El Preludio a la Guerra (1870-1914)
La Guerra Franco-Prusiana de 1870 marcó un punto de inflexión en la historia europea. Tras la derrota francesa y la cesión de Alsacia y Lorena, el canciller alemán Otto von Bismarck unificó los estados alemanes en un imperio, proclamando a Guillermo I como emperador en 1871. Este evento puso fin a dos siglos de dominio francés y catapultó a Alemania como nueva potencia continental. Para aislar a Francia, Bismarck forjó la Triple Alianza, compuesta por el Imperio Austro-Húngaro, Italia y Alemania (Potencias Centrales).
Tras la muerte de Guillermo I y el breve reinado de Federico III, Guillermo II ascendió al trono en 1888. En 1890, destituyó a Bismarck, cuya política exterior había mantenido a Rusia cerca de Alemania. Este cambio permitió a Francia y Rusia acercarse, firmando una alianza en 1894. Gran Bretaña se unió a esta alianza en 1904 (Triple Entente o Aliados), completando el panorama de alianzas que definiría la guerra.
En 1908, la anexión de Bosnia y Herzegovina por parte del Imperio Austro-Húngaro indignó a Serbia, que consideraba estos territorios como propios. Rusia, aliada de Serbia, también protestó. La tensión se elevó, pero la amenaza de una guerra se disipó temporalmente.
El Inicio de las Hostilidades (1914)
El asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria y su esposa en Sarajevo, a manos de un nacionalista serbio, desencadenó la crisis final. Austria responsabilizó a Serbia y exigió una serie de condiciones. El rechazo parcial de Serbia llevó a Austria-Hungría a declararle la guerra el 28 de julio de 1914. Rusia movilizó su ejército en apoyo de Serbia, lo que provocó un ultimátum alemán. La negativa rusa a detener la movilización llevó a Alemania a declararle la guerra el 1 de agosto. El ejército francés se movilizó y, tras la negativa de Bélgica a permitir el paso de tropas alemanas, Alemania le declaró la guerra el 3 de agosto. La invasión alemana de Bélgica llevó a Gran Bretaña a declarar la guerra a Alemania el 4 de agosto. El 6 de agosto, Austria-Hungría declaró la guerra a Rusia.
El Plan Schlieffen y la Guerra de Trincheras
Alemania seguía el Plan Schlieffen, que consistía en derrotar rápidamente a Francia en el frente occidental para luego concentrarse en Rusia en el frente oriental. El plan fracasó debido a la resistencia belga y la inesperada contraofensiva francesa en la Batalla del Marne. Ambos bandos se atrincheraron, dando inicio a la guerra de trincheras, un tipo de guerra estática que caracterizaría el conflicto.
El 29 de octubre, Turquía se unió a las Potencias Centrales, y el 5 de noviembre, los Aliados le declararon la guerra. A finales de 1914, el fin de la guerra parecía lejano. La Tregua de Navidad, un alto al fuego no oficial en la Nochebuena, ofreció un breve respiro en medio de la brutalidad del conflicto.
La Guerra Mundial (1915-1916)
En 1915, Alemania inició una guerra submarina contra Gran Bretaña, hundiendo el Lusitania, un barco con pasajeros estadounidenses, lo que provocó protestas internacionales. En el frente oriental, los intentos de los Aliados por ayudar a Rusia fracasaron. El uso de gas tóxico por parte de Alemania marcó un nuevo nivel de barbarie en la guerra. Italia se unió a los Aliados en mayo de 1916, tras la promesa de territorios controlados por Austria-Hungría. La Batalla de Jutlandia, el único gran enfrentamiento naval entre las flotas británica y alemana, terminó sin un claro vencedor.
A finales de 1916, la guerra se había extendido por todo el mundo, con pocos cambios territoriales y un futuro incierto.