LA INQUISICIÓN O TRIBUNAL DEL SANTO OFICIO
La Inquisición es una institución eclesiástica que nace con el fin de preservar la ortodoxia cristiana frente a las herejía (desviaciones de fe a lo que cree y propone la Iglesia Católica).
En España hubo dos Inquisiciones: la primera en el Siglo XIII y que solo afectó a los territorios de la Corona de Aragón. Esta primera Inquisición nace para combatir la herejía albigense, dependía directamente de Roma y al desaparecer la herejía desaparece el tribunal.
La segunda Inquisición es la más importante, la que más duración tuvo y más influencia en la historia de España, ya que duró tres siglos
Esta segunda Inquisición fue establecida por los Reyes Católicos en 1478, como instrumento para lograr uno de los principales objetivos de su política, la unidad Religiosa, y a diferencia de la primera Inquisición dependía directamente de la Corona; ya que los Inquisidores eran nombrados por la Corona y los procesos que se celebraban en España no eran apelables a Roma.
El primer tribunal de la Inquisición se establece en Sevilla en 1480, y en Febrero de 1481 se celebra el primer Auto de Fe que condenó a la hoguera a un grupo de judíos conversos acusados de herejía.
El funcionamiento de la Inquisición era como cualquier tribunal de naturaleza civil y estaba formado por los siguientes miembros: el Inquisidor Supremo que presidía el llamado Consejo Supremo,compuesto por cinco miembros. Además de estos cargos más importantes había otros cargos como: dos jueces y un teólogo, tenían trato de señorío y debían de vestir traje eclesiástico; un fiscal acusador y un juez de bienes que tasaba los bienes confiscados a los acusados; un notario que escribía las preguntas y respuestas hechas a los presuntos herejes; los Comisarios, había uno en cada pueblo y se encargaba de cumplir y que se cumplieran los edictos que sacara el Tribunal; los familiares que ejecutaban las funciones de vigilancia y protección a miembros del Santo Oficio.
La sede principal estaba en Sevilla posteriormente se traslada a Toledo y el alcance del tribunal llegaba a todos los territorios de la monarquía: Castilla, Aragón, Italia y los territorios de América.
Su campo de acción era muy amplio, ya que aparte de juzgar los delitos relacionados con la herejía y la moral, por una bula del Papa Clemente VIII tenia la facultado de revisar todo tipo de impresos y manuscritos, e igualmente prohibir la lectura y circulación de libros y manuscritos que se juzgasen perjudiciales para la moral o contrarios a los dogmas de la Iglesia.
Había un catálogo de delitos llamados mayores y que eran la brujería, la adivinación, y los llamados pecados nefandos, como las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo, relaciones contra natura o relaciones sexuales con animales; y los llamados delitos menores, como la blasfemia, la bigamia o las supersticiones.
Como medios para obtener confesiones se utilizaban las torturas y el tormento con los más sofisticados métodos.
Los castigos que iban en relación con los delitos cometidos, eran por lo general bastante duros e iban desde el destierro y la confiscación de los bienes para los delitos menores, mientras que los delitos mayores llevaban de manera inequívoca la muerte, al principio castrados públicamente y después colgados de los pies hasta que morían y desde 1497 estos castigos tan crueles se sustituyeron por la morir quemado en la hoguera.
Relacionado con el Tribunal de la Inquisición están los Autos de Fe, ceremonias que duraban todo el día, comenzando por la mañana con el desfile de las autoridades civiles y religiosas y después los condenados que llevaban unos vestidos infamantes, que se llamaban sambenitos, posteriormente se leían las condenas y los condenados a la pena de muerte eran quemados en la Plaza Mayor en presencia del pueblo que lo celebraba alborozado.
