La Reconquista en la Península Ibérica
Resistencia Cristiana en el Norte
La Reconquista fue un proceso histórico que abarcó varios siglos en la Península Ibérica. Tras la ocupación musulmana de casi toda la península, la resistencia cristiana se mantuvo en el norte, principalmente en Asturias, Cantabria y el País Vasco. En el siglo IX, con el apoyo de Carlomagno, surgieron los reinos de Pamplona, Aragón y los Condados Catalanes.
El Reino de Asturias
El Reino de Asturias surgió como un refugio para los cristianos en la Cordillera Cantábrica, con capital en Oviedo. Su primera victoria significativa fue la Batalla de Covadonga (722), liderada por Pelayo. El reino se expandió hacia Galicia, Álava y Burgos, impulsado por la supuesta tumba del apóstol Santiago en Compostela. Con Alfonso III, la capital se trasladó a León y el reino adoptó este nombre. Finalmente, el reino de León se dividió con la independencia de Castilla en el año 960, bajo el liderazgo de Fernán González.
Núcleos Pirenaicos y Expansión Cristiana
Los núcleos pirenaicos, impulsados por Carlomagno, fueron el Reino de Pamplona y el Condado de Aragón, que se unificaron con la unión de las familias Jimena y Aragón. Los Condados Catalanes también lograron expulsar a los musulmanes y se organizaron en condados carolingios. Durante los siglos VIII al X, se llevó a cabo una repoblación con colonos campesinos, a quienes se les otorgaron tierras o señoríos.
El Auge de los Reinos Cristianos
En el siglo XI, Sancho III el Mayor de Navarra (1000-1035) unificó bajo su dominio Castilla, Sobrarbe y Ribagorza, territorios que repartió entre sus hijos a su muerte. Surgieron así los reinos de Castilla y Aragón. Fernando I (1035-1065) unió Castilla y León, y su hijo Alfonso VI conquistó Toledo en 1085. Rodrigo Díaz de Vivar, conocido como el Cid Campeador, conquistó y gobernó Valencia hasta su muerte, cuando la ciudad volvió a manos de los almorávides. En Aragón, Ramiro I consolidó el reino y Pedro I avanzó hacia el sur.
Consolidación y Reconquista
En la primera mitad del siglo XII, Castilla y León lucharon contra almorávides y almohades bajo el reinado de Alfonso VII. Aragón, con Alfonso I el Batallador, culminó la conquista del valle del Ebro y llegó hasta Zaragoza (1118). Su muerte sin descendencia provocó una crisis sucesoria que llevó a la independencia de Navarra. En la segunda mitad del siglo XII, se crearon las primeras órdenes militares hispánicas. Alfonso VIII de Castilla (1158-1214) conquistó Cuenca (1177) pero fue derrotado en la Batalla de Alarcos (1195). En la Batalla de las Navas de Tolosa (1212), los cristianos derrotaron a los almohades. En Aragón, Alfonso II conquistó Teruel y su hijo Pedro II participó en la Batalla de las Navas de Tolosa. La repoblación del valle del Ebro se llevó a cabo mediante la creación de concejos y ciudades amuralladas. Los reyes incentivaron el repoblamiento con fueros, lo que provocó la emigración de gran parte de la población musulmana, excepto los mudéjares.
El Avance Final
En el siglo XIII, los cristianos tomaron la iniciativa y conquistaron Portugal. En Castilla, Fernando III unificó el territorio con León, Córdoba, Jaén y Sevilla. Su hijo, Alfonso X, conquistó Murcia y Cádiz. Se conquistaron las Islas Baleares y Valencia (1238), quedando solo Granada en manos musulmanas. El territorio conquistado se repartió entre la nobleza, el clero y las órdenes militares. En Castilla, el monarca tenía el poder absoluto, mientras que en Aragón el rey gobernaba con el consejo de tres virreyes. La curia regia asesoraba al rey y las Cortes, compuestas por representantes urbanos, nobles, clero y burguesía, se reunían para intercambiar peticiones. Surgieron las diputaciones como instrumento para cumplir las peticiones y la Justicia Mayor en Aragón.
Expansión Ultramarina y Crisis del Siglo XIV
Aragón y Portugal se expandieron por ultramar tras la Reconquista. Aragón conquistó Sicilia (1282), Cerdeña (1323) y los ducados de Atenas y Neopatria. Castilla, tras resolver un problema en el Estrecho de Gibraltar con la presencia benimerí, se expandió por las costas africanas y las Islas Canarias, lo que provocó enfrentamientos con Portugal. La expansión de los siglos XII y XIII se frenó en el siglo XIV debido a una crisis provocada por malas cosechas, hambruna y la peste negra. Las luchas entre señores feudales y las revueltas campesinas llevaron a una guerra civil en Castilla, que culminó con la llegada al trono de la familia Trastámara. Se produjeron persecuciones contra los judíos, acusados de la guerra, y muchos se convirtieron al cristianismo.
Fin de la Edad Media
En el siglo XV, Castilla se recuperó económica y demográficamente, pero la manipulación de los monarcas frenó el progreso. Juan II murió en 1454. Enrique IV y su hija fueron acusados de impotencia, y el gobierno recayó en su hermanastra Isabel, lo que provocó una guerra civil entre Isabel y Juana, la hija de Enrique IV. En Aragón, Martín el Humano (1396-1410) murió sin descendencia y el trono pasó a Fernando de Antequera. Enrique IV y Juan II cerraron la Edad Media. Las Coronas de Castilla y Aragón se unieron con el matrimonio de Fernando e Isabel, pero Aragón quedó en una posición de mayor debilidad.