Introducción
Tras la dictadura de Franco, España se enfrentó a la necesidad de una transición hacia la democracia. Tres alternativas se presentaron: la continuidad del franquismo, la ruptura inmediata con el régimen, y la reforma del sistema. El Rey Juan Carlos I optó por la vía reformista, impulsada por Adolfo Suárez desde la Presidencia del Gobierno. La legalización de partidos y sindicatos, las amnistías, la supresión de tribunales especiales y el reconocimiento de las instituciones vasca y catalana fueron pasos clave hacia la Constitución de 1978, marcando el inicio de la democracia y la alternancia de partidos: UCD, PSOE y PP.
Los Gobiernos de la Unión de Centro Democrático (1979-1982)
El Gobierno Constitucional de Adolfo Suárez (1979-1981)
La Constitución de 1978, el mayor logro de Suárez, paradójicamente marcó el inicio de su declive. Las elecciones generales, convocadas antes que las municipales, fortalecieron a la UCD pero mostraron el avance del PSOE. Los socialistas, con el apoyo de los comunistas en los gobiernos municipales, se hicieron con el control de las grandes ciudades. El gobierno de Suárez impulsó la creación de las autonomías: País Vasco, Cataluña, Galicia y Andalucía. Se aprobaron el Código Civil, el Estatuto de los Trabajadores y se creó el Tribunal Constitucional. Sin embargo, la crisis de la UCD se agravó por el terrorismo de ETA y los GRAPO, la presión de conservadores y progresistas, y la falta de apoyo interno, llevando a la dimisión de Suárez.
El Gobierno de Calvo Sotelo y el Asalto a la Democracia (1981-1982)
El intento de Golpe de Estado del 23-F, liderado por Tejero, fue contrarrestado por la firmeza del Rey y la lealtad de las Fuerzas Armadas. Calvo Sotelo, elegido presidente, se centró en la economía. La entrada en la OTAN, la LOAPA, el escándalo del aceite de colza y la aparición del SIDA marcaron su mandato. Las victorias del PSOE y AP en las elecciones autonómicas andaluzas y gallegas ahondaron la crisis de la UCD.
Los Gobiernos del PSOE (1982-1996)
El triunfo del PSOE en 1982, con Felipe González al frente, marcó el fin de la transición. Con una amplia mayoría, el PSOE consolidó la democracia, actuando con firmeza ante cualquier atisbo de indisciplina militar. La expropiación de RUMASA y la aparición de los GAL fueron las notas negativas. Las reformas legislativas en materia judicial, derechos de la persona y educación fueron significativas. La oposición social y sindical, manifestada en huelgas generales, no impidió la reelección del PSOE en 1989. La crisis económica internacional, la pérdida de la mayoría absoluta en 1993 y los casos de corrupción debilitaron al PSOE, que perdió el gobierno en 1996.
En política internacional, España se incorporó a la CEE y confirmó su permanencia en la OTAN. En el ámbito económico, los gobiernos socialistas llevaron a cabo la reconversión industrial, la modernización de infraestructuras y el control de la inflación, culminando con la incorporación a la moneda única europea.
Las Elecciones de 1996 y los Gobiernos del Partido Popular (1996-2004)
El PP, liderado por José María Aznar, se modernizó y se desplazó hacia el centro, logrando la victoria en 1996 con el apoyo de CiU. Se implementó un programa de privatizaciones y se afrontó el reto de la inmigración. En el 2000, el PP obtuvo mayoría absoluta. La economía continuó mejorando, permitiendo la entrada de España en el euro. A partir de 2001, la economía se ralentizó.
Los Socialistas, de Nuevo en el Poder
Tras los atentados del 11-M en Madrid, el PSOE, con José Luis Rodríguez Zapatero, ganó las elecciones de 2004. La retirada de las tropas de Irak, la reforma de leyes educativas y una importante labor legislativa en materia social marcaron la legislatura. La renovación de Estatutos de Autonomía y las leyes sobre igualdad, violencia de género, matrimonio homosexual y regularización de inmigrantes generaron controversia. En 2008, el PSOE revalidó su victoria.