La Península Ibérica: Historia Antigua y Medieval

La Península Ibérica en la Edad Media (1º núcleos de resistencia):

Tras la desaparición de los visigodos, las zonas montañosas del norte de la península se mantuvieron libres de dominación musulmana. Los primeros núcleos de resistencia cristiana frente al Islam fueron el aragonés, el asturiano, los Condados Catalanes y el de Pamplona-Navarra. Durante los siglos VIII al X, se limitaron a resistir.

El reino astur:

Se dio el primer episodio organizado de resistencia contra la conquista musulmana, protagonizado por Don Pelayo, en la batalla de Covadonga (722). Esta batalla resultó en el interés de los musulmanes por la zona, el establecimiento de una frontera entre cristianos y musulmanes y la derrota de los invasores. La corte se establece en Cangas de Onís. Alfonso I amplió los dominios y consolidó la monarquía astur. Alfonso II repuso el Liber Iudiciorum como norma jurídica y trasladó la capital a Oviedo. Alfonso III colonizó el valle del Duero por presión demográfica, y cuando murió, la capital se trasladó a León. En el siglo X, se denominó reino astur-leonés, ocupando León, Asturias, Galicia, Castilla y las fronteras de Portugal. Castilla avanzó hacia la independencia bajo el reinado de Fernán González.

El reino de Pamplona:

En 778, los vascones derrotaron a los carolingios y en 799 se rebelaron contra el emirato de Córdoba. El reino de Pamplona surgió en el siglo IX, cuyo primer titular fue Íñigo Arista. En el siglo X, los Arista fueron sustituidos por los Jiménez. Sancho Garcés I comenzó la conquista de La Rioja, y posteriormente Navarra y Aragón por enlaces matrimoniales. Más tarde, Sancho III el Mayor desarrolló el reino de Navarra y ocupó la zona pirenaica de Sobrarbe, Castilla, parte de León y Ribagorza. Cuando murió, dividió el reino entre sus hijos: Fernando I (le dejó Castilla, naciendo así como reino independiente), Ramiro I (le dejó Aragón) y García (Navarra). Gonzalo, un cuarto hijo, heredó los condados de Ribagorza y Sobrarbe, pero murió asesinado y estos pasaron a ser de Aragón.

El reino de Aragón:

Con capital en Jaca, osciló entre la influencia musulmana, franca y navarra. Sus avances en la reconquista fueron pocos debido a la presencia de los musulmanes en el valle del Ebro.

Los Condados Catalanes:

Formaban la Marca Hispánica, frontera en los Pirineos frente al Islam. Se organizó en condados con autoridades nombradas por los francos, y con el tiempo estos cargos se volvieron hereditarios. Con Wifredo el Velloso en el condado de Barcelona, se unificó gran parte de los condados. Borrell II, un conde, asistió a la independencia definitiva del poder franco.

Los prerromanos:

Tartessos:

La reina entre mito y realidad, asentaba en el sudoeste peninsular y en la zona del bajo Guadalquivir. Practicaban una agricultura evolucionada, importante actividad minera y un activo comercio. Conocían la escritura, la metalurgia del hierro, el torno alfarero. A partir del siglo V, los tartessos desaparecieron por su incapacidad para revalidar con los cartagineses, su territorio se fraccionó entre diversos pueblos que recibieron el nombre de iberos.

Iberos:

Se agrupaban en tribus independientes, no formaban una unidad política sino cultural a través de los pueblos colonizadores. Hablaban una lengua parecida, conocían la escritura y la moneda. Su sociedad estaba muy estratificada con una fuerte aristocracia donde el gobierno era un monarca. Tenían desarrollada la agricultura, la ganadería, la minería y un activo comercio con los pueblos colonizadores.

Celtiberos:

Sus antepasados son indoeuropeos, habitaban en el centro y la parte occidental de la península, hablaban una lengua común, conocían la metalurgia del hierro, practicaban la ganadería y la agricultura cerealista. Vivían en poblados de doble muralla y se organizaban en clanes gobernados por una aristocracia guerrera. Marcan los territorios relacionados con la agricultura.

Pueblos de la Franja Cantábrica:

De origen indoeuropeo con economías primitivas, dedicándose a la ganadería. Los castros poblados graba arcos fuertemente amurallados con viviendas de planta circular y techo de paja. Los pueblos más desarrollados son los del sur, este y valle del Ebro, por su contacto con los pueblos colonizadores, y más primitivos los del interior y norte peninsular. Su objetivo era comerciar con los indígenas para obtener metales y otros productos.

Fenicios:

Pueblo de comerciantes del siglo IX a.C. que establecieron factorías comerciales por todo el Mediterráneo. Introdujeron en la península la vid, el cerdo, impulsaron la vida urbana, ideas religiosas y el alfabeto. Han dejado el sarcófago antropoide de Cádiz.

Griegos:

Rivales comerciantes de los fenicios que fundaron colonias en la costa catalana. Ejercieron una fuerte influencia sobre las poblaciones indígenas. Aportaron: el olivo, el asno, la gallina, difundieron el arado, obras de arte y añadieron vocales al alfabeto.

Cartagineses:

eran los baldío años que heredaron los enclaves fenicios y desde Ibiza controlarán el mediterráneo occidental expulsando a los griegos. Se enfrentaron con Roma (guerras punicas) ocuparán el sur y este de la península buscando metales, ambas es territoriales y mercénarios para su ejército. Cartagena fue su capital.

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