informe Birckelbach al no tratarse España de una democracia. En 1970 la insistencia del gobierno español se materializó en el Acuerdo Preferencial con la CEE por el que si bien España no ingresaba en el por entonces denominado Mercado Común, si podía exportar productos en condiciones más ventajosas al eliminarse parte de los aranceles. Con el inicio de la Transición, en 1977 el gobierno de Suárez solicitaba de nuevo la adhesión a la CEE, pero se trababa de un mal momento ya que la crisis petrolera de 1973 producía en la Europa comunitaria una reticencia a cualquier ampliación. Con la democracia relativamente asentada en España – la Constitución había sido promulgada en 1978 y la crisis económica en Europa había amainado-, las negociaciones por fin fueron iniciadas oficialmente en 1979, existiendo consenso en las fuerzas políticas del Parlamento. Pero fue Francia la que bloqueó las negociaciones debido a que a sus intereses pesqueros y agrícolas los productos españoles le harían una gran competencia. De esta manera, lo esencial estaba por realizarse cuando ganaron las elecciones en España los socialistas en 1982. El año anterior se había producido un acontecimiento importante en Francia, cuando había accedido a la presidencia el socialista Mitterrand, de manera que a partir de ese momento la buena sintonía entre la presidencia de la República Francesa y el presidente del gobierno español González allanaría el camino.
Fue en la etapa de los gobiernos socialistas cuando España se adhirió a la Europa comunitaria. El ministro de AA.EE Morán se encargó de dinamizar el esfuerzo y en 1983 el Consejo europeo celebrado en Stuttgart fue clave, ya que la RFA (República Federal Alemana) vinculaba el aumento de los fondos comunitarios a la ampliación, aceptando la adhesión de España y Portugal. Un nuevo paso se dio en la cumbre comunitaria celebrada en 1984 en Bruselas, en la que se vencieron las suspicacias de Gran Bretaña al aceptar la participación de este país en los presupuestos comunitarios, a cambio de la concesión del llamado “cheque británico” , por el cual una parte de la aportación económica a la CEE retornaba al país. El paso decisivo lo constituyó el cambio definitivo de postura de Francia al afirmar que “la construcción europea era imposible dejando de lado a la península ibérica“. Finalmente se decidíó que la adhesión se produjera el 1 de Enero de 1986. Así pues, el año definitivo de las negociaciones fue 1985, fecha en la que se tuvieron que solucionar los problemas más espinosos que afectaban especialmente a los sectores agrícola, ganadero y pesquero- en estos tres hubo que proceder a una importante reducción para adaptar el nivel de producción español al sistema de cuotas comunitario-, industrial- que sufriría un duro proceso de reconversión que provocó altas tasas de desempleo- y a la situación de las Islas Canarias- para quien la CEE establecíó el POSEICAN (Programa de Opciones Específicas por la Lejanía e Insularidad de Canarias) e implementó medidas impositivas específicas como el IGIC (Impuesto General Indirecto Canario).
Coincidiendo Con la adhesión de España al club comunitario, la CEE firmo en 1986 el Acta Única Europea que supuso un espacio sin fronteras interiores, es decir, permitiren un futuro la libre circulación de mercancías, servicios, personas y capitales. En 1992 en Mastricht se tomo una de las decisiones mas importantes al firmar el
Tratado de la Unión Europea, el cual pretendía lograr una política exterior común de todos los Estados miembros, así como cooperar en política interior justicia y aumentar los poderes del Parlamento Europeo. Mas importante era el tema económico, pues se pretendían tomar decisiones que convirtieran en el futuro a la UE en un bloque que pudiese competir con EE.UU y Japón. Para ello se acordaba crear un mercado único por medio de una verdadera uníón económica y monetaria a lograr en distintas fases, que culminarían en el cumplimiento del Pacto de Estabilidad por parte de los Estados miembros. Este consiste en una serie de requisitos, inflación, tipos de interés, deuda pura y déficit publico, que hay que cumplir para integrarse en el Euro, la moneda única que comenzó a circular en Enero del 2002. Cuando España ingreso en la CEE su renta percapita se estimaba en un 62% de la media comunitaria. Pero gracias a la ingente inversión en fondos estructurales y fondos de cohesión estimada en unos 56 mil millones de euros a lo largo de los sucesivos programas presupuestarios septenales de la Unión Europea, la renta percapita española se situaba en el 90% de la media de los países mas ricos de la UE antes de la actual crisis económica. Por lo tanto se ha tratado del mayor ejemplo de ayuda económica por parte de otros países en toda la Historia, aunque tras la adhesión a la UE de los antiguos países comunistas del este de Europa a partir del 2004, cuya situación de partida es mucho peor que la de nuestro país en el momento de su adhesión, España ha dejado de percibir un volumen tan elevado de ayudas, pasando a ser contribuyente neto en el presupuesto comunitario. Respecto de la incorporación de España a la OTAN la posición personal del presidente Suárez era la de mantener una España neutral cercana a Iberoamérica y los países árabes. Pero fue en el propio gobierno de UCD su sucesor Calvo Sotelo el que decidíó apostar claramente por la integración en la Alianza Atlántica en un momento de grave crisis política interna. Desde el principio se opuso la URSS que adujo que la entrada de nuestro país en la OTAN rompería el equilibrio de bloques en tanto que EE.UU se manifestaba claramente a favor. En España, además el líder de la oposición González bajo el lema ‘’OTAN, de entrada no’’ era abiertamente contrario a la incorporación. Esta oposición furibunda llevo a la recogida de miles de firmas por ambos partidos para que se celebrase un referéndum sobre la cuestión. A pesar de todo, el gobierno de Calvo Sotelo consiguió aprobar la adhesión a la Alianza Atlántica, que se materializo en 1982. Pero ese mismo año ganaba las elecciones generales el PSOE con mayoría absoluta y en cuya campaña electoral había seguido insistiendo en la necesidad de evitar que España se integrara en la OTAN. No obstante, una vez instalado en el gobierno, lentamente se produjo un cambio total de opinión en el partido gobernante, definitivo tras la visita a España del presidente norteamericano Reagan en 1985, de manera que González para poder solucionar estas contradicciones, decidíó convocar un nuevo referéndum en 1986 que ratifico nuestra permanencia en la organización militar (OTAN)