El brazo de la Inquisición fue demasiado largo e insignes personajes de nuestra historia fueron víctimas del Santo Oficio como: Fray Luis de León, preso durante cinco años en la cárcel de San Marcos en León o Antonio de Nebrija, insigne humanista, autor de la primera gramática castellana
La Inquisición fue abolida en 1834, y a lo largo de su historia se convirtió en un instrumento de persecución de las minorías culturales y religiosas-judíos, moriscos y protestantes-, acabadas con las minorías culturales y religiosas se dedicó a perseguir las ideas, y así, a lo largo del Siglo XVIII, seguidores de la Ilustración, como Olavide ,y seguidores de las ideas emanadas de la Revolución Francesa fueron víctimas del Tribunal del Santo Oficio.
EL FIN DE LA HEGEMONÍA DE LA MONARQUÍA HISPÁNICA: LA PAZ DE Westfalia.
Durante el Siglo XVI el Imperio de Carlos I y la monarquía hispánica de Felipe II mantuvieron una clara hegemonía en Europa y el Mediterráneo.
El reinado de Felipe III transcurríó en calma (aunque tuvo que firmar la Tregua de los Doce Años en los Países Bajos) pero con Felipe IV (1621-1665) el declive español en Europa fue un hecho.
Reinado de Felipe IV
En el exterior, los fracasos de la Guerra de los Treinta Años (causada por la lucha por el predominio político en Europa y por las divisiones religiosas y políticas en Alemania) supusieron el fin de la hegemonía de los Austrias. El equilibrio de fuerzas fue claramente desfavorable para los intereses de España. Del bando español – católicos- estaban España y Austria; y del otro, protestantes estaban los príncipes alemanes, los Países Bajos del Norte-Holanda-, Dinamarca, Suecia, Francia e Inglaterra, que aunque no interviene activamente en la guerra, sin embargo presta ayuda a los Países Bajos en un intento de desestabilizar a España. Su larga duración, 30 años, dejó completamente destruido el centro europeo y en particular España donde las consecuencias fueron nefastas. El gasto que supuso el sostenimiento de la guerra produjo varias bancarrotas del estado. Desde el punto de vista militar, tras una serie de victorias iniciales, la entrada de Francia (1635) trajo consigo una serie de fracasos militares que culminaron con la derrota de Rocroi (1643) en la que por primera vez en 150 años los tercios españoles eran vencidos en campo abierto.
La entrada de Francia obligó a España a un último esfuerzo en hombres y dinero. El Conde Duque de Olivares, valido de Felipe IV, presentó un proyecto que se llamó la Uníón de Armas:
Cada reino debía de aportar una serie de tropas para formar un ejército de 140.000 hombres. Castilla y sus territorios de las Indias, Aragón, Portugal, Cataluña y los demás reinos. Este proyecto resultó inviable por el rechazo que suscitó en todos los territorios del reino, especialmente en Cataluña por la injerencia de Castilla en sus asuntos. Estuvo en el origen de la Crisis de 1640 en la que se sublevan Cataluña y Portugal. En el caso de Cataluña, el apoyo de Francia hizo que la sublevación durara 12 años y acabó con la toma de Barcelona. Portugal consiguió su independencia apoyado por Inglaterra. Esta crisis de 1640 va a tener como consecuencia inmediata la caída del valido Conde Duque de Olivares en 1643.
La Guerra de los 30 años concluyó con la paz de Westfalia (1648) que reconocíó el derecho de los príncipes alemanes a escoger la religión de sus estados, la independencia de Holanda y Suiza o la concesión de ventajas territoriales a Suecia. Para España supuso la independencia de los Países Bajos (Holanda) después de 80 años de guerra y la pérdida de la hegemonía en Europa, a favor de Francia.
Sin embargo la paz de Westfalia no va significar el final de las luchas para España, que va mantener una larga guerra con Francia que durará 11 largos años. Había varios asuntos por resolver con Francia entre ellos el apoyo a los insurrectos de Cataluña. Así se llegó a la Paz de los Pirineos en la que España cedía a Francia Rosellón, Cerdaña y una serie de plazas en los Países Bajos, le concedía una serie de ventajas comerciales en su comercio con América y para sellar esta paz se acuerda el matrimonio del futuro rey de Francia Luis XIV con María Teresa de Austria, hija de Felipe IV.