Estallido del conflicto
El 28 de junio fue asesinado en Sarajevo el heredero de la corona austriaca, el archiduque Francisco Fernández, junto a su mujer, en un atentado por un estudiante bosnio. Austria decidió juntarse con Serbia. A partir de ese momento se puso en marcha el juego de alianzas y en una semana toda Europa entró en guerra.
Guerra de trincheras
En agosto de 1914, el plan alemán Schlieffen atacó rápidamente contra Francia entrando por Bélgica y Luxemburgo. En seis semanas, Francia habría de capitular y ejércitos hermanos avanzaron sobre Bélgica. A principios de septiembre de 1914, los alemanes se encontraron a 40 km de París. El Mariscal Joffre consiguió parar a los alemanes en la batalla de Marnet. El resultado fue que la estrategia alemana de la guerra relámpago fracasó. Francia, ayudada de sus aliados, estabilizó posiciones defensivas desde la frontera de Suiza hasta el Mar del Norte.
La mundialización del conflicto
En mayo de 1915, la intervención de Italia al lado de los aliados abrió un nuevo frente para Austria-Hungría, consiguiendo la victoria en Caporetto. La entrada del Imperio Otomano (noviembre de 1914) y de Bulgaria (octubre de 1915) al lado de los imperios centrales trasladó el conflicto a los Balcanes. A medida que el conflicto se alargaba, la participación de los territorios coloniales fue tomando importancia. Tropas coloniales y de voluntarios participaron en los combates de cada bando. Además, las colonias ofrecieron recursos económicos y mano de obra para sustituir las economías europeas.
Un nuevo tipo de guerra
La Gran Guerra fue también un conflicto de nuevo tipo con la movilización de todos los recursos e implicación de población civil y militar. Desde el punto de vista económico, los gobiernos instauraron verdaderas economías de guerra con fuerte intervención del estado. Las factorías deberían funcionar a pleno rendimiento en la fabricación de armas. La población femenina y masculina no reclutadas fueron incorporadas a esa producción.
De las crisis de 1917 al fin de la guerra
El estallido también en 1917 de la Revolución Rusa y la subida de los bolcheviques al poder provocaron un enorme cambio. El nuevo gobierno soviético irió un armisticio, abandonó la contienda y firmó en marzo de 1918 el Tratado de Brest-Litovsk con los imperios centrales. En 1918 se produjo el desenlace definitivo del conflicto. En el frente de los Balcanes, entre septiembre y octubre, británicos, franceses e italianos derrotaron a turcos, búlgaros y austriacos. El Imperio Otomano y después el Austrohúngaro pidieron armisticios. Los checos anunciaron su intención de crear un estado propio y Hungría rompió todos sus vínculos con Austria, mientras los croatas proclamaban su independencia. En el frente oeste, los alemanes aprovecharon la retirada rusa para iniciar una serie de ofensivas, pero los aliados reorganizaron su ejército bajo un mando único y fortalecido con la ayuda estadounidense, obtuvieron la victoria en la zona de Marne que forzó la retirada del ejército alemán. A partir de septiembre, el reino empezó a hundirse: la marina se amotinó en Kiel, y una revolución inspirada en el modelo ruso estalló en todo el país. Guillermo II abdicó el 9 de noviembre de 1918; se proclamó la república y el nuevo gobierno en manos del partido socialdemócrata alemán, firmó el armisticio el día 11. La Primera Guerra Mundial había terminado.