La Reconquista en España: Cronología y Etapas Clave

La Reconquista

Tras la desaparición del reino visigodo, solo algunas zonas del norte peninsular (cantábrica y pirenaica) se mantuvieron libres de la dominación musulmana. Las pequeñas escaramuzas se sucederán hasta que en el s. IX se definan los diferentes reinos y condados peninsulares. Si tras la conquista de Toledo (1085) se inició la expansión cristiana (siglos XI-XIII), los siglos XIV y XV consolidarán la expansión aragonesa por el Mediterráneo; mientras que, superada la inestabilidad castellana, el fin de la Reconquista concluirá con la toma de Granada por los Reyes Católicos.

Los Primeros Núcleos Cristianos

Así pues, en el norte peninsular, tras la escaramuza protagonizada por Pelayo en Covadonga (722), surgirá la primera entidad política cristiana peninsular, transformándose en el reino de Asturias a partir de Alfonso I. Durante el siglo IX, Alfonso II el Casto adoptó el texto visigodo del Liber Iudicorum como norma jurídica, mientras que en Compostela se hallaron los supuestos restos del apóstol Santiago. Alfonso III el Magno tomó importantes ciudades, como Burgos, Oporto o León, capital del nuevo reino, cuya extensión llegaría a las márgenes del Duero. En el s. X, el conde Fernán González unificó varios condados bajo el nombre genérico de Castilla, quien junto con el monarca leonés Ramiro II avanzaría hasta el Sistema Central tras la victoria de Simancas (939).

Los Pirineos: Condados y Reinos

En los territorios pirenaicos la nobleza vascona se organizó en torno a Iñigo Arista tras el episodio de Roncesvalles (778). A comienzos del s. IX surgieron los condados de Sobrarbe, Ribagorza y Aragón, cuyo primer conde Aznar Galíndez situó la capital en Jaca. Por su parte, a principios del s. X se constituyó el reino de Pamplona, ocupando Sancho Garcés I las tierras del alto Ebro. Desaparecido Almanzor, el reino pamplonés alcanzaría su mayor extensión durante el s. XI con Sancho Garcés III el Mayor, cuyo testamento dividió el reino entre sus hijos: Sobrarbe y Ribagorza a Gonzalo; Pamplona a García, a cuya muerte el territorio sería incorporado al de Aragón; Fernando I de Castilla y Ramiro I de Aragón.

El Condado de Barcelona y la Expansión Cristiana

Por último, en el noreste surgieron desde finales del s. VIII otros condados (Gerona, Cerdaña, Urgell, Besalú, etc.). Durante el s. IX el conde Wifredo el Velloso unificaría diversos condados y a finales del s. X el conde de Barcelona, Borrel II, dejó de prestar homenaje a los reyes francos, iniciándose así la independencia política de Cataluña.

Entre los Siglos XI y XIII: La Gran Expansión Territorial

Entre los siglos XI y XIII se desarrolló la gran expansión territorial cristiana favorecida por la desaparición del Califato. De este modo, Alfonso VI recuperó Toledo en 1085, la antigua capital visigoda, si bien pronto el avance se detendría al ser derrotado por los almorávides en Sagrajas (1086). Por su parte, el rey aragonés Pedro I abandonaría el Prepirineo incorporando Huesca, mientras que Ramón Berenguer III reconquistaba Tarragona. Finalmente, en Aragón, Alfonso I el Batallador conquistaba Zaragoza (1118); mientras que en 1137 la heredera al trono, Petronila, se casaba con el conde catalán Ramón Berenguer IV, surgiendo así la Corona Catalano-aragonesa o simplemente Aragón.

El Siglo XIII: Victoria en las Navas de Tolosa y Consolidación Territorial

El siglo XIII cosechará la victoria cruzada de las Navas de Tolosa (1212) por el castellano Alfonso VIII. Unificados definitivamente Castilla y León por Fernando III el Santo, rápidamente serían anexionadas Córdoba (1236) y Sevilla (1248), mientras que su hijo, el futuro Alfonso X, reconquistaba Murcia tras el Tratado de Alcaraz (1243). Además, en esta época surgirán los grandes dominios de las órdenes militares (Santiago, Alcántara, Calatrava, etc.) con el fin de repoblar los nuevos territorios.

Expansión Mediterránea de la Corona de Aragón

En la parte oriental, Jaime I de Aragón tomaba Valencia y las Baleares, consumándose su Reconquista e iniciándose su proyección hacia el Mediterráneo durante el s. XIII y XIV al conquistar Sicilia, Cerdeña, Atenas y Neopatria.

Los Siglos XIV y XV: Consolidación y Conflictos Internos

Durante el s. XIV, Pedro IV el Ceremonioso acabaría con la nobleza rebelde aragonesa y creaba en Cataluña, y más tarde en Aragón y Valencia, la Generalitat. De este modo, si en Castilla la monarquía era autoritaria y las Cortes fueron unitarias (sin capacidad legislativa y con carácter consultivo), en Aragón cada territorio poseía las suyas (con capacidad legislativa, económica y carácter vinculante), es decir, una monarquía federal en la que el rey negociaba con las cortes (pactismo). Extinguida la dinastía aragonesa con Martín I el Humano, los representantes de Cataluña, Aragón y Valencia eligieron como rey en el Compromiso de Caspe (1412) a Fernando I de Antequera o Trastámara. Le sucederá su hijo Alfonso V el Magnánimo, quien controlaría el Reino de Nápoles.

Conflictos Sociales y Políticos en la Corona de Aragón

El último monarca medieval aragonés, Juan II, habría de controlar la guerra de los payeses de remensa y, sobre todo, el enfrentamiento entre la oligarquía y los gremios tradicionales (Busca) y la burguesía reformista (Biga), quien finalmente se impondría (Capitulación de Pedralbes, 1472).

Inestabilidad en la Corona de Castilla

En Castilla, el reinado de Pedro I el Cruel estaría marcado por el intento de afianzamiento del autoritarismo regio, lo que provocó la rebelión de la nobleza y de las ciudades, liderados por el hijo bastardo de Alfonso XI, quien subiría al trono como Enrique II de Trastámara tras matar al Cruel en la batalla de Montiel (1369). La resistencia de la nobleza feudal al poder real y la sucesión de bastardías explican la inestabilidad de Castilla durante el s. XIV y XV. En este contexto surgirá la figura de don Álvaro de Luna y los sucesos de Olmedo (1445), nuevamente reproducidos al ser depuesto Enrique IV (Farsa de Ávila), aceptándose por el Pacto de los Toros de Guisando (1468) que le sucediera su hermanastra Isabel. Mas cuando ésta se casó con Fernando de Aragón, el monarca designó como heredera a su hija Juana la Beltraneja. El enfrentamiento acabaría en 1479, momento en que Fernando II accede al trono en Aragón e Isabel es reconocida reina en Castilla.

El Fin de la Reconquista: Los Reyes Católicos y la Toma de Granada

Y precisamente serán ellos, los Reyes Católicos, quienes finalicen la Reconquista al tomar el reino nazarí de Granada en 1492.

Conclusión

En conclusión, la Reconquista revela un proceso histórico complejo por lo prolongado de su espacio temporal, dependiente por igual de la evolución cristiana y de las circunstancias de Al-Ándalus. Finalmente, el ideal visigótico posibilitaría que las Españas medievales derivaran en la unión dinástica de los dos grandes reinos, Castilla y Aragón, en aras de una nueva entidad denominada España, cuyo Estado se forjaría finalmente con la llegada de los Borbones en el siglo XVIII.

